Carmen Linares

Cantaora

«El flamenco ya no es un mundo tan masculino y aún saldrán más mujeres»

-Está considerada como una leyenda viva del flamenco.

-¡Y no sabes que responsabilidad¡ Todos los reconocimientos que se me han hecho los he recibido como un regalo porque es verdad que he dedicado mi vida al flamenco y el hecho de que se me reconozca no puede si no producirme una gran alegría y ganas de seguir demostrando que me merezco todas esas palabras tan bonitas que me dedican.

-Entre todos esos reconocimientos está el haber sido nombrada doctora honoris causa de la Universidad de Sevilla, ¿qué significa para el flamenco entrar a formar parte de los círculos académicos?

-Para el flamenco todos estos reconocimientos, y también el Princesa de Asturias que me concedieron junto a María Pagés, es algo buenísimo porque aunque lleven mi nombre en verdad lo que se premia es a la música flamenca, a la danza, a la guitarra... Paco de Lucía también fue nombrado doctor honoris causa y María Pagés o la Niña de los Peines... Lo veo como una llamada de atención a este arte tan maravilloso que tenemos y que nos representa en el mundo.

-¿Y esa llamada de atención está siendo atendida?

-Sí. El flamenco está cada vez más reconocido. Está claro que es un arte muy importante para este país. Y eso es algo que los compañeros y yo notamos cuando actuamos fuera de España, que lo respetan. A nosotros, cuando a miles de kilómetros de casa, el público se pone en pie, nos emociona mucho. Pero a mí no me extraña nada porque el flamenco tiene una sensibilidad y un corazón que hace que llegue a lo más profundo de cualquier persona. También tengo que decirte que aún necesita más apoyo y atención por parte de las instituciones porque no se dan las mismas ayudas al flamenco que a otro tipo de músicas.

-¿Qué va a interpretar mañana en el FIS?

-Primero de todo me gustaría decirte que estoy encantada en volver a Santander, una ciudad que me encanta. Pero además estoy feliz de que un Festival con tanto prestigio como este haya incluido un espectáculo de flamenco en su programación. Voy a ofrecer un concierto que nació un poco antes de la pandemia para conmemorar mis 40 años de carrera. Un espectáculo del que hay además se acaba de publicar un doble álbum, un disco libro en realidad, con algunos de los artistas invitados que me han acompañado en alguno de los conciertos de la gira como Serrat, Luz Casal o Miguel Poveda. Creo que el público lo va a pasar muy bien porque además me acompaña una formación estupenda.

-Después de estos 40 años en el escenario, si echa la vista atrás, ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?

-Uy, tantas cosas. En verdad conmemoro los 40 años que empecé mi carrera como solista y con mi grupo, pero ya llevaba diez años cantando con grupos de baile. Anécdotas para contarte tengo mil. Pero si lo que quieres es un balance, podría decirte que priman los recuerdos bonitos, porque esta es una profesión preciosa aunque hay que trabajar mucho, intentar evolucionar cada día y sobre todo sumar todas aquellas cosas que tú puedas aportar. Así que si miro todas las cosas que he hecho, reconozco que he trabajado mucho, pero también que he sido muy feliz. Yo le he dado mucho al flamenco, pero me lo ha devuelto con creces.

-Han pasado más de 25 años desde que publicó 'Antología de la Mujer en el cante'. ¿Qué significó para usted ese trabajo?

-Siempre lo digo, fue un antes y un después y me puso en el sitio que yo quería estar. Fui la primera mujer que hizo un trabajo de esa categoría, una antología sobre todos los cantes que habían creado o recreado las mujeres y con ella se le dio el sitio y la importancia que tenían. Fue un trabajo muy documentado y para mí supuso un aprendizaje. Estoy muy satisfecha de él.

-Se anunció una segunda entrega.

-Algo ha salido, pero no lo que a mí me hubiera gustado que es la antología completa. Espero que alguna vez lo hagamos.

-¿El del flamenco es un mundo más masculino que femenino?

-Ahora ya no tanto, afortunadamente. Las cosas han cambiado mucho y ahora si una joven de 16 a 17 años quiere cantar no tiene tantas objeciones. Pero fíjate que yo creo que las trabas que tenían las mujeres en este campo venían por parte de sus familias, de su entorno que tenía miedo a que saliesen de casa, a que viajasen... Cosas que no pasaban con los hombres. En ese sentido yo he tenido mucha suerte. Mi padre tocaba la guitarra, era un gran aficionado y estaba muy orgulloso de que su niña de quince años conociese los cantes flamencos así que cuando acabé el instituto y dije que quería dedicarme al cante solo recibí apoyo por parte de los míos. Pero no era lo habitual, ahora sí y ya veréis como van a salir muchas más mujeres

-¿Y qué les aconsejaría a todas esas mujeres?

-No soy de esas personas a las que le guste dar consejos, pero sí alguien me pregunta le diría que en líneas generales es una profesión dura y que sobre todo tienen que tener una gran afición y gustarle mucho porque cantar flamenco es difícil. También les diría que no tengan prisa, que vayan paso a paso y que no dejen de aprender.

-El día 26, el FIS, esta vez en colaboración con la UIMP proyectará el documental que ha hecho con María Pagés. ¿Que recoge ese trabajo?

-Sinceramente creo que es un documental estupendo, que está muy bien hecho y que recoge, además de nuestras trayectorias, como vivimos al Premio Princesa de Asturias. Fue muy emocionante todo lo que nos ocurrió aquellos días en Oviedo, una ciudad que se volcó con nosotras. Me di cuenta que en esos premios Princesa de Asturias el pueblo se implica mucho y lo vive especialemente.

-¿Y en la eterna disputa entre los puristas y los abiertos a fusionar el flamenco con otras disciplinas en que lado está?

-Estoy a favor sí se hace con respeto y conociendo las dos músicas que se fusionan. Si la fusión funciona es algo positivo y una aportación más al arte. Pero haciendolo bien.Evidentemente.

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