Borrar
«He aprendido a soltar el control y ahora disfruto como nunca en el escenario»

Malú

Cantante
«He aprendido a soltar el control y ahora disfruto como nunca en el escenario»

La madrileña, que celebra 25 años de carrera, cerrará el domingo el ciclo La Plaza de Santander

Jueves, 12 de septiembre 2024, 07:27

Con un ritmo vertiginoso, Malú (Madrid, 1982) está celebrando sus 25 años de carrera a caballo entre la televisión, como coach y jurado de 'La Voz' y los conciertos de una gira, 'A todo sí', que terminará en diciembre en Madrid. Antes, el domingo, la cantante y compositora cerrará la cuarta edición del ciclo La Plaza, en Santander.

Una vorágine que se trasluce en su voz, segura y calmada, acostumbrada a lidiar con todos los frentes de manera natural. Aunque reconoce que todo va a gran velocidad, también que «es lo habitual en este mundo nuestro;nos gusta el rock and roll en el fondo». Y el suyo lo apoyan los miles de seguidores que abarrotan sus conciertos e interactúan en sus redes sociales; casi cuatro millones entre las diferentes plataformas.

–¿Uno dice a todo sí cuando ha aprendido antes a decir que no?

–Exacto. Diría que forma parte de una actitud en la vida. A veces las cosas se hacen más cuesta arriba, cuando tienes que tenerlo todo bajo control. Te acaba llevando mucha energía y aunque hagas las mismas cosas, las haces como agotada. Estoy en un momento de mi vida en que he soltado el control y de arranque digo que sí. Y te das cuenta de que todo fluye y si hay algo que no va bien, en ese mismo momento se puede gestionar. No es necesario pasar tanto tiempo preocupada por algo que no va a pasar como crees.

–Si ese retrato de control es el propio, ¿es una labor compleja soltar esas dinámicas?

–Es muy difícil salir de ahí, de ese control y esa exigencia enfermiza. Muy complicado. Pero es que son muchos años y al final haces un poco de autocrítica. Te preguntas qué te está pasando para no ser capaz de disfrutar de las cosas que estás haciendo, que nunca son perfectas. A raíz de la lesión en el tobillo y tener que parar obligada, tuve un poco más de perspectiva para poder pensar.

El festival

Hoy. Martita de Graná. Espectáculo de humor.

Mañana. Sergio Dalma y la banda local Viaje a Venus.

Sábado. Rozalén y Valeria Castro.

Domingo. Malú.

–¿Sitúa ahí su propio punto de inflexión?

–Sí, absolutamente. Me lesiono en el 2018. Hice unos once conciertos y ya, en febrero del 2019 me dijo el traumatólogo que tenía que parar y ponerme una prótesis. Cuando estás metido en toda la vorágine no eres consciente de que te pase nada. Como los caballos con orejeras. Por primera vez, desde que tengo 15 años, paré. Y me di cuenta de que sentía paz. Pero se me cayó el mundo encima, porque tenía mucha gente alrededor.

–¿El peso de la responsabilidad?

–Sí, porque somos una familia muy grande, de más de 50 personas, de muchos años, que se quedaban sin gira, porque no estaban trabajando en otras. Eso fue terrorífico. La vida te zarandea, y el hecho de estar conmigo misma me hizo darme cuenta.

–¿La lectura que podemos hacer es que 25 años sirven para elegir lo que a uno le gusta y soltar lastre?

–Creo que sí. Al final, si en todos estos años nos has aprendido, muy mal se te ha tenido que dar. A mí me gusta aprender, crecer. Y una de las lecciones es esa. Es mucho más importante disfrutar sobre un escenario que el foco se mueva en el segundo exacto que debe hacerlo.

–¿Agotar entradas sigue provocando la misma emoción?

–Siempre es emocionante. Lo digo en los conciertos y agradezco muchísimo que la gente se mueva de su casa, se saque su entrada y se venga a ver un show. Son los que hacen realmente que se mueva la música, que podamos seguir expresándonos, contando nuestras historias en esa gran terapia que es el escenario.

–Conciertos y ciudades que está viviendo como una celebración.

–Sí, la verdad es que estoy disfrutando más que nunca en mi vida del escenario. Muchísimo. Cada segundo. Son conciertos de los que salgo muy plena. En todo mi vida, yo no disfrutaba por esa exigencia constante.

–En el presente está la televisión. ¿Cómo aborda el papel de darle consejos a otros que intentan abrirse camino?

–Al principio lo pasaba fatal en 'La Voz'. Era una sensación constante de quién soy yo para decir esto. Pero al terminar, el sabor de boca era bueno. Con el tiempo fui aprendiendo que no es que digas a alguien si vale o no, sino ayudando a quienes avanzan, dando consejos desde tu humilde opinión, que a veces eres tú quien aprende de ellos.

–Si ahora le pregunto por la conciliación, cuestión habitual para las mujeres, ¿qué diría?

–No me siento cansada por esa pregunta. Es cierto que nosotras llevamos a un ser en nuestro cuerpo nueve meses, lo sacamos a base de dolor, ya sea por parto vaginal o por cesárea, dolores te vas a comer, nuestros pechos amamantan y queremos seguir teniendo nuestro trabajo, nuestra posición y seguir siendo las que que tiran del carro porque podemos hacerlo. Es normal que se hable de la conciliación. Tenemos un trabajo extra que hacemos con todo el amor, la emoción y la felicidad del mundo. Sin duda, es muy duro dejar a tu bebé para ir a trabajar, pero lo hacemos con la cabeza muy alta y necesitándolo incluso. Tenemos capacidad para ello.

–Tiene una colaboración con Melendi, otro estandarte del pop nacional con trayectoria similar. Son además amigos?

–Sí, él es un ejemplo. Alborán es un ejemplo, Niña Pastori, Alejandro (Sanz)... Yo he nacido, literalmente, en este mundo de la música e ido creciendo en él. He hecho mi camino y he encontrado a gente que son mis amigos de verdad. De llamar e ir a tomarnos un café, contarnos cosas, quejarnos, ver una serie o tomarnos un vino.

–Son los amigos a los que llamará para la fiesta que va a montar en diciembre como fin de gira en el WiZink Center?

–Sí, son los que van a venir (ríe).

–¿Y después qué viene, más trabajo o parar a respirar como ha aprendido a hacer?

–He aprendido a respirar de forma que puedo estar haciéndolo todo a la vez, que creo que es lo más interesante del aprendizaje. No irme a la India a tomar aire sino masticar esos diez minutos que de repente tienes. Y sobre todo, el tiempo que tengo con mi hija, que es como ponerle el cargador al teléfono y que todo se ilumine. Abraz, ríes, dice cuatro tonterías y me pone la batería a tope de nuevo.

–Casi podría escribir un libro con consejos de gestión del tiempo...

–Pues para libro no me va a dar tiempo precisamente, pero podcast quizá sí (ríe).

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «He aprendido a soltar el control y ahora disfruto como nunca en el escenario»