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Jorge R. Preciado, un cántabro tras los videoclips de exitosos artistas nacionales

Jorge R. Preciado, un cántabro tras los videoclips de exitosos artistas nacionales

El santanderino defiende el valor de su trabajo en un sector que debe huir de la gratuidad

Martes, 22 de septiembre 2020, 13:04

En los últimos años ha comenzado a reivindicarse una generación de productoras y realizadores nacionales que consideran los vídeos musicales como una forma más de hacer cine y de contar historias. ¿Son tan importantes como una buena canción o un buen directo? El Santanderino Jorge R. Preciado se compró su primera cámara de fotos con catorce años, luego se fue interesando por el mundo audiovisual, montó su propia productora y ha acabado trabajando con artistas nacionales de referencia como Don Patricio y Lola Índigo.

- A la hora de empezar a trabajar en un videoclip, ¿cuál es el primer paso que hay que dar?

- Escuchar la canción y preguntarle al autor si tiene algún significado. Por ejemplo, la cantante Alba Reche tenía claro que 'Quimera' se dividía en tres mundos: el cielo, el infierno y el purgatorio. El director del vídeo se basó en eso y en lo que ella le había contado también sobre el resto de su disco para desarrollar una propuesta.

- ¿Qué suele ser más común, que las bandas contacten con peticiones o que tiendan a dar vía libre para llevar a cabo una idea?

- Cada cliente es un mundo. Hay músicos que sí que te escriben con peticiones, pero muchas veces partes simplemente de una idea que te cuentan y a partir de ahí desarrollas todo. Don Patricio en 'Comunicado de prensa' no tenía claro qué quería que lleváramos a cabo, nos contó de qué iba la canción y acabamos pensando una serie de historias graciosas entre todo el equipo bajo un concepto que era algo así como: yo no quiero ser famoso si no puedo estar divirtiéndome con mis colegas y haciendo lo que me dé la gana.

- ¿Cómo se adentra en la profesión?

- Con catorce años me compré una cámara de fotos y empecé a dar clases con Raúl Lucio, pero poco a poco me fui decantando más por la grabación en movimiento y por la fotografía de los vídeos que por las imágenes estáticas. He dirigido algún videoclip, he trabajado en muchos más como director de fotografía e incluso he tenido la oportunidad de trabajar en anuncios para la televisión, como una campaña del realizador Nico Leonardo —que también es de Santander— para ColaCao: la de los auriculares, que llevaba coreografía y estaba destinado a un público jóven. En la actualidad, soy uno de los pilares de una productora que se llama 'Ultramarinos', que montamos una chica que se llama Paula Pinazo y yo. Con cada proyecto que nos llega, vamos viendo qué director podría ser el más idóneo, y a partir de ahí van surgiendo las cosas.

- Ha acabado trabajando con algunos de los artistas nacionales más exitosos de los últimos años, como Don Patricio, Lola Índigo y el grupo Carolina Durante.

- Tuve la oportunidad de hacer cosas con el rapero Bejo porque era uno de mis compañeros en la facultad y en el momento en el que yo estaba empezando, él también daba sus primeros pasos. Fue un pequeño trampolín que me ha ido permitiendo conocer a otros artistas. Pero también hay cantantes como Natalia Lacunza, a la que no conocíamos de antes y con la que acabamos trabajando en la productora gracias a que su discográfica se lo propuso.

- Me llama la atención la cantidad de gente que puede formar parte de la grabación de algunos vídeos musicales.

- Sólo hay que pararse a ver los créditos de las películas y descubrir la cantidad de personas que trabajan en ellas. Los videoclips no duran ciento veinte minutos, sólo son tres, por lo que el equipo es una pequeña parte que en el cine, pero aun así sigue siendo gente. En 'Quimera' de Alba Reche no éramos muchos, pero en 'A otro lado' de Natalia Lacunza —que está grabado en 16mm y contaba con algo más de presupuesto— trabajamos cerca de treinta personas sin contar figuración: realizador, director de fotografía, jefe de producción, estilismos, maquillaje, el auxiliar de cámara, el auxiliar de producción... Al final acaba siendo gente, y eso tiene un precio. En los cortometrajes apenas se cobra, pero en el mundo de los vídeos musicales estamos bastantes personas luchando porque esto no sea una cosa que se haga gratis y que haya unas condiciones dignas para todos los trabajadores.

- ¿Cuánto suele durar uno de sus rodajes?

- Normalmente hablamos de entre una y dos jornadas de grabación. Los presupuestos con los que nos movemos no nos permiten tener más días de rodaje. Cuanto más tiempo tienes, más tranquilidad, y más sobreseguro se pueden hacer las cosas, pero el tiempo es dinero y en esta profesión nada es barato.

- ¿Han sufrido muchos contratiempos?

- De cosas que salieron de manera desastrosa podría hacer una lista gorda. En 'Jugando' de Recycled J habíamos planeado que uno de los dos días de grabación fuera en exteriores. Encima en esa semana hacía un calor infernal, por lo que madrugamos mucho, paramos en las peores horas y reanudamos todo al atardecer, con la idea de trabajar hasta la madrugada. Habíamos montado un 'set' de cine de verano, con una pantalla grande y un grupo electrógeno de sesenta kilovatios, una especie de generador grande que ocupa toda una furgoneta. Ya de por sí era un rodaje un poco loco, pero encima se levantó una tormenta eléctrica minutos antes de empezar y no podíamos ni guardar los trípodes. Nos fuimos a las cinco de la mañana, cuando por fin pudimos recogerlo todo. Al menos tuvimos la suerte de que el dueño del grupo electrógeno nos prestó el material un día más, mientras nos hiciésemos cargo de la gasolina, y además, el permiso que habíamos sacado nos permitía filmar también al día siguiente. Gajes del oficio, todo se resolvió, y esa alegría que nos llevamos.

- ¿Cómo les ha afectado la cuarentena? ¿Tuvieron que paralizar algún rodaje?

- Antes de la pandemia estábamos trabajando en varios proyectos que, o bien se aplazaron y se han vuelto a recuperar, o bien se cancelaron, ya que la canción acabó saliendo publicada con un 'lyric video' o simplemente se subió a una plataforma como Spotify. Sí que nos escribió gente durante durante el confinamiento preguntándonos sobre la posibilidad de hacer algo juntos tras la vuelta a la normalidad.

- En los últimos años, realizadores españoles como NYSU o Lyona han dado mucho que hablar —tanto dentro como fuera de nuestro país— con sus videoclips.

- En España hay muchísimo nivel, tanto de gente joven, como de personas que llevan ya muchos años haciendo cosas que ya quisiera yo hacer. Aún recuerdo cómo me cautivó el vídeo de la canción 'Bombay' de El Gincho la primera vez que lo vi. Pero no sólo en la música, a nivel de publicidad, de cine y de series cada vez salen cosas más interesantes.

- ¿Algún ejemplo?

- Sólo hay que ver series como 'La peste' y 'La zona' o el éxito que han tenido fuera de nuestras fronteras productos como 'Las chicas del cable' y 'La casa de Papel', que cuentan con una inversión interesante detrás, un buen director de fotografía, buenos productores... Hemos sido nuestra propia piedra y pensábamos que las cosas que hacíamos no eran nada del otro mundo, pero ahora por fin nos lo estamos creyendo. Obviamente no somos Estados Unidos, nuestros presupuestos son mucho más pequeños, tanto si hablamos de cine como de videoclips: lo que pasa aquí, pasa allí multiplicado por cien. En España, ¿cuántos raperos suenan en la radio? ¿Cuántos raperos son multimillonarios? No podemos comparar, pero sí hemos visto que en la industria audiovisual tenemos muy buenos profesionales y muchísimas cosas que contar.

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