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Tras un año complicado en lo personal pero lleno de éxitos en lo profesional, María Rozalén (Albacete, 1986) espera, intuye, desea que 2022 sea un buen año. La músico, cantante y compositora ofrece este sábado en Santander el primero de sus conciertos de esta ... nueva etapa, con el que pondrá punto y final a la primera edición del Festival Magdalena Winter. Lo hará a partir de las 21.30 horas en el Palacio de Deportes de Santander con casi todas las entradas vendidas, donde presentará su cuarto álbum, 'El árbol y el bosque' -que ya es Disco de Oro- en un concierto en el que también interpretará muchos de sus grandes éxitos. La artista albaceteña recala en la capital cántabra tras un año en el que ganó un Premio Goya a la Mejor Canción por el tema 'Que no, que no', de la película 'La boda de Rosa' de Iciar Bollaín, así como el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
-El 2021 debe de haber sido un año extraño para usted. Por un lado la pandemia, pero también ganó un Goya y el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
-Es tal cual lo dices ya no solo por la situación social y la pandemia. A nivel personal tampoco ha sido un año muy estable porque ha sido un periodo complejo y de mucho cambio para mí, pero por otro lado en lo profesional no puedo decir para nada que haya sido un mal año. Sientes que al final la vida de alguna manera te compensa. En el año más difícil he sentido mucho apoyo y ha venido mucha gente a los conciertos, y además he recibido algunos premios, que siempre sientan bien...
-¿Qué propuesta va a ofrecer al público cántabro?
-El de Santander es el primer concierto del año, que intuyo y quiero pensar que será bueno... ¡Por favor! Así que vamos con toda la banda. Es un formato bastante potente que tiene una parte muy emotiva y sentimental, de reflexión, y otra muy festiva. Es un auténtico chute de energía precisamente por toda la situación que estamos viviendo, y que creo que viene muy bien a todo el mundo.
-Es usted una de las artistas con más proyección internacional de España. ¿Soñó alguna vez con llegar a donde lo ha hecho? ¿Cuáles son las claves de su éxito?
-Empecé muy joven, a los siete años tocando la bandurria y ni de broma soñaba con esto. Sabía que iba a cantar toda mi vida porque si no canto o no toco estaría muerta en vida, pero yo estudié psicología porque pensaba que mi camino era otro. Quizás una de las claves de que nos vaya bien, aparte de la honestidad, que es algo irrenunciable y todo lo que hacemos es muy de verdad, es precisamente que como nunca pensé que me escucharían, al final lo que a una le sirve creo que también sirve a los demás. Es como... ¿El trabajo sin ambiciones? No sé. Creo que lo normal y lo sencillo, lo que no se piensa mucho y sale de verdad del corazón, traspasa.
-También es usted experta en musicoterapia. Dadas las circunstancias, ¿no es más necesaria que nunca?
-La música es poderosísima. Somos música y sería literalmente imposible vivir sin música porque nosotros andamos y latimos al ritmo. Precisamente en situaciones de crisis, de inestabilidad, de reflexión, de cambio... la música, que mueve emociones, es más necesaria que nunca. Y no solo hablaría de la música, sino también del arte, de la cultura en general, porque es algo que te hace mirar más allá de tus narices, te hace soñar, te hace vivir cosas que a veces en la vida no se pueden vivir. No concibo la vida sin música, aunque a veces no sepamos darle la importancia que tiene.
Hora y lugar. Hoy a las 21.30 horas en el Palacio de Deportes de Santander, como clausura del Festival Magdalena Winter.
Protagonista. La artista Rozalén (Albacete, 1986), presenta su cuarto disco de estudio, 'El árbol y el bosque'.
Reconocimientos. En 2021 ganó un Premio Goya a la Mejor Canción y el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
-Si mira hacia atrás, al inicio de la pandemia, ¿cómo valora poder ofrecer conciertos ahora?
-Es algo que pensamos muchísimo porque lo deseábamos más que nunca. Así es el ser humano, cuando te arrebatan lo que más quieres parece que empiezas a valorarlo. Por eso esta gira la estamos viviendo con una intensidad muy diferente, muy bestia, muy parecida a los principios. Ahora somos conscientes de que cada concierto se debe sentir como el primero y el último.
-Su último álbum, 'El árbol y el bosque', ya es Disco de Oro. ¿Cómo definiría este trabajo?
-'El árbol y el bosque', que lleva el subtítulo 'Que el bosque te permita ver los árboles', algo que le robé a Carlos Aute porque es el nombre que él quería ponerle a un proyecto, es un disco muy terapéutico, muy de introspección, aunque también tiene mucha mirada social pero siempre partiendo del 'yo'. No el 'yo' egocéntrico y egoísta, sino desde la perspectiva del autocuidado, desde la conciencia de que primero se tiene que mirar, valor y querer uno mismo, para poder así mirar alrededor y poder entregarse. Es un disco muy profundo y muy rico en ritmos y en estilos musicales. Vamos siempre dando pasitos hacia delante.
-Todos los sectores han sufrido, pero la cultura lo ha hecho especialmente. ¿Cree que se cuida este ámbito como merece?
-Creo que con la pandemia ha quedado patente que los músicos en general no tienen las condiciones que merecen, si comparas su situación laboral con la que tienen en otros países europeos por ejemplo. No ha habido casi ayudas porque hay muchas cosas que no están bien definidas. Sí que creo que se ha descuidado, pero por otra parte en el año más difícil ha sido la gente la que ha respondido y la que ha dado su cariño a los músicos y a la cultura. Ojalá esto nos haga pensar porque, ¿qué hubiera sido de nosotros durante el confinamiento sin cultura ni entretenimiento?
-¿Qué cree que debería habernos enseñado como sociedad la crisis sanitaria?
-Bueno... (ríe). Soy una mujer positiva pero a veces dudo mucho de que el ser humano tenga memoria y que de verdad sepa valorar las cosas cuando no se necesitan. Al principio todo era muy esperanzador, en el sentido de la ayuda al prójimo, los aplausos a la Sanidad... Pero ahora, habiendo pasado tan poco tiempo, sí que se siente y se palpa y se ve que no los estamos cuidado, o que no los están cuidado quienes deben hacerlo. No es algo en lo que sea muy positiva, pero sigo pensando que la mayoría de la gente es buena y sí que lo valora. En cualquier caso creo que tenemos que seguir mejorando.
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