Secciones
Servicios
Destacamos
Es uno de los reclamos del V Festival de Jazz de Santander. Emmet Cohen (Miami, 1990) es un polifacético pianista y compositor, comprometido con la transmisión de conocimientos, historia y tradición del jazz del que los críticos destacan su dinamismo y carisma. Y además, divertirse en el proceso, como hace cada vez que interpreta una pieza. Quedará patente en su concierto de mañana (22.00 horas, Escenario Santander), con el Emmet Cohen Trío acompañado por la voz de Ekep Nkwelle.
–Prometedor, talentoso, brillante… ¿Cómo procesa la cantidad de adjetivos que le ponen?
–Me siento afortunado por esa atención. Ha sido un recorrido interesante desde que me trasladé a Nueva York en 2012, donde he tocado durante años en sesiones nocturnas de pequeños clubs, y tuvo que pasar un tiempo hasta que empecé a girar y viajar a otros lugares. Habrá a quien le guste lo que hacemos y a quién no, pero la música es lo que tenemos cuando no nos quedan palabras, así que, aunque nos pongan todas esos adjetivos, realmente, la música es la que habla por sí misma, y esa es la mejor parte de ello.
–¿Cuál diría que es el rasgo distintivo de su lenguaje musical?
–Una cosa que siempre planteo es un enfoque, un acercamiento holístico a la música. Esto significa, entre otras cosas, que me gusta incorporar el jazz de los últimos cien años, más allá incluso, la música clásica, el funk, el rock o el hip hop. En el formato trío nos gusta el estilo del primer jazz y como pianista me encanta Fast Waller y Earl Hines, pero también Amaj Mall y Oscar Peterson, Herbie Hancock y McCoy Tyler, Thelonius Monk y Brad Meldau. La forma en la que mezclamos el stride piano de los años 20 junto con arreglos modernos, creo que nos aporta originalidad.
–En qué momento fue consciente de que usted era uno de los protagonistas de la escena de la que había sido espectador?
–Es algo que ha ocurrido de forma muy gradual y eso es bueno, porque a veces es complicado gestionarlo todo a la vez. Comencé con conciertos en el año 2016 y en el 2017 empecé a trabajar con Christian McBride, Harlam Riley y Kurt Ellen y gané el concurso de la American Pianist Association en 2019. A partir de ahí, firmé un contrato de grabación con la discográfica Mack Avenue y las cosas empezaron a ir muy bien. Llegó la pandemia y nos sirvió para expandirnos y crecer mucho, porque tocábamos todos los días, grabábamos cada semana y estábamos conectados con público de todo el mundo, tocando con todo tipo de músicos de la escena jazzística mundial. Hoy en día, miro lo que hacemos y estoy muy agradecido por haber tenido estas oportunidades y ser parte de esa escena.
–El premio que menciona, los American Pianists Awards o la beca Cole Porter de la American Pianists Association que también recibió, ¿qué significan para usted?
–Me sentí muy agradecido por ser parte del concurso. Había grandes pianistas compitiendo y aprendí mucho sobre mí mismo. Y me sirvió para entrar después en contacto con Mack Avenue. Lograr un reconocimiento de este tipo siempre es algo bueno y estoy impresionado por la labor que hacen para apoyar a los pianistas jóvenes. Para mí, una de las mejores partes fue conectar con la comunidad de Indianápolis, donde se ubica la American Pianist Association. Cada vez que vuelvo a tocar, enseñar o hacer programas de sensibilización, dedicar tiempo a integrarme en esa comunidad, son de los mejores momentos de mi vida.
–¿Se siente comprometido con la enseñanza de esta disciplina?
–Así es. Creo, de hecho, que todos los músicos de jazz son maestros. En mí caso, hago mucho trabajo educativo, con master classes por todo el mundo y he comenzado un proyecto llamado Emmet´s Place de formación online, que es un buen sistema para llegar a la gente hoy en día. Quiero extender estas ramas a jóvenes músicos, ya sea en persona o a través de estas plataformas. Es una parte importante de nuestra labor.
–¿Cuál es el estándar que más le gusta interpretar?
–Es difícil elegir, pero si tengo que hacerlo, diría 'Brown Midnight'. Creo que es una de las composiciones más bellas que se han escrito. Con una preciosa introducción, un precioso interludio que Miles coloca ahí, preciosas alteraciones… Es una melodía inolvidable que todos los maestros del jazz han tocado.
–¿Qué papel ha tenido su entorno más cercano en su carrera?
–Creo que es mucho más fácil si creces con unos padres que te apoyan y yo tengo la suerte de que los míos sean, además, artistas, de mente abierta y que realmente aprecian la música. Siempre me apoyaron a ser músico si eso era lo que quería de verdad. Y si no hubiera querido serlo, me habrían apoyado igualmente. Siempre es más sencillo abordar cualquier meta si tienes a tu familia como soporte. La mía lo hizo y lo sigue haciendo.
–Durante la pandemia organizaba conciertos para 8 en su piso y para 40.000 en internet. ¿Fue una forma de estar cerca cuando era casi imposible?
–Comenzamos con esa idea la primera semana de la pandemia. Decidimos emitir un concierto e invitar a todo el mundo a nuestro salón. Fue una experiencia monumental conectar con músicos que íbamos conociendo cada día y con fans de todo el planeta. Cuando viajamos a lugares lejanos, nos encontramos con gente que nos vio en ese formato y que además de la conexión virtual, quieren hacer una conexión en persona y estoy muy agradecido por ello. Es uno de los usos mágicos de internet, unir a las personas de una forma especial, sobre todo en uno momento tan difícil para la humanidad.
–En tiempos postpandémicos, acelerados y cada vez más virtuales, ¿qué salud tiene el jazz?
–Hay personas en este mundo de tiempos post modernos que aman y necesitan la música. También hay gente que nunca la escucha y nunca lo hará. Pero es por los primeros para los que tocas. Esa salud se mantiene y va mejorando. Recorremos el mundo buscando a aquellas personas que aprecian la belleza del jazz, su poder. El poder de hacer del mundo un lugar mejor. Es una batalla ardua y el jazz es la mejor herramienta que tenemos para combatir el mal.
–¿Por qué debería acercarse un cántabro a escucharle a su concierto de mañana?
–Interpretamos música que está conectada a la humanidad, así que, si eres una persona a la que le gustan otras personas, si te gusta sonreír y reír, llorar y bailar y sacar tus emociones, nuestra música es muy adecuada para ti.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.