«Me costó mucho estar a la sombra de mi padre y hacer una carrera propia»

-¿Qué sensaciones maneja en este reencuentro con su público español?

-Estoy muy bien, muy contento de regresar a España después de cinco años. Ha sido el periodo más largo en el que he estado ausente de tu tierra. Llegué a estar hasta dos veces por año en algunos momentos. Iba en invierno y en verano. Se llegó a hacer un mercado muy importante. Después de México, el segundo más importante. Cada vez que sacaba disco, que era más o menos cada dos años, regresaba, pero llegó la pandemia y hubo que parar. Fíjate qué rápido han pasado casi cinco años y te imaginarás; estoy súper contento de regresar porque tenemos muchas cosas que cantarnos. Acá en México tuve mucho tiempo para trabajar en nueva música y nuevas canciones.

-Ha llamado a la gira 'Amor y Patria'. ¿Son dos términos que siempre van de la mano para usted?

-Sí, por eso mismo lo quisimos poner así. Por mi parte, me considero un embajador de nuestra cultura, de nuestra música y siempre que haya una oportunidad, donde se abra una puerta, una ventana, una luz donde yo pueda compartir nuestra música mexicana ahí estaré presente. Por mí no va a faltar. Es como redundante amor y patria. Se trata de resaltar el amor a nuestro país y nuestra música.

-Su trayectoria va ligada al folclore más tradicional y a cantar en español, que también son dos maneras de preservar esa cultura. ¿Lo siente así?

-Sí, obviamente, cuando era mucho más joven hubo muchas propuestas de cantar en otro idioma, pero siempre me aferré a cantar en mi lengua porque me siento muy orgulloso de ser hispano y quería representarlo en el mundo, tratando de defender nuestros orígenes y nuestra lengua. Además, no creo que se viese bien cantar música mexicana en otro idioma.

-Usted dio un giro al optar por el pop tras sus primeros discos. ¿Cómo ve alguien que generó tantos comentarios los nuevos géneros que surgen en la música latina?

-Qué bueno que lo menciones. Me costó muchísimo trabajo hacerlo. Si bien sabes, mi padre, Vicente Fernández, fue un monstruo de la música mexicana y no fue nada fácil. Primero llevar el apellido, que fue difícil estar a la sombra de mi padre y después tratar de hacer una carrera propia con algo innovador, diferente. Al principio, los puristas, mi propio padre, que fue uno de mis peores críticos, fueron duros. Estábamos restringidos para acercarnos a otra música.

- ¿Y cómo realizó ese cambio?

-Yo quise hacerme de otras herramientas para poder seguir por lo menos escuchándome. Agarré a uno de los mejores productores de ese momento, que era Emilio Estefan y le propuse hacer una fusión de músicas más internacionales que se pudiera consumir mejor en la radio. En la radio no se tocaba el género de la música mexicana como tal. Emilio entendió perfectamente lo que tenía en la cabeza e hicimos el disco de 'Me estoy enamorando', que fue el álbum que más ha vendido en mi carrera. Una fusión entre el pop sin perder la raíz y la cultura, dejando claro tanto a Emilio como a Kike Santander, coproductor, que así quisiéramos meter música urbana o caribeña, hasta bachatas, que todo tuviera el toque mexicano. Eso fue lo que me dio la identidad y desde entonces la gente me ve con cariño, las nuevas generaciones y los compañeros me ven con respeto porque saben que me atreví a hacer ese movimiento y de ahí, muchos de los que están sonando ahora traen un poco de mi ADN, de influencia de mi música y de las críticas que se convirtieron en aplausos.

-Eso fue el pasado, pero ahora, tras 30 años de carrera y con más de 40 millones de discos vendidos, ¿eso significa haber triunfado?

-Para mí conseguir el éxito es estar dentro del gusto del público. La idea que yo tenía con mi propuesta, mi objetivo, no era que la gente me reconociera por ser famoso, sino ir más allá y que reconocieran mi trabajo. Por ello me siento súper agradecido y relajado porque cumplí con mis sueños. No he llegado a mi punto máximo aún; en edad estoy creciendo, pero creo que mi cerebro nunca ha parado y tengo mucho que ofrecer todavía en lo artístico por muchos años más.

-¿Podemos decir ya que el apelativo de El Potrillo va mutando a caballo serio?

-(Ríe) Pues ya, tenemos que crecer con los años, no nos queda otra. Me gustaba jugar con el niño interno, pero no queda otra que madurar.

-¿Ahora toca jugar con los nietos?

-Exactamente. Ahí es donde estoy en contacto con ese niño interior.