Biznaga: «Queremos pensar que hay esperanza, aunque los mensajes que nos llegan nos indican lo contrario»

Este jueves tocarán en la primera jornada del festival Torrelavega Soundcity, que se celebra en el recinto ferial de La Lechera, donde también podremos disfrutar de las actuaciones de The Pulsebeats, un grupo emblemático de nuestra región, y de Arde Bogotá, una banda murciana que ya pisó Cantabria en marzo y que está llamada a ocupar el trono del rock nacional. Los conciertos comenzarán a las 21.00 horas.

- ¿Qué nos puede contar sobre su último trabajo?

- Es una obra que no hubiera existido si no hubiera habido una pandemia. Nuestro anterior disco, 'Gran pantalla', vio la luz una semana antes de que se decretara el estado de alarma en nuestro país y, según pasaban las semanas desde su publicación, nos fuimos dando cuenta de que se iba a quedar guardado en un cajón y que no íbamos a poder presentarlo en directo, por lo que, para mantener vivo el proyecto, decidimos empezar a componer cosas nuevas.

- En la portada del álbum puede leerse la siguiente frase: 'Música para otra generación perdida'.

- La verdad es que todas las generaciones han tenido dificultades y muchas se han perdido por el camino. Actualmente, hay una generación de gente joven, muy preparada, que sigue teniendo que depender de sus padres para muchas cosas y que va a tener que enfrentarse a grandes dificultades en su vida. Pero no sólo queríamos dirigirnos a ellos, sino que buscábamos llamar la atención de muchas personas de diferentes edades que viven en situación de precariedad y sin ninguna expectativa de futuro: la crisis está afectando, tanto a los jóvenes que acaban de entrar en el mercado laboral, como a personas que superan los cuarenta años y que nunca han tenido ningún tipo de estabilidad en su vida.

- En 'Espíritu del 92', uno de sus nuevos temas, cantan que «el castillo hinchable de la marca España hace tiempo que pierde aire».

- Siempre se ha hablado de 1992 como un año de entusiasmo, de fanfarria y de alegría, porque coincidió con la apertura de nuestro país a la modernidad y a Europa, pero lo cierto es que, al mismo tiempo, también había una crisis y un paro descomunales. Nos han vendido un relato triunfalista de aquella España cuando la verdad es que, por aquel entonces, se estaban generando muchas de las mierdas que han acabado desembocando en los problemas que actualmente tiene nuestra sociedad.

- En 'Contra mi generación', que fue el primer 'single' del álbum, señalan lo siguiente: «Lo que no pudimos hacer, aún es posible tal vez». ¿Hay esperanza?

- Ese tema es una especie de carta de amor-odio a nuestra generación, pero también es una canción con la que mucha gente de edades muy diferentes se puede sentir identificada: hay muchas personas jóvenes que puede que en este momento aún no compartan nuestro discurso, pero que dentro de diez o quince años lo van a sentir como propio, porque todos, antes o después, acabamos llegando a la vida adulta. 'Bremen no existe' es una obra que busca reflexionar sobre cómo podría haber sido nuestra vida si se hubieran hecho las cosas de otra manera y que deja claro que aún podemos cambiar. Lo cierto es que el término futuro es una de las palabras que más se repiten a lo largo del álbum. Queremos pensar que hay esperanza, aunque los mensajes que nos llegan nos indican lo contrario, ya que, si no, no tendría sentido seguir viviendo.

- Desde los primeros compases de su nuevo disco ya dejan las cosas claras. La primera canción, 'Líneas de sombra', se abre con la siguiente frase: «Ahora que tenemos treinta y tantos, que no nos une el amor sino el espanto».

- Es muy importante cuidar cómo se abre y cómo se cierra un álbum. Los primeros veinte o treinta segundos de un disco son claves, ya que sirven para que un oyente sepa qué sonido y qué discursos se va a encontrar. 'Bremen no existe' se cierra con 'Una historia de fantasmas', que es una canción que considero especial y que durante mucho pensé que debía de ser la primera. Finalmente, acabó siendo la última, ya que creo que es una especie de resumen de muchos de los temas de los que hablamos. 'Una historia de fantasmas' invita a la gente a imaginarse un futuro que todavía no ha sucedido, pero que puede llegar más adelante. Una gran parte de nuestro futuro dependerá de lo que hagamos ahora: espero que dentro de diez años no se esté hablando de la situación de la gente joven en los mismos términos en los que se está hablando en este momento.

- La portada del álbum también deja claro qué nos vamos a encontrar en su interior: es una caricatura punki de los personajes de la serie infantil de 'Los Trotamúsicos'.

- Lo cierto es que, tanto el dibujo de la portada como el título del disco, 'Bremen no existe', están muy ligados al cuento de los hermanos Grimm de 'Los músicos de Bremen'. La portada es una reinterpretación de los personajes de la mítica serie infantil de los años noventa de 'Los Trotamúsicos', que a su vez está basada en 'Los músicos de Bremen' de los hermanos Grimm. Lo cierto es que, en el libro, los protagonistas nunca llegan a su destino, nunca llegan a Bremen: son varios animales que huyen de una muerte segura en sus granjas y se juntan con el fin de obtener un futuro mejor que nunca llegan a conseguir.

- Algo que me llama la atención es que, pese a su temática, sus nuevas canciones son mucho más luminosas que las de sus trabajos anteriores y se acercan más al pop.

- Desde el primer momento en el que empezamos a trabajar en nuestro nuevo disco teníamos claro que queríamos que fuera todo lo contrario al anterior, que era muy frío y analítico. Queríamos hacer algo que fuera más romántico y que fuera más accesible para la gente, con mensajes más directos, con menos juegos de palabras y menos metáforas, y con un envoltorio musical que ayudara a que nuestro discurso llegara a la mayor cantidad de personas posibles. Queríamos virar hacia la forma en la que nosotros entendemos el pop, pero sin renunciar a ese espíritu combativo que siempre ha tenido todo lo que hacemos. Estamos muy contentos con el resultado, porque hemos hecho algo diferente, pero no hemos perdido nuestra esencia.

- Siguen vomitando letras reivindicativas con rabia.

- Lo cierto es que ya llevamos cuatro discos publicados y que cada uno tiene una personalidad propia, pero también es verdad que seguimos manteniendo unas señas de identidad claras. Antes, hacíamos cosas más cercanas al punk y con más agresividad, que eran más fáciles de asociar con un contenido reivindicativo, por lo que ahora teníamos un reto difícil: que nuestras canciones canciones siguieran impactando a la gente a pesar de que no iban a estar acompañadas de guitarras tan agresivas como las de nuestros anteriores trabajos. Hace ya diez años que lanzamos nuestra primera maqueta. Por el camino, hemos vivido grandísimas experiencias y hemos descubierto cómo comunicar de la mejor forma posible nuestros mensajes. No hemos dejado de crecer ni de aprender cosas con cada nuevo lanzamiento y estamos muy satisfechos con lo bien que está funcionando nuestro último disco, el que más le está gustando a la gente y el que más nos está haciendo crecer.

- ¿Están en su mejor momento?

- Estamos más vivos que nunca y tenemos muchísimas ganas de tocar y de recuperar el tiempo que perdimos por culpa de la pandemia: lo que queda de este año y una gran parte del que viene lo queremos pasar subidos a un escenario. Queremos llevar lo que hacemos por toda la geografía nacional: aún quedan sitios en los que todavía no hemos actuado, pero, por suerte, cada vez son menos. Esta será la segunda vez que toquemos en Cantabria.

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