Ginebras: «No es normal que pasen cosas como que haya festivales en los que sólo toquen hombres»

El éxito de las últimas viene arropado por temas como 'La típica canción', 'Chico pum' o su versión guitarrera de 'Con altura' de Rosalía. Son una de las bandas del momento y están inmersas en una amplia gira de conciertos que este sábado a las 19:00 horas pasará por el anfiteatro del Centro Botín de Santander.

Juls (batería), Magüi (voz y guitarra), Raquel (bajo) y Sandra (guitarra y coros) se encuentran detrás de un proyecto que en los últimos dos años no ha dejado de hacerse un nombre.

«Hemos dado muchos más conciertos con gente sentada que con gente de pie: por suerte, ya hemos podido volver a actuar con el público de pie y no veas la ilusión que nos hace, es como superar otro escalón más en nuestra carrera», señala Magüi. «Componemos pensando en que queremos que nuestros directos sean una fiesta, pero, por desgracia, una fiesta implica bailar y saltar, algo que, hasta ahora, apenas había podido hacer el público que venía a vernos actuar. De hecho, incluso tuvimos que modificar algunas partes de nuestras letras para adaptarlas a la situación que estábamos viviendo», añade Sandra.

La buena acogida que ha tenido el grupo ha hecho que incluso hayan tenido que reeditar su álbum de debut, 'Ya dormiré cuando me muera', que publicaron en pleno confinamiento. Un «popurrí» de canciones que «aparentemente no pegaban entre ellas», pero que se acabaron convirtiendo en uno de los discos más divertidos de los últimos tiempos. «Hemos metido muchas cosas nuevas dentro de la reedición, se puede ver como una manera de cerrar un año que ha sido negro, pero en el que nos han pasado muchísimas cosas buenas. Hemos incluido un remix de uno de nuestros temas, una colaboración y 'La ciudad huele a sudor', una canción que publicamos este verano, que nació por una tontería, por decir un día qué calor hace y qué sudada llevo, y que está funcionando muy bien en nuestros conciertos».

«Ahora tenemos más presión a la hora de componer cosas nuevas, porque ya no sólo intentamos que nos gusten a nosotras, también intentamos agradar a nuestro público».

Sin pretenderlo, Ginebras se han ido convirtiendo en un referente para toda una generación de chicas que han visto cómo cuatro mujeres pueden coger sus instrumentos, subirse a un escenario y hacerse un nombre en una industria en la que predominan los hombres.

Es común ver a grupos de cuatro o cinco chicos tocando, pero, aunque siempre han existido, hasta ahora no era tan común encontrarse en nuestro país con formaciones exitosas compuestas exclusivamente por mujeres. «Al no tener referentes, siempre nos daban miedo cosas como tocar una guitarra en una banda sin necesidad de cantar. Al menos, por mi parte, un día vi a las Hinds en directo y todo cambió: me di cuenta de que podía tocar un instrumento en el escenario sin tener que cantar», indica Sandra. «Que salieran tantos proyectos exitosos formados sólo por chicas era algo que tenía que ocurrir tarde o temprano, ya que, con el auge de las plataformas digitales, es más fácil que nos conozcamos entre nosotras y que los referentes estén más cercanos. Intentamos que la gente se vaya dando cuenta de que no es normal que pasen cosas como que haya festivales en los que sólo toquen hombres».

«La semana pasada, estuvimos tocando en el festival Sonorama Ribera Ibiza y nos sorprendió la cantidad de mujeres que había en el cartel, como Sandra Delaporte, Dani, Kuve o Maren. Ahí estamos todas, haciéndonos un hueco como podemos en los carteles de los eventos musicales y reivindicando una mayor presencia femenina», señala también Magüi.

Lo cierto es que, en sus letras, Ginebras hablan abiertamente de temas como el feminismo, la bisexualidad o el hecho de no depilarse. Eso sí, ellas no se consideran abanderadas de ningún movimiento, sólo cantan sobre su día a día. «Obviamente somos mujeres, somos feministas y representamos a una parte de la población, pero simplemente escribimos sobre las cosas que nos pasan. Por ejemplo, en 'Metro de Madrid informa' no es que quisiéramos reivindicar la bisexualidad, es que hablamos de nuestro día a día. Componemos sobre lo que nos sale, sin ninguna pretensión, pero luego es verdad que mucha gente se siente identificada con lo que contamos».

Algo que tienen claro las componentes del grupo es que sus canciones son para bailarlas, que sus 'shows' son una fiesta en la que se visten de colores y que «tienen muy poca vergüenza». Este sábado en Santander prometen montar «algo único», con dos alicientes especiales: por fin pueden tocar en nuestra región —tenían que haber actuado el año pasado en el festival Santander Music— y su seguidor número uno, un chico que les sigue «desde el minuto cero», es cántabro.

«Por fin estamos presentando nuestro álbum de debut como se merece, un año y medio después de que saliera publicado: esperamos no tardar tanto cuando saquemos nuestro próximo disco», bromea Sandra, señalando también que aún no han empezado a trabajar en cosas nuevas.

«Este verano lanzamos 'La ciudad huele a sudor', ahora tendríamos que hacer algo de cara al invierno», comenta Raquel. «'La ciudad huele a Navidad'», añade Magüi. «El año pasado hicimos un villancico de coña, pero es muy personal y no va a ver la luz. Nos gustaría realizar uno, pero no sabemos si este año nos dará tiempo».

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