Lo de Malamute ha sido «un año intenso de trabajo», rodeándose de un equipo de profesionales de lujo que les han ayudado en todo lo que han hecho y cuidando al milímetro hasta el mínimo detalle, hasta dar forma a las canciones de 'Una gran ... decepción', su álbum de debut, un trabajo que cautivará a los fans del rock de los años noventa y de grupos como Weezer y Fountains of Wayne.
Este viernes presentarán sus nuevas composiciones en la primera jornada del Festival Sónica de Castro Urdiales, a las 17.45h, dentro un evento que, en su segunda edición, ha decidido tirar la casa por la ventana, con un cartel cargado de propuestas interesantes entre las que encontramos, desde bandas que levantan pasiones como Viva Suecia o Carolina Durante, hasta algunos de los músicos nacionales más exitosos del momento, como C. Tangana, Rigoberta Bandini y Pole.
Para los componentes de Malamute será un día especial, no sólo por la «ilusión tremenda» que tienen de compartir cartel con tanto nombre importante en el mundo de la música, sino también porque a finales de mes se cumplen tres años de su primera actuación y porque, por primera vez, no serán sólo dos personas sobre el escenario: detrás del proyecto van a seguir estando la vocalista y teclista cántabra Irene Gutiérrez y el guitarrista madrileño Diego Jiménez, pero, «a partir de ahora», en los conciertos habrá «dos personas más».
«Hemos estado trabajando en nuestro primer disco sin parar durante meses, por lo que en este momento tenemos muchísimas ganas de tocar todo lo que podamos y disfrutar al máximo. Lo cierto es que, desde ahora, en los conciertos seremos un bajista, un batería, un guitarrista y luego estará Irene, que cantará y tendrá varios teclados a lo Nacho Cano», bromea Diego.
'Una gran decepción'
Para dar vida a su primer trabajo largo, los miembros de Malamute se rodearon de un equipo de profesionales de lujo: primero se fueron a Salamanca a preparar las maquetas de los temas con el músico y productor Fran J. Báez y luego estuvieron grabando en Madrid con el productor Carlos Hernández, una institución en nuestro país, que lleva más de dos décadas en activo y ha trabajado con gente de la talla de Los Planetas, Pereza y Carolina Durante. «Como nosotros estamos muy limitados en muchos aspectos y aún tenemos muchísimo que aprender, decidimos juntarnos con gente que de verdad sabe de esto y que hace que todo lo que hacemos acabe siendo mucho mejor de lo que en un principio podríamos esperar», indica Diego.
«La verdad es que, desde el principio, teníamos muy claro cómo queríamos sonar y por eso decidimos apostar por la gente con la que hemos estado trabajando. Por un lado, nos obsesionamos con el sonido de bandas como Weezer, The Rentals y Fountains of Wayne y, por el otro, con formaciones míticas de punk-rock como Green Day y Blink-182. Antes, lo hacíamos todo viendo un poco a ver qué salía, pero, en esta ocasión, teníamos muy claro lo que queríamos hacer: este sintetizador tiene que sonar a un teclado de un álbum en concreto y esta guitarra tiene que ser de un tipo determinado».
Lo cierto es que los miembros de la formación se tomaron tan en serio la realización de su primer álbum de larga duración que alargaron la grabación durante un año y lo mismo iban durante varios días seguidos al estudio a preparar cosas que dejaban reposar todo durante semanas. «Parecía que no queríamos parar nunca de añadir cosas». El resultado de tantos días de trabajo es 'Una gran decepción', un álbum en el que encontramos canciones como 'Una casa en el Sardinero' y 'La oreja de Van Gogh', en la que la banda reivindica que 'El Viaje de Copperpot' de La Oreja de Van Gogh «es el mejor disco del pop español». «Es verdad que la obra fue un éxito desde el principio, pero estaba denostada entre gente de otros estilos: si te gustaba el rock, parecía que no te podían gustar otras cosas, pero ahora, por suerte, todo ha cambiado y ya no pasa nada por escuchar primero reguetón y luego a Hüsker Dü».
«La primera frase de la canción es algo que dije de verdad un día: gran parte de lo que hacemos está basado en cosas que dije en algún momento y que a Diego le hicieron gracia», revela Irene. «Es una frase que dijo antes de que ni siquiera tuviéramos la idea de montar el grupo, que ha sobrevivido a lo largo de varios teléfonos móviles y que, cuando estábamos buscando ideas para el disco, volvió a salir y acabó dando lugar a un tema entero», añade Diego, a la vez que revela que ya tienen nuevo material: «Es cierto que el disco acaba de salir, pero Irene dijo hace poco una frase que me gustó mucho y que se ha convertido en canción: actualmente, está en periodo de prueba a ver si es buena y se queda o no».
Monopolio de la tristeza
Malamute se refieren a su nuevo trabajo como «el disco triste» y lo cierto es que, al principio, estuvieron «a punto de tirar todas las ideas» que tenían «a la basura» porque les parecía que eran muy tristes. Eso sí, no pueden estar más contentos con cómo les está yendo y lo bien que están funcionando sus nuevas composiciones. «Nuestro himno sigue siendo 'La espiral', pero creemos que 'La oreja de Van Gogh' podría llegar a superarla en escuchas en plataformas digitales. 'Monopolio de la tristeza' también está funcionando muy bien: no salió como uno de los 'singles', pero parece que a la gente le ha gustado bastante», señala Irene.
En el álbum triste también encontramos varias referencias a Cantabria, como en el título y en la letra de 'Una casa en el Sardinero'. Como bromea el dúo, esto lo hacen «para que se note» que son parte de nuestra región: «Algunas veces hemos leído en medios hablar del grupo madrileño Malamute y en realidad la banda está formada por una persona de Cantabria y un madrileño con ascendencia pasiega».
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