James Rhodes
El intérprete británico recala hoy en el Centro Botín, de la mano de la Cadena Ser, para charlar con el actor cántabro Antonio Resines en su programa 'En clave de Rhodes'
«¿Puedes creer que es mi primera vez en Santander?», dice sorprendido James Rhodes (Londres, 1975). El pianista y escritor británico, cuyo acento le delata ... quiera o no, estará hoy, jueves, a las 20.00 horas, en el Centro Botín -aunque ya no quedan entradas disponibles- para grabar una nueva entrega de su programa 'En nota de Rhodes', que se publica en formato podcast en Cadena SER. Por su espacio radiofónico han pasado Viggo Mortensen, Almudena Ariza, Elvira Sastre o Carlos Bardem entre otros. En Cantabria, primera vez que el programa se graba fuera de Madrid, el invitado será el actor torrelaveguense Antonio Resines.
- Viene a Cantabria para charlar 'En clave de Rhodes', con Antonio Resines. ¿Lleva guion o deja que las conversaciones vayan fluyendo?
-Es una mezcla; tengo un guion porque soy bastante tiquismiquis y porque los tiempos son muy importantes en la radio. Necesito una estructura, un poco como la partitura de una pieza de música. Además, estoy hablando en mi segundo idioma y hablo como con un acento de mierda; mi castellano es un poco espantoso. Por eso tengo un pequeño guion, que se puede cambiar, pero me ayuda un montón.
-Normalmente está solo ante el público, sin palabras, solo con el instrumento y la atención centrada en lo que surge de ahí. ¿Cómo vive esa diferencia?
-Es una de mis cosas favoritas, porque estoy muy harto de este mundo de polémicas. Lo que siempre pensé es tener un programa donde invito a amigos y charlamos sobre cosas bonitas. Futbolistas, escritores, músicos, actores y perroflautas. Sin polémicas. Es una charla y si hay un piano ahí, incluso mejor para tocar dos o tres piezas. Eso es un poco más fácil que tocar una hora y media de memoria 100.000 notas con 2.500 personas yo solo en el escenario, pero también tiene sus dificultades.
-¿Se considera un buen conversador?
-Estoy aprendiendo mucho. A ver, tú sabes, como periodista, que una entrevista es más escuchar que hablar, creo. Me encanta escuchar y aprender.
-¿Y qué tiene que tener una persona para que crea que merece la pena esa conversación?
-Anécdotas, cosas interesantes, cosas que nunca han compartido antes. Es un poco como explorar. Siempre son invitados a los que admiro mucho. Quieres preguntar, averiguar cosas que van más allá de lo cotidiano y para mí eso es lo más desafiante; encontrar el lado un poco escondido.
-Imaginemos que tengo superpoderes y le concedo elegir al personaje de la historia que desee. ¿Quién sería el escogido?
-Beethoven, obvio, aunque es sordo, entonces se complicaría un poquito, pero tampoco va a criticarme, porque no oye un carajo. Hay muchos, no sé... Isco, el futbolista, soy muy muy fan de él.
-Dos perfiles muy diferentes.
-Bueno, depende, no sé, para mí no. Son gente que ha encontrado su duende, que inspiran, que dan a los demás su talento y con una actitud un poco rockera. O Paul Auster, me encantaría, por ejemplo. Es que hay tanta gente, por eso estoy tan apasionado con este programa. Es un sueño.
España
«En este país siento por primera vez que estoy viviendo, no solo existiendo. Estoy feliz y súper agradecido»
Chopin
«Sin palabras, fue capaz de hacer una banda sonora para la condición humana que nos deja con la boca abierta»
-¿Qué es lo que ha hecho merecer ese sueño?
-No sé, soy un poco caradura, supongo que tengo mucha suerte y a ver, la verdad me siento un poco como un niño con nuevos zapatos, ¿sabes?
- En un mundo donde ahora mismo, por ser de otra nacionalidad, te pueden echar del país en el que estás, como en EE UU, ¿se considera afortunado por su situación en España?
- Sí. Nunca, nunca voy a cansarme de dar las gracias a España por su acogida. Es verdad que hay algunos diputados de un partido en concreto que han intentado deportarme y que quieren revocar mi nacionalidad por sus propios motivos, pero yo no lo veo factible, la verdad; ya es demasiado tarde; ¡hasta luego Mari Carmen!. Soy español hasta el chichi y estoy súper orgulloso. Es la primera vez que siento que estoy viviendo más que existiendo, que es la diferencia enorme para mí entre Inglaterra y España y estoy súper agradecido. Obviamente, pago muchos más impuestos aquí, pero aún así me da igual, tengo mi hogar aquí.
-¿Qué tiene que tener una pieza musical para que se pare a escucharla?
-Es mi trabajo. La música clásica tiene una cierta reputación muy injusta, de ser un poco aburrida, un poco seca, un poco intelectual, pero hay mundos enteros dentro de estas piezas. Solo necesitáis dos orejas para escuchar composiciones de hace 300 años con un nivel de dolor, de romanticismo, de duende, de amor, de sentimientos que es imposible no sentir escuchándolas.
-Hace unos años quería que la música clásica fuese incluyente, accesible y cercana. ¿Ha conseguido alguna de las tres cosas con su trabajo?
-El problema va mucho más allá de una persona o de un grupo de personas, tiene mucho que ver con la educación musical, no solo aquí; en todo el mundo. Cuando yo era un 'peque', en cada cole había su propia orquesta, viajes al auditorio nacional, al teatro real o conciertos. Ahora es al revés, sí no perteneces a una familia con pasta, olvídate. Tú no vas a aprender el violonchelo, el violín, el piano, nada que ver. Y hay una generación entera de 'peques' que no tienen ni idea de quién era Bach o cómo suena una orquesta y eso es algo que tiene que ver con los políticos. Pero, también en esto, los niños son invisibles, no votan, no pagan impuestos, es muy muy triste. Yo hago todo lo que puedo, pero también la industria de la música clásica podría hacer más para ser más acogedora, pero por cualquier motivo siguen persiguiendo a los viejos pijos con un montón de dinero.
- Se le considera también un referente en el campo de la salud mental. ¿Se siente así?
-Espero que no. Lo único que hago es ser claro. Si estoy lleno de ansiedad y he tenido una noche fatal y estoy con mucho ruido en la cabeza, pues voy a decirlo en voz alta, porque creo es importantísimo que seamos más abiertos ahora sobre este tema. Esta será la siguiente pandemia, todo el mundo está con más ansiedad y presión que nunca. Y si quieres ver un psicólogo, haces una llamada y con suerte en 9 meses tienes 15 minutos cada día. Necesitamos más recursos, más dinero para la sanidad pública.
-Todo acaba en el mismo sitio; 'money money'.
-Efectivamente. Así va el mundo y no sé si es triste, pero es un hecho. No se puede mejorar la vida de los niños ni de la población general sin dinero. ¿Y dónde va el dinero ahora mismo? Bueno, a los 'koldos' y los 'ayusos'.
-Para terminar, ¿por qué es Chopin «el puto amo», como dice?
-(Ríe) Chopin es esa figura tan frágil, con tantas enfermedades, con un corazón roto, una cabeza tan frágil y aun así es capaz de componer cosas que 200 años más tarde estamos escuchando con este nivel de asombro y en 300 años seguiremos escucharlo y pensaremos, ¿pero cómo carajo hizo algo así? Sin palabras es capaz de hacer un banda sonora para la condición humana que nos deja con la boca abierta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.