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I.Pérez
Cuarto y mitad de conciertos, por favor

Cuarto y mitad de conciertos, por favor

La corriente de consumo ligero, liviano y ansioso, tan arraigada ya en nuestros ritos y costumbres, ha saltado a donde no debería haberlo hecho jamás: a la cultura, a la música

Lunes, 5 de noviembre 2018

De las horas transitadas por las barras y garitos de la ciudad, no cuesta concluir que casi siempre cantidad prevalece sobre calidad. Que los bolsillos andan achuchados en estos tiempos que corren y, por el camino, se atrofian también los paladares. Y no es culpa ... del ciudadano medio, el gran consumidor, que ante un mismo precio se prefiera un mayor número de botellines o bravas entregando así su fidelidad a la oferta del mejor hostelero postor, pues lo contrario podría parecer de necios. Pero sí empieza a haber fallo por su parte cuando, ese modo de consumir, se traslada a otros ámbitos que no son -o no deberían ser- el de la satisfacción inmediata de un tercio con aceitunas.

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