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PILAR G. RUIZ
santander.
Domingo, 18 de diciembre 2022, 01:00
A su manera. Con calma, Sidecars han ido creciendo. La banda formada por Juancho (guitarra solista y voz), Gerbass (bajo) y Ruly (batería) ha publicado ' ... Trece', su séptimo disco. Ese con el que, lejos de supersticiones, se atreven a dar el salto a los grandes recintos sin perder la esencia de lo que defienden ser: una familia. Esta noche (22.00 horas) lo demostrarán en el Palacio de Deportes de Santander, dentro del festival Magdalena Winter.
-Dicen que las giras son una forma de vida, pero según pasa el tiempo, ¿siguen afrontando igual esa parte de su trabajo?
-La verdad es que sí. Estar de gira es cansado, por supuesto, pero estamos muy acostumbrados a hacerlo. Además tenemos la suerte de hacerlo en familia; seguimos siendo el mismo grupo de chavales que empezaron a girar cuando eran adolescentes y eso lo hace todo más fácil porque nos conocemos mucho y lo vivimos con mucha ilusión. Más ahora después de un parón tan raro. Hemos vuelto a valorar mucho lo que es estar en la carretera.
-¿Qué tal van estos primeros pasos de 'Trece'?
-Estamos teniendo unas sensaciones muy bonitas en el comienzo de esta gira. Supongo que la circunstancia y el escenario en que está escrito, que desgraciadamente lo hemos vivido todos, hace que nos conecte al público. El arranque ha sido muy especial y tenemos ganas de seguir viviéndolo, viendo cómo palpita la gente.
Cuándo Hoy domingo, día 18. Apertura de puertas 20.00 horas. Egon Soda, 21.00 horas. Sidecars, 22.00 horas.
Dónde Palacio de los Deportes de Santander.
Entradas Desde 25 euros www.magdalenawinter.com
-Presentan canciones de las que se dice que son marca de la casa. ¿Cuál es esa marca de la casa?
-(Ríe) No lo sé. No tengo potestad para decirlo. Después de tantos años no me gusta hablar de un sonido, ni mucho menos, pero sí que hay una manera de contar las cosas, de instrumentarlas, que al final lleva implícita parte de nuestro carácter y hace que se identifiquen con nosotros y que suenen a Sidecars.
-Para componerlas dejó de ver los informativos y los cambió por Chet Baker y 'Friends'.
-Por ejemplo, sí. Supongo que es algo que nos pasó a muchos. Al principio querías estar informado en todo momento, pero a la vez era un bucle jodido. No dejabas de ver malas noticias y de preocuparte más. Llegó un punto en el que dije: voy a chequear el mundo de vez en cuando, pero voy a intentar mirar un poco más hacia dentro y disfrutar de estar en casa, de cocinar, de escuchar música...de vivir.
-Afirman ser unos románticos. El rock que perdura tiene mucho de eso.
-Ya solo el hecho de que perdure, en estos tiempos, haciéndose las cosas como se hacían antes, sin perder el rumbo en cuanto a sumarse a ese ritmo de vida que parece que hay que tener: escribir canciones de dos minutos, que todo sea corriendo, sacar las canciones de una en una porque la gente, dicen, no tiene paciencia para escuchar un disco entero... Creo que los que seguimos haciendo las cosas como siempre, es en gran parte por ese lado romántico y porque no sabemos hacerlo de otra manera. Es como concebimos la música; reposada.
-Con cuestión de gravedad tenían el reto de llevar el repertorio a los teatros. ¿Cuál es el reto con 'Trece'?
-Bueno, tenemos varios. Estamos enfrentándonos a la gira más ambiciosa, en el buen sentido, desde que empezamos. Nos hemos atrevido a pisar recintos grandes, ya que sentimos que las canciones de este disco, la banda y el proyecto han crecido y el reto es llevarlo al directo de esta manera. Mostrarle a la gente y a nosotros mismos, que aparte de hacer una cosa gourmet para teatros y hacer una cosa acústica, que ya hemos demostrado que nos sentimos cómodos, también que somos una banda para grandes espacios.
-¿Llenar grandes espacios es sinónimo de consolidarse?
-No, creo que no. Tengo la sensación de que hay mucha gente que comienza y ya llena grandes recintos. Eso no significa que se consolide, sino que le está acompañando la suerte y el éxito, independientemente de que lo merezca o no. Siento que con este disco, por primera vez, hemos percibido un respeto de la gente al trabajo hecho con mimo durante tantos años. Consolidarse es ganarse ese respeto. Meter más o menos gente depende de otros factores.
-Visto desde fuera, da la sensación de que en los últimos cinco años, la banda se ha estabilizado en torno a ese respeto que menciona. ¿Desde dentro también lo viven así?
-(Piensa) Desde dentro se pierde un poco de perspectiva. Lo hemos sentido más al sentarnos a hablar con la gente. Hemos pasado de ser el eterno grupo revelación a ser un poco, quitando la connotación, clásico. Como una banda de muchos años que han ido convenciendo.
-Clásico, gourmet, veo un vocabulario supreme, pero hay otra palabra que repite: familia. ¿Es lo que le da sentido a todo esto?
-Por supuesto. No estariamos aquí a estas alturas sin ello. La convivencia es parte de nuestro oficio. Te vas a tocar a Santander y pasas cuatro horas de furgoneta, dos horas tocando, el resto del día, el viaje de vuelta, con tu gente. No concibo esa vida con desconocidos, entre comillas, sino con la familia. Te conoces más que nadie. Es la relación más larga que hemos tenido en nuestra vida. Es todo muy fácil, muy cómodo y es una suerte vivirlo de esta manera.
-Es un principio que repite Quique González, que no podría subirse a un escenario con alguien con quien no se llevara bien.
-Oyes muchas leyendas de los grupos míticos, que no se hablan, que se juntan solo para tocar. No me lo puedo imaginar. Se ponen en valor otras cosas y es una máquina de hacer dinero. Nosotros intentamos ser una máquina de generar emociones, dentro y fuera del escenario. Que nos permita vivir de ello, pero anteponiendo el oficio y su salud.
-¿Pero se escuchan unos a otros los audios de Whatsapp a doble velocidad o normal?
-(Ríe) Yo no tengo ni Whatsapp, para que te hagas una idea. Vivo en este mundo, pero aún mando SMS.
-¿El séptimo miembro de esta familia es su productor, Nigel Walker?
-Claro. Él es muy responsable de todo lo que hemos vivido, lo que estamos viviendo y esa esencia que hablábamos antes. Lo hemos generado juntos. Tenemos una manera muy parecido de entender la música. Es una de las mayores influencias musicales que tendremos en la vida.
-Después de todos estos años, ¿ha superado la timidez que le produce enseñar sus composiciones?
-Eso no se pierde nunca. Uno cuando escribe una canción se siente ridículo y pocas veces lo haces y sientes que está bien y va a gustar. Yo escribo una canción y estoy por el rabillo del ojo observando las reacciones para ver si soy un impostor o no.
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