«Lo que la gente quiere escuchar es sota, caballo y rey»
Entrevistas ·
Marta Fierro ha compartido escenario con los más grandes, ha vivido la gloria, el reconocimiento de la industria y sus sombras y este sábado pinchará en la primera fiesta 'Disco Flash' de Escenario Santander
Marta Fierro, Eme DJ, puede presumir de haber compartido escenario con David Guetta y 2manydjs, habla sin tapujos sobre una profesión «en la que la competencia es abrumadora y totalmente tóxica», ha hablado en mil ocasiones sobre sus problemas de salud mental y sobre la vez que tuvo que parar una sesión por un ataque de ansiedad y, actualmente, compagina sus sesiones con clases en una escuela y el proyecto 'Depresión en la cabina', que busca dar visibilidad a los problemas de salud mental y precariedad que sufren los DJ. Este sábado, pinchará en la primera de las fiestas 'Disco Flash', que se encarga de coordinar, que contarán con la presencia de varios DJ nacionales de referencia y que se celebrarán durante los próximos meses en Escenario Santander.
- La suya se puede considerar ya una carrera larga.
- Llevo dedicándome a esto de manera profesional desde el año 2008, pero, desde mucho antes, ya estaba haciendo cosas. Cuando me fui a estudiar a Madrid, me recorrí todos los bares de Malasaña para ver si me iban dejando pinchar y fui poco a poco haciendo cosas hasta que llegó un momento en el que todo cambió y tuve la oportunidad de hacer que mi 'hobby' se convirtiera en mi trabajo. De repente, un día, estaba pinchando en Malasaña y, al mes siguiente, estaba pinchando en Londres y había firmado un contrato de representación con una agencia.
- Casi nada.
- No tengo los carteles de los eventos y los sitios en los que he estado colgados por las paredes de mi casa, porque nunca he sido de esa clase de personas, pero lo cierto es que he pinchado en sitios como el FIB y he compartido escenario con gente de la talla de David Guetta o 2manydjs. En el momento de mayor éxito de mi carrera, pinché junto a David Guetta, durante la celebración del Gran Premio de Fórmula Uno de Valencia.
- Siempre ha hablado del mundo de los DJ como de una profesión que es bastante inestable
- Si llego a saber que esta profesión era tan inestable, hubiera estudiado otra cosa, en vez de haber apostado sólo por esto, que es algo de lo que ahora me arrepiento mucho. Hace años, cuando estuve en el festival Sonorama, cobré 1500 euros por pinchar, mientras que ahora mismo cobro menos de la mitad. Este es un mundo muy precario, aunque también te encuentras con disyoqueis que lo mismo te llenan una sala grande y que han llegado a cobrar hasta 10.000 euros por pinchar en un festival. Yo he tenido que bajar mi 'caché', porque la competencia es brutal, necesito seguir pinchando para poder comer y ya no muevo tanta gente como hace una década. Hace quince años, cuando pinchaba en una sala, lo mismo venían 400 personas sólo por verme pinchar a mí, pero hoy en día ya no muevo a nadie. Para muchas de esas personas, sólo soy un recuerdo fugaz en una noche de alcohol.
- No puedes lamentarte de los errores del pasado, sino que tienes que tirar hacia delante. Yo, por ejemplo, no soy ni de lejos la misma persona que era hace dos meses: la vida te va haciendo ver las cosas de otra manera.
- Mi problema es que nunca tuve un plan B: siempre me he estado agarrando a un clavo ardiendo, que es el tema de pinchar y ahora, de repente, veo que ya tengo una edad, que ya no me llaman de los sitios como antes y que estoy en profesión muy tóxica, en la que la competencia es abrumadora. Ni siquiera tengo claro que vaya a seguir pinchando dentro de dos o tres años. Estoy en una profesión en la que hay muchísimo intrusismo y en la que tienes que competir hasta con presentadoras de televisión. Hay gente que ha estado mil años trabajando duramente para hacerse un nombre, mientras que hay personas que están en los carteles de los festivales por el simple hecho de que son famosas. Mucha gente piensa que lo de ser un DJ se basa simplemente en poner música, cuando es mucho más que eso.
- Si una persona quiere adentrarse en la profesión , ¿por dónde debería de empezar?
- Este es un 'hobby' muy caro, porque hay que invertir en un equipo e ir comprando y escuchando muchísima música. Ahora mismo, gastándote unos 300 o 400 euros, puedes llegar a tener una controladora de DJ de segunda mano, unos buenos auriculares y unos altavoces decentes, con los que vas a poder ir practicando en casa. Yo, por ejemplo, ahora mismo, doy clases en la DJP Music School, que son geniales para adentrarse en la profesión y aprender a manejar el equipo. De lunes a jueves doy clases de DJ, los sábados hago sesiones y los viernes, que son algo así como mi día libre, me dedico a escuchar mucha música, porque no quiero estar siempre pinchando las mismas cosas, aunque también es verdad que, al final, lo que la gente quiere escuchar es sota, caballo y rey. Actualmente, la gente sólo busca su microdosis de estribillos.
- Debe resultar frustrante
- Muchas veces te desilusionas, porque te pasas semanas intentando descubrir cosas nuevas que pinchar y que crees que le pueden molar al público de una sesión, pero luego, lo que la gente quiere escuchar, es lo que satura los medios, las canciones que triunfan en Spotify. Al final, lo que trato de hacer es encontrar un punto medio entre lo que quiero yo poner y lo que me pide la gente. Lo que suena en mis sesiones depende mucho del sitio donde esté pinchando, de la hora que sea y de muchas otras cosas. Hay una parte importante de mi trabajo que se basa en intentar leer cuál es la actitud de la gente, para lograr que hagan cosas como emocionarse o bailar.
- Si alguien quisiera contar con usted para un evento, ¿con cuánta antelación debería hacerlo?
- Hace diez años nunca tenía huecos libres en la agenda, pero ahora todo depende del momento del año en el que alguien quiera contratarme. En abril, sin ir más lejos, tengo alguna fecha libre, mientras que, durante la temporada veraniega, tengo muchísimas cosas ya cerradas. Hay promotores que me han llegado a llamar incluso en septiembre para contratarme de cara a este verano.
- Este sábado pisará Santander, para pinchar en la primera de las fiestas 'Disco Flash', ¿qué nos puede contar sobre ellas?
- Son fiestas que me encargo de organizar, junto a la gente de Escenario Santander. La idea es que en cada evento haya dos DJ y una pequeña actuación de algún artista. De aquí a junio queremos ir haciendo una fiesta al mes y, después del verano, nos gustaría hacer una fiesta a la semana.
Depresión en la cabina
- Actualmente, se encuentra detrás de un proyecto que se llama 'Depresión en la cabina', ¿qué nos puede contar sobre él?
- Hasta ahora, no había ninguna plataforma o asociación que apoyara a los DJ y visibilizara los problemas que sufren, algo muy necesario. Ahora mismo, estamos en proceso de constituirnos como asociación y ya llevamos un tiempo dando charlas sobre el tema y hablando con profesionales de la salud mental, para que pueda ofrecer apoyo 'online' o presencial a los DJ. Llevo mil años hablando en primera persona de mis problemas de ansiedad, he visto cómo otros profesionales también tienen sus movidas y he querido montar algo para ayudarlos a todos. El mundo de los DJ es muy duro, porque hablamos de una profesión en la que hay mucha precariedad, en la que generalmente se trabaja de noche y en la que puedes beber mientras trabajas.
- ¿Hay muchos problemas entre los DJ en relación al alcohol?
- Muchos DJ no sólo beben mientras pinchan, sino que se refugian en el alcohol, porque tienen unos problemas de soledad tremendos: después de una sesión en la que incluso puede que te hayan han ovacionado, te quedas solo, te da el bajón y es fácil que tengas problemas emocionales y te sientas vulnerable. Yo dejé de beber en el año 2009 y por suerte no lo he vuelto a hacer, pero trabajo en la profesión menos abstemia del mundo.
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