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El jazz exige no solo una gran sensibilidad creativa, sino, sobre todo, un profundo conocimiento de las bases conceptuales de la música y un exquisito dominio técnico de los instrumentos. Pese a ello, es un sustrato tan versátil y abierto que tiende a llevar siempre ... a sus creadores hacia la incertidumbre y la duda. En lo que se refiere a este género, crecer como músico pasa por asumir ese vértigo y aprender a convivir con lo incierto. Así lo explica, porque lo ha vivido en carne propia, el músico cántabro Juan Saiz (Santander, 1986), uno de los intérpretes con mayor proyección de la comunidad. Pese a su juventud, cuenta con una dilatada y exitosa trayectoria que extiende ahora con la publicación de su nuevo disco, 'Pindio II', publicado con Leo Records, mezclado en los Estudios Vumeter de Cabezón de la sal y en el que cuenta con la colaboración de otros destacados intérpretes a nivel nacional como el pianista Marco Mezquida o la batería Genis Bagés.
–Presenta su nuevo disco, continuación de su primer trabajo.
–Sí, 'Pindio II' es la continuación del proyecto que inicié con mi primer disco en el año 2016, cuando publiqué 'Pindio H.C.', que venía de la expresión 'Hors Categorie', con la que se señalan los puertos de categoría especial en ciclismo. Es un proyecto que nació en 2014 como mi trabajo de fin de carrera, que hice junto a cuatro músicos destacados de la ciudad, que en aquel momento empezaban a consolidar sus carreras y a despuntar.
–Seis años después repiten, pero con algunos cambios y mucha más experiencia.
–Desde entonces todos hemos ido avanzando y en mi caso he sacado otros discos con otros proyectos, pero creía que ahora era un buen momento para retomar esta iniciativa con más madurez y serenidad. Lo he desarrollado con los mismos músicos salvo un cambio, todos ellos gente con carreras muy exitosas y que han aportado el gran bagaje que han atesorado hasta ahora. Son Marco Mezquida al piano, Manel Fortià en el contrabajo y Genis Bagés en la batería.
–¿De dónde surge esta singular propuesta?
–El impulso de este disco surge de las ganas que tengo de seguir creando y haciendo cosas interesantes artísticamente que me estimulen. En estos años han pasado muchas cosas a nivel personal y también social que están reflejadas en el disco. También hay nuevas influencias que he ido absorbiendo en todo este tiempo. Es un trabajo en el que se refleja el peso de los años y es por ello una propuesta más madura, más posada, aunque llega con las mismas ganas de empujar y de dar un puñetazo encima de la mesa, pero siendo más consciente de cómo es esta profesión y el mercado de la música.
–¿Cómo son?
–Complejos. Ahora llega el momento de llevar el disco a los escenarios, que siempre es complicado y hay que lucharlo mucho pero parece que se están abriendo y activando las opciones. Solemos tocar en festivales y el hecho de que se reactive el panorama es bueno pero a nivel local también vuelven a venir muchos artistas de fuera y eso hace que haya menos plazas, pero bueno.
–¿Qué se va a encontrar el público en este trabajo?
–Es un disco de casi 45 minutos en el que hay diez composiciones y también incluye varias improvisaciones. De hecho, en los propios temas hay muchas partes dedicadas a la improvisación. Es un álbum que navega entre ambas propuestas. En el caso de la improvisación, se plantea desde un punto de vista más libre, sin estructuras fijas ni armonías predefinidas. A la hora de improvisar podemos utilizar cualquier color, es un gran lienzo en blanco por el que podemos tomar diferentes direcciones y generar diferentes experiencias.
–Si a nivel musical es una propuesta llena de matices, a nivel conceptual no lo es menos...
–Sí. El viaje que arranca con 'Index librorum prohibitorum', que es una declaración de intenciones y un retrato crítico de los tiempos que vivimos, de lo mucho que ha cambiado todo y, a la vez, de cómo esta época tiene mucho que ver con los viejos errores humanos. Hoy en día el control de la información sigue existiendo, solo que ahora se realiza por medios mucho más sofisticados y sutiles. Este tema ya marca un poco el camino, el tono del disco.
–Pero ese es solo el comienzo.
–Claro. A partir de ahí planteo un viaje por diferentes sonoridades en las que juego con la flauta y con el saxo, y en el que todos los músicos utilizan muchos recursos sonoros de sus instrumentos, trascendiendo el sonido tradicional y yendo mucho más allá. Con ello tratamos de crear toda una historia, un camino lleno de sabores y colores que sorprenden y cautivan al oyente.
–La génesis del disco es ecléctica, porque transita entre Cantabria y Cataluña.
–Sí, el disco ha sido grabado en los Estudios Medusa de Barcelona y ha sido mezclado en los Estudios Vumeter de Jabeta López en Cabezón de la Sal. Ha sido producido por la discográfica Leo Récords y por mí. En este trabajo he contado con el apoyo del Servicio de Acción Cultural de la Consejería de Universidades, Cultura y Deporte.
–¿Dónde puede el público adquirir 'Pindio II'?
–Puede adquirirse físicamente en Santander, en la tienda Polimúsica, y en otras tiendas especializadas de música en España. También se puede conseguir a través de otras vías como mi canal en Bandcamp, de mi página web, juansaiz.es, así como de la web de la discográfica, Leo Records.
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