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Da igual, la banda española de pop punk que está triunfando en el panorama musical con sus versiones de las canciones más influyentes de la industria, ha venido para quedarse. Wences Sánchez (voz y guitarra), con quién charlamos, junto con Álex Pouget (guitarra y coros) ... son los colegas que formaron esta banda que cuenta hoy en día con más de 15.000 oyentes mensuales en Spotify. Su repertorio engloba desde sus propias canciones, como 'Si yo pudiera' o 'Te entraré', hasta clasicazos como 'Hoy quiero confesarme' o 'Bailar pegados'.
–Da igual, ¿de dónde viene este nombre?
–Viene de no poder escoger uno porque nos parecen todos muy estereotipados. Nuestro primer concierto fue en el garaje de un colega y nos preguntó, «¿qué os pongo de nombre?», y yo le dije: «Da igual». Y con ese nombre nos quedamos. Nos parece muy guay ya que para nosotros el nombre no es lo que importa, son las canciones.
–¿Cómo fue emerger en un momento en el que salieron bandas como El Canto del Loco o El Sueño de Morfeo?
–Fue muy difícil. Nosotros comenzamos haciendo canciones en casa, a lo adolescente. Tuvimos paciencia y pensamos que llegaría nuestra oportunidad en algún momento, y así fue.
–Cuentan con 15,7 mil oyentes en Spotify, ¿en algún momento se hubieran imaginado este número?
–Ni de coña, pero ni antes ni ahora. Aunque nosotros nos quedamos más con la sensación que tenemos en los directos. Confiamos más en la gente que va a vernos que en la que nos escucha en Spotify. Somos conscientes que estamos en un mundo en el que hay tanto momentos de subidas como de bajadas.
–¿Es difícil mantener los pies en el suelo en una industria como esta?
–Ya pecamos de eso siendo muy jóvenes. Pensamos que esto era fácil y no, esto es como un trabajo cualquiera, tienes que amarlo y respetarlo.
–Si le tuviera que dar algún consejo a ese Da igual de 2008, ¿qué le diría?
–Que perseveren y que continúen porque las cosas difíciles nos hhacen mejores. Hemos vivido cosas muy fuertes pero, al final, hemos aprovechado las malas experiencias para convertirlas en cariño, amor y respeto hacia esto. Suena peliculero, pero es verdad. Somos el resultado de muy malas decisiones.
–Aunque no puede negar que sueñan alto; quisieron ir al Festival de Eurovisión.
–Estuvimos a punto, pero al final no nos escogieron. Eurovisión nos hubiera parecido un concierto más, pero fue brutal lo que vivimos. Al final no encajamos, quizás porque nuestro estilo, el punk, asustaba un poco a la industria de aquel tiempo, y mira ahora, la mayoría de nuestro público es mayor.
–¿De dónde sale lo de versionar canciones?
–Fue un poco como el típico «aguántame el cubata». Empezamos a hacer versiones transformándolas a nuestro estilo, a nuestro universo. Comenzamos por la diversión y se nos fue de las manos. A la gente comenzó a gustarle y empezamos a tocar por todo el país de una manera muy loca.
–¿Han tenido en algún momento problemas con los artistas de las canciones que han versionado?
–De momento no hemos recibido ni críticas buenas ni malas por parte de ningún artista del que hayamos versionado canciones. Sí que hemos recibido buenas palabras de otros artistas como Ramoncín, Celtas Cortos o Ska-P de este primer volumen y ya te adelanto que habrá un segundo el año que viene.
–¿Tiene alguna colaboración soñada?
–Hubiera sido el sueño de mi vida haber podido cantar con Lola Flores o Rocío Jurado. Ahora mismo sería increíble una colaboración con Dani Martín o con Isabel Pantoja, si no fuera tan controvertida.
–¿Cómo se les ocurren nombres como 'Stay Way'?
–Hubo una época en la que nos separamos, esto nos sirvió para madurar y darnos cuenta de lo mucho que amamos esto. Cuando volvimos, Álex y yo teníamos el pretexto de hacer algo que estuviera 'guay' y nos pareció un bonito nombre para esto de las versiones. Y, sinceramente, le pusimos 'Stay Way' para ahorrarnos letras.
–¿Cómo ha cambiado el panorama musical desde que Isabel Pantoja cantó por primera vez 'Hoy quiero confesarme' (1985) hasta que la interpreten hoy en Santander sobre el Escenario Porticada (el concierto comenzará a las 22.30 horas)?
–La tecnología es lo que ha marcado la transformación de la industria musical. Tenemos la capacidad de escuchar música muy bonita en una grabación, pero se ha perdido la potencia del directo, que es lo que reivindicamos nosotros. Nos dejamos el alma en los conciertos porque pensamos que es donde realmente se ve el verdadero artista. Creo que deberíamos recuperar ese rollo orgánico y comenzar a escuchar a otros artistas que también tienen talento como Rozalén o Mikel Izal.
–¿Qué significa para ustedes la música?
–Combustible, todos los días necesitamos un poquito de ella.
–¿Qué opinan del panorama musical actual?
–La industria musical es un negocio. Lo que hace grande a un artista es su público. Nosotros empezamos desde abajo, tocando en sitios pequeños, ganándonos a la gente una por una. La industria tiene que estar ahí, se tiene que seguir reinventando y ojalá tengamos la gentileza de que algún día podamos tener una relación maravillosa con ella. De momento, la industria para nosotros somos nosotros mismos.
–Es la segunda vez que vienen a Cantabria, ¿qué es lo que más les gusta?
–Nos encanta irnos de pinchos. La gente es muy amable y el ambiente es increíble, la verdad que es para empadronarse.
–¿Qué esperan del público cántabro? ¿Algo que decirle antes del concierto?
–Venimos con ganas de enamorarnos de nuevo. Les diría que se pongan las zapatillas, se aten los cordones y vengan con la voz fresca. Porque llueva, nieve o haga calor, lo vamos a dar todo.
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