José Mercé: «Si no naces para cantar flamenco, no hay academia que te vaya a enseñar»

- Está a punto de cumplir 50 años de carrera, ni más ni menos.

- Afortunadamente. Y con muchas ganas e ilusión de seguir ahí. Mientras mi público quiera, seguiré. Cada vez que subo a un escenario disfruto más cada día. Salvo los quince primeros minutos.

- ¿Aún se pone nervioso antes de salir?

- Los quince minutos previos los paso muy mal, y cuando no me pase eso, me quedo en mi casa. Será señal de que ya no quiero estar. Eso sí, cuando salgo y hago el primer tema disfruto muchísimo. Eso te lo dan los años y la experiencia de estar en un escenario. Con que mi público disfrute la mitad que yo, me doy por satisfecho.

- Experiencia tiene de sobra, porque empezó a cantar siendo un adolescente

- Debuté en un tablado en Cádiz con 13 años y a los tres meses me marché a Madrid y a partir de ahí me fui con Antonio Gades, recorrí el mundo con él, inicié mi carrera en solitario... Como siempre digo cuando me preguntan, si no hubiera sido cantante no sé a qué me habría dedicado porque no he hecho otra cosa en la vida.

- ¿Qué recuerda de aquel niño de 13 años que se marchó de casa?

- Sensaciones muy bonitas y también amargas, con 13 años quieras que no eres un niño. Llegaba a cualquier sitio, con permiso de mis padres, me acordaba de mi casa, de mis hermanos… Pero quería cantar y quería verme ahí y cuando estaba en el escenario se me olvidaba todo. Son bonitos momentos para recordar. Cuando eres tan joven te quieres comer el mundo. Después te vas amueblando, como decía mi padre y se te van algunos pajaritas de la cabeza. No me puedo quejar. He ido avanzando muy poquito a poco en esto y estoy en la gloria.

- Sus primeros pasos los dio como niño cantor de la escolanía de la Basílica de la Merced. ¿Cómo valora la educación musical actual?

- Sí es la patrona de Jerez. Ahí empecé con un órgano, cantando las misas en latín, sin saber lo que decíamos, un poco como papagayos, y quieras que no, me sirvió para educarme la voz sin saber que me iba a dedicar a la música. Creo que en eso hemos avanzado bastante. Estoy haciendo un programa Tierra de Talentos en Canal Sur y hay una diversidad musical impresionante. Estoy disfrutando mucho escuchando estos valores y viendo tanto arte.

- Y ahora se estrenará también en La Voz

- Ahora estamos empezando a hacer los programas de La Voz Senior, con gente de mi edad que no ha podido realizar su carrera. Por ejemplo mujeres que en aquella época no podían porque no les dejaban cantar, personas que llevan mucho tiempo en esto, pero no han triunfado porque no son populares pero disfrutan muchísimo cantando.

- Usted fue una de las tres personas que mantuvo un encuentro virtual con los Reyes, precisamente para hablar sobre la situación del sector cultural con la pandemia

- Fue algo muy hermoso. Un encuentro con los Reyes y con compañeros. Realmente el mundo de la cultura no ha avanzado mucho. Estamos en un momento en el que parece que toda la culpa la tiene la cultura, cuando realmente los conciertos, los promotores se están portando de maravilla, con una seguridad inmensa, haciéndolo todo muy bien. Vamos con más seguridad que antes incluso.

- Justo el de los espectáculos está acostumbrado a mover gente con orden y procedimientos establecidos.

- Lo estoy diciendo desde que empezó la pandemia; a los promotores hay que darles más que un diez, porque lo están haciendo divinamente. El público, los aficionados, pueden ir con una tranquilidad pasmosa porque está todo muy bien organizado.

- Una de las áreas que peor lo ha pasado han sido los tablaos flamencos, que en algunos casos han tenido que cerrar. Usted, que empezó allí, ¿cómo ha vivido el cierre de estos espacios?

- Lo veo muy mal. Les han asfixiado de tal manera, sin ninguna ayuda que la gente que trabaja allí lo han pasado muy mal, sin ERTE, sin nada...sin derecho a comer. Mis compañeros lo han pasado muy mal. A los empresarios no les han ayudado en nada, de hecho han tenido que cerrar. Es una pena cuando en Madrid los tablaos han sido una maravilla siempre, nos ha dado trabajo a los artistas desde hace muchos años. No sé cómo dejan perder esas casas de solera que son patrimonio inmaterial de la humanidad. No entiendo qué ocurre. Parece que no preocupa. No sé qué hacen con el dinero de la cultura.

- Con Antonio Gades hizo su incursión en el cine en ´Bodas de Sangre'. ¿Nunca ha querido repetir?

- Creo que lo mío es cantar y los actores son actores (ríe). Si me dicen de hacer un cameo aún pero no soy Dustin Hoffman.

- ¿El flamenco se estudia y se aprende también teóricamente?

- Para cantar flamenco hay que nacer. La soleá, la seguirilla, la alegría, la malagueña, cantes grandes… Aprender tenemos que aprender todo el mundo y tenemos que escuchar. Pero si no naces para cantar flamenco, no hay academia que te vaya a enseñar.

- ¿Con cuál de los palos de se quedaría?

- Siempre soy de la seguirilla y la bulería y la soleá, que son muy de mi tierra, de Jerez de la Frontera. Me gustan, me llenan de satisfacción cada vez que los canto, son cantes clásicos, de raíz.

- Dicen de usted que siempre está bien, siempre instalado en la sonrisa. ¿Se identifica?

- Sí, me identifico porque siempre miro el lado positivo de las cosas. Siempre me suelo fijar en lo bueno y lo malo trato de olvidarlo y pasar de ello. ¿para qué? Lo que está arreglado, ¿para qué lo vamos a desarreglar?

- Solo nos queda confiar en que el tiempo acompañe en su concierto de Santander

- Y decirle a todo Santander que no tenga miedo, que acudan al concierto porque la seguridad es máxima. Se coge el covid en cualquier sitio antes que en un concierto