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La noche antes de coger el avión para venir a Santander, a Henrietta Cooke le costó conciliar el sueño. A la fascinación de volver a viajar después de año y medio se sumaba el estado de emoción de conocer un nuevo país, a nuevos compañeros ... y, sobre todo, de participar en el Encuentro, el de Música y Academia que la Fundación Albéniz celebra en Santander. Henrietta (Watford, Reino Unido, 1996) es una oboísta que estudia en el Royal College of Music con los profesores Olivier Stankiewicz, Juliana Koch y Fabien Thouand y que está deseando actuar con la Orquesta Sinfónica de Londres a finales de mayo. Pero antes lo hará en el Palacio de Festivales, pues hoy será una de las intérpretes que participará en el concierto inaugural del evento musical que este año celebra su veinte aniversario y que rendirá homenaje a Beethoven. La joven música ensayaba ayer con el resto de compañeros del Encuentro y otros músicos profesionales de la Orquesta Freixenet con una felicidad que traspasaba la mascarilla.
Es consciente, y así lo reconoce, que es un privilegio haber sido elegida, junto con otros 57 músicos, para participar en un evento con tanto nivel que le va a permitir recibir clases con una decena de profesores del más alto nivel. Ella, como el resto, fue seleccionada por el director artístico del Encuentro, el director de orquesta Péter Csaba, tras superar diferentes audiciones en las más prestigiosas que se realizaron en distintas escuelas del mundo.
Durante estos días -el Encuentro finalizará el 29 de julio- las aulas del Conservatorio Jesús de Monasterio y los escenarios del Palacio de Festivales serán su lugar de trabajo y Santander «formará parte de sus recuerdos más queridos». Así se lo transmitió ayer a todos los participantes Paloma O'Shea, presidenta de la Fundación Albéniz y de la Escuela Superior de Música Reina Sofía que auspicia a este Encuentro, un poco más especial este año porque el pasado, ya que a causa de la pandemia, no pudo llegar a celebrarse.
Paloma O'Shea se acercó a la sala Argenta del Palacio de Festivales para saludar a los participantes tras el ensayo que realizaron por la mañana. Fue una breve visita en el que a las palabras de cariño por participar en el evento, la presidenta de la Fundación Albéniz les transmitió un claro mensaje: «Quiero felicitaros, porque sois unos valientes. En el último año habéis vivido situaciones difíciles, pero habéis logrado mantener viva la música. Os lo agradezco en nombre de todos, porque la sociedad no puede sobrevivir sin música, sin arte, sin cultura. No lo olvidéis: sois imprescindibles. Si bien, aún no nos hemos librado del todo del coronavirus. Os pido que, en todo momento guardéis las medidas de seguridad que se os indiquen», les pidió.
Las palabras de bienvenida de Paloma O'Shea, que fue recibida con un gran aplauso por parte de los asistentes, fueron de ánimo, para aprovechar al máximo las oportunidades de tocar en público y el contacto con los grandísimos músicos que van a darles clase y a compartir con ellos el escenario. «Empezando por el maestro Péter Csaba con quien estáis preparando este concierto. Además de un gran director de orquesta, es un fantástico violinista. Tendréis la suerte de aprender de él a hacer música con la batuta y con el instrumento. El maestro Csaba es, además, un maravilloso programador, que conoce el repertorio entero, en muchos casos por haberlo tocado él mismo, lo que le permite diseñar magistralmente las clases y los conciertos. Sois muy afortunados de poder trabajar con él», señaló la presidenta de la Escuela Reina Sofía.
Y el maestro Péter Csaba, a su lado reía con ganas. Su risa también forma parte del verano cultural santanderino que no sería el mismo sin este Encuentro musical. Su sonrisa, más amplia aun ayer, se debe, tal y como reconoció a que «por fin hemos podido recuperar las clases de forma presencial tras el covid y ya estamos preparando los conciertos para celebrar este veinte aniversario».
De los participantes, que proceden de distintos lugares del mundo, habló maravillas como siempre. «Tienen un altísimo nivel y una gran actitud para enfrentarse a las partituras. Su evolución se ha notado en apenas dos días y las personas que asistan al concierto lo van a poder comprobar. Hay un potencial muy grande y es un lujo poder trabajar con todos ellos», explicó.
El de hoy también es un concierto especial para él porque será el solista de la segunda de las obras que se van a interpretar. «Para mí no es fácil tocar, de hecho creo que esta es la segunda o tercera vez que lo hago en veinte años. Pero quería hacer un guiño a los alumnos y, sobre todo, algo especial para celebrar este veinte aniversario del Encuentro. Menos mal que el concierto dura hora y media y mi pieza no es muy larga porque si no...», dijo entre risas compartidas por todos.
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