«Jugamos a hacer música y no nos gustaría perder nunca ese sentido de la diversión»

«Tenemos el pulso de que va a ser un disco muy de disfrutar en directo», dice Juan Aguirre, la mitad de Amaral. Están terminando las mezclas del disco cuya publicación será «inminente». La grabación está lista y están terminando el diseño del arte del álbum, mientras continúan con su gira de conciertos. Esa que esta noche les trae a Castro Urdiales, como parte del festival Sonórica (22.45 horas).

Allí se podrá escuchar su canción más reciente, 'Rompehielos' primer avance del futuro disco que llega cuatro años después de 'Salto al color'. «La canción suena diferente porque hemos utilizado instrumentos de viento por primera vez, pero se mantiene nuestra manera de hacer las cosas»; una guitarra a lo largo de todo el tema y la voz reconocible de Eva. «Rítmicamente no habíamos hecho algo que sonase tan jamaicano. Y lo estamos pasando muy bien», dice Aguirre.

«A mí me resulta muy emocionante que justo cuando termina 'Rompehielos', que están empezando a conocerla, hay una gran ovación», coincide Eva. En sus directos, el público participa «muchísimo». Unas veces cantando tan fuerte que tienen que subir el volumen de los monitores para escucharse y otras, «cuando tocamos canciones que no conocen aún», prestando atención en silencio. «El concierto, en un 50 por ciento lo hace la gente». Todas esas piezas que han ido cocinando y encajando durante estos años, de pronto «a la gente le llegan». Valoran el sentimiento, pero no les condiciona. Y, además «ya sería demasiado tarde para hacer cambios; lo hecho, hecho está».

Su actitud es relajada para ubicar la novedad. No analizan en exceso. «Simplemente nos dejamos llevar», añade Juan. «Las únicas premisas que nos ponemos al hacer un planteamiento sonoro es intentar no repetir algo que ya hayamos hecho, no mirar hacia atrás y regodearnos en algo que ya se ha escuchado mucho», explica la cantante. Jugar a hacer música. «Comenzamos en esto de esa manera y no nos gustaría perder nunca ese sentido de la diversión, cuando componemos o cuando tocamos». Hayan pasado unas semanas o 25 años, como los que celebraron en 2023.

No hay fórmulas mágicas ni secretas. Hacer música «es más sencillo de lo que la gente piensa», desmitifica el guitarrista. Desde tu cuarto, en un hotel, haces canciones «en soledad» o las compartes cuando están naciendo con tus compañeros de banda. «Haces lo que te sale». «Eso no quiere decir que Eva y yo no podamos discutir por una canción o estemos a punto de separarnos un millón de veces», bromea Aguirre. «Eso forma parte de la misma intimidad con la que nacen las canciones, siendo seres humanos diferentes». Después, al enseñársela a la gente, que interpreta lo que quiere, va creciendo «si conecta» y empiezan las cábalas sobre lo que vendrá. «Pero eso es algo añadido; tú solo controlas el momento de intimidad en tu cuarto». También es algo muy hedonista, explica Juan mientras coge la guitarra y toca un acorde. «Cuando tocas recibes una recompensa inmediata». Como el perro de Pavlov. «Pensar que eso puede decirle algo a alguien, es muy emocionante».

Sobre el peaje a pagar alimentando las redes, «todo se reduce a que en el fondo, hagas lo que quieras», dice Aguirre. Y coincide Amaral: «Puede ser angustioso si tú te sientes esclavo, como si no pudieras llegar a la gente sin ellas». En su caso, aunque sirven para encontrar cosas curiosas no les presta demasiada atención: «Me aporta mucho más leer y las redes me quitan mucho tiempo para hacerlo».

Escuchan música de estilos muy distintos, sin aspirar a enterarse de todo, pero bastante actualizados. «Hay épocas en las que estás muy abierto al mundo exterior y otras en que no», señala el músico. Además, dice la cantante «la música se alimenta no solo de música, sino de las sensaciones que te transmiten otras artes y lo que tienes alrededor, del cine a la naturaleza». El día a día es la base sobre la que escribir. «El germen de las canciones suele estar en lo que vivimos», sean experiencias propias o cercanas.

Con el paso del tiempo y cuantas más canciones han hecho juntos «Antes éramos más dudosos, ahora tenemos más certezas; y eso produce más tensión creativa, generando cosas más interesantes».

A pesar de contar con una discografía cargada de simbolismos, cumplir un cuarto de siglo es un hecho al que restan importancia. «25 años es solo un número, porque llevamos más tiempo haciendo canciones, tocando la guitarra, inventándonos cosas y haciendo ruido». Desde que eran unos adolescentes. De hecho, ni siquiera era tocar la guitarra, sino colgarse el instrumento y enredar hasta que algo ocurría. «El proceso es el mismo, pero ahora nos anuncian y hay mucha gente que viene a vernos», simplifica el zaragozano.

Discrepan con compañeros que consideran que la gente no va a los festivales por la música. «Yo pienso lo contrario», dice Aguirre, pendiente de carteles y nombres que le generan curiosidad para asistir como oyente. También puede «no irte la vida» en la música de un festival pero «de repente descubrir algo que te sorprenda más de lo que pensabas; hay que darle una oportunidad a los espacios donde se pueda difundir la música».

Está en mano de cada uno «abrir la mente y el espíritu a cosas nuevas sabiendo que la música es un reflejo del tiempo que vivimos», concluye Juan.

• Temas
• Castro Urdiales
• Música Indie
• Música en Cantabria
• Música pop
• Música rock