ADN cura sus heridas en Cartes

Sobre la banda, el cuarteto, no queda más que alegrarse por haber podido, al fin, sacarse esa espina con la que abrimos texto: «hacía más de un año que no pisábamos un escenario, es un placer estar en esta noble villa y tener el teatro lleno».

El concierto de anoche de los ADN fue la toma de contacto necesaria con el público para quienes estaban encima del escenario y la prueba de que pueden hacerse las cosas bien si detrás hay organización: espacio ventilado, toma de temperatura y separación de asientos; lo que hay que hacer para dejar de hablar, en cuanto se pueda, de todas las medidas. Todo tiene su tiempo y ya va llegando el final de un angosto túnel para la música.

Precisamente sobre música: novedades; la formación estrenó guitarrista, Mikel Marina y retomó en esa tierra de torreones llamada Cartes su gira 'Cicatrices' obligada a echar el freno de mano en 2020.

Subirse al escenario sonando el Across the Universe de los Beatles de fondo marcó el paso de lo que después pudo verse, y sobre todo escucharse: un abrazo al rock sencillo donde ningún instrumento se pisó al otro. Protagonismo especial para lo acústico: 'Mi lado bueno' (2016), que para no haber ensayado no sonó nada mal.

Una noche de estrenos para algunos, de palmas para hacer más cálido el espacio habilitado y de hacer sonar canciones de trabajos anteriores como 'El Último Viajero' (2016) —esas canciones que crecen a la par que el grupo— pero también para recordar a gente querida versionando a Jarabe de Palo. ¿Por qué no?

A Lucky, Mikel, Manu, Iván y Sergio al sonido: sigan girando y bajando sus mil lunas. Aquí estaremos para contarlo.

Facebook y Twitter