Kutxi Romero | Vocalista de Marea
«Me da lástima la gente que no le gusta leer; es la única manera de no quedarte solo»Secciones
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Kutxi Romero | Vocalista de Marea
«Me da lástima la gente que no le gusta leer; es la única manera de no quedarte solo»Solo alguien que convive con el lenguaje es capaz de 'tender la pena al sol' cuando lo que quiere es hablar sobre esperanza. «Es algo así como escribir con imágenes», dice Kutxi Romero, vocalista de Marea, que lleva mejorando la técnica desde que escribió 'Corazón ... de Mimbre' allá por los 2000. De aquel tema, incluido en el segundo disco de la banda, 'Revolcón', han pasado veintitrés años; veinticinco desde que la formación está en activo. Y eso han salido a celebrar en esta gira 'Sin Riendas 2023', unas bodas de plata que acompañan con el lanzamiento de un álbum lleno de imágenes, reflexiones y una petición en particular: vivir el momento. «No somos muy de mirar hacia atrás, preferimos celebrar el estar juntos y vivos todo el día, porque la muerte se va a reír de todos, pero hasta entonces vamos a bailar».
Torrelavega es la tercera parada de una gira que dio el pistoletazo de salida el pasado 13 de mayo en el Parc del Fòrum de Barcelona. Sobre ese comienzo, el paso del tiempo y el veinticinco aniversario de la banda charlamos con su vocalista.
-Antes de ser 'Marea' respondían al nombre de 'La Patera'. De eso se cumplen 25 años.
-Bueno, 'La Patera' ya forma parte de esos veinticinco años porque seguimos siendo los mismos, lo único que hicimos fue cambiar el nombre por asuntos burocráticos. Había una gente que ya tenía registrado ese nombre, y como nosotros solo tocábamos en cuatro bares no supuso mayor problema.
-Pasaron de ser los damnificados a ser el lugar por el que transitan… ¿Qué balance hacen de todo este tiempo?
-Pues sacamos en claro la amistad que nos sigue uniendo. Seguimos siendo los mismos cinco amigos del primer ensayo. Somos la banda más longeva con la formación original que sigue en activo y se dedica a esto de manera profesional, lo cual estoy muy orgulloso de ello. De esos veinticinco, llevar veinte sin tener que levantarme a las cinco de la mañana para aguantar a ningún hijoputa también es muy grato.
-Parte del salario.
-Casi todo el salario (risas).
-Acaban de recibir de manos de Fito Cabrales el 'Disco de Oro' por las 20.000 copias vendidas de 'Los Potros del Tiempo'. No hay mejores manos para recibir un reconocimiento así, ¿no?
-Fito es nuestro amigo desde hace muchísimos años. Su carrera en solitario y la nuestra empezaron en paralelo y, aparte de ser un musicazo, que eso todo el mundo lo sabe y no voy a descubrir nada nuevo, es un ser humano excepcional. El mundo es mucho mejor mundo estando Fito en él. Transmite lo que es: la alegría, la transparencia… Es de la clase de seres humanos que me gustan a mi, los seres humanos cactus; lo pongas donde lo pongas va a estar bien.
-El galardón les llega sin haber empezado prácticamente a girar.
-¿Sabes qué pasa? Que nuestro último disco se lleva muy poca diferencia con el primero que hicimos. Somos bastante inmovilistas, y no porque seamos unos cerriles, sino por propia ineptitud de nuestro oficio; no sabemos hacer otra cosa. Hay músicos más versátiles, que pueden moverse en otras aguas, y nosotros lo intentamos, pero afortunadamente no nos sale y por eso seguimos haciendo el mismo disco una y otra vez. Le cambiamos un poco la portada y ya está. A la gente parece que le agrada porque cada vez viene más gente a vernos, aún siendo yo el segundo peor cantante del mundo —seguro que hay un primero—. Para mi es inexplicable, y no es falsa modestia, así que solo puedo dar gracias. Eso me permite disfrutar de lo de las cinco de la mañana que hablábamos antes; me permite llevar una vida contemplativa.
-¿La fidelidad es la mejor moneda de pago que tiene el público?
-Bueno, nosotros solemos decir que somos muy conscientes de que estamos aquí arriba porque ellos están ahí abajo. Hay artistas que creen que es al revés, y eso no es así. Intentamos cuidar el precio de las entradas, los formatos de los discos que sacamos, y procuramos que esté todo el mundo cómodo y hacer las cosas lo mejor posible, aunque es muy difícil llegar a todo. Siempre hay flecos, pero intentamos enmendarlos.
-¿Qué sensación les ha dado el concierto del Parc del Fòrum?
-Húmeda, una sensación húmeda porque cayeron 76 millones de litros por metro cuadrado en la primera hora de concierto (risas). Fue muy guay, vimos que la gente no se iba y dije: «bueno, pues les debe estar gustando».
-La lluvia y el sonido en directo no suelen llevarse bien.
-Bueno, no es por tirarme un pegote pero he pasado situaciones muchísimo más incómodas que mojarme. Lo mío no es relevante en este caso, lo que no mola es salir y ver a 18.000 tíos poniéndose como un sandios de agua, ¿no? Yo, que soy muy empático con esas cosas, le doy mucha importancia a eso, pero bueno, como la peña también se había mojado por dentro antes, entre una cosa y otra se compensó.
-Al anunciarse la fecha en Torrelavega las redes sociales estallaron. ¿Se sienten bien acogidos en Cantabria?
-Supongo que sí, porque ya hemos tocado en Cantabria unas cuantas veces. No recuerdo si hemos estado en Torrelavega específicamente como banda, pero yo sí he estado tocando allí alguna vez con Rulo y también con mi gira en solitario, pero con Marea no estoy seguro de haber estado.
-Donde sí estuvieron fue en Laredo. Corría el 2008 y un espontáneo lanzó algo sobre el escenario, alcanzando parte del instrumental que llevaban. El público se reveló contra él y terminaron expulsándolo del campo de fútbol. ¿Lo recuerda?
-¿Ves? La fidelidad de la que hablábamos antes (risas). No lo recuerdo pero tengo que decir que tenemos un público maravilloso y afortunadamente en todos estos años ha habido muy poquitos problemas. Y de los que ha habido, grave lo que se dice grave, ninguno.
-Su vínculo con lo cántabro también pasa por Cuatro de Copas, banda con la que ha firmado segundas colaboraciones. Si hay segundas partes es porque se entienden bien.
-He cantado con ellos en un par de discos, sí. Los rockeros hablamos el mismo idioma y somos muy poquitos, aunque creamos que somos un montón. El mundo del rock and roll en este país de pandereta, toros, folclóricas y futbolistas, que copan el 99'9% del mercado »cultural», es algo casi que anecdótico, entonces está bien, porque no hay rivalidades y somos como una pequeña familia bien avenida.
-Esta noche abrirá el concierto Bocanada.
-Eso es. Nos van a acompañar en toda la gira. El cantante es mi hermano y el guitarrista es mi primo, así que no sé por qué no hemos llamado a la gira 'Endogamia Borbónica' (risas).
-'Los Potros del Tiempo' toma prestado su nombre de un verso de la taranta 'Porque son de Pura Raza', del cantaor 'El Cabrero'. ¿En este país nos tomamos la molestia de indagar sobre las músicas populares que lo habitan?
-(Duda). No lo sé. Yo al final puedo hablarte de mi caso. No soy un tío que siga la actualidad, soy como un Tiranosaurio Rex en una ferretería; no tengo redes sociales, ni whatsapp, entonces he aceptado que de un tiempo en adelante me voy a quedar más solo que un perro, porque aunque no estoy en contra de las tecnologías ni de las redes, sí que soy de esas personas que se quedan anclados en el tiempo que les gustó, y no aceptan los estímulos exteriores. No me adapto a nada y espero que las cosas se adapten a mi, cosa que es imposible, con lo cual eso va a conllevar una soledad espantosa y un desconocimiento hasta del idioma, pero estoy dispuesto a pagar la factura. Me sigo poniendo mi colección de vinilos, sigo sin escuchar música digital… Me he quedado en el tiempo que a mi me gusta vivir, ¿no? Y soy consciente de que la factura a pagar será alta, pero como buen caballero sin caballo, la pagaré.
-El álbum también se adentra en lo pictórico. En portada, diseñada por Iosu Berriobeña, un gotero, dos potros y un suelo repleto de relojes aplastados. El mismo concepto –el de relojes aplastados– lo utilizó Dalí en 'La Persistencia de la Memoria'. ¿A Marea le duele el tiempo o lo celebra por haber llegado hasta aquí?
-Bueno, el mensaje es bastante evidente. A veces me dicen que la portada es muy surrealista, a lo que yo les digo que la veo bastante realista. Creo que el mensaje no está muy oculto: son unos potros que saben que se está acabando el tiempo, pero que todavía siguen en pie. No somos muy de mirar hacia atrás, preferimos celebrar el estar juntos y vivos todo el día, porque la muerte se va a reír de todos, pero hasta entonces vamos a bailar. Nos gusta celebrar la vida y de hecho creo que este disco no es nada pesimista. Viene a ser una invitación al carpe diem, que es tan fácil de promulgar y tan difícil de practicar. Nosotros ahora estamos en eso, en practicar el carpe diem, y creo que lo estamos haciendo bastante bien. Algo así como el 'no future' que decían los punkies en el 77.
-Para no ser un disco pesimista los títulos de los temas que lo componen no auguran demasiada alegría: 'Otra Cicatriz'; 'Buena muerte'; 'Se acaba el baile'...
-'Se acaba el baile' en particular es un canto a que la muerte se demore todo lo que pueda, aunque sepamos que va a llegar. En ella escribo: «Que la demora del silencio se quede para siempre junto a mí. Que el relámpago no deje en paz al rayo…». En fin, esas cosas tan lorquianas que me gustan a mi, tan visuales… Yo escribo con fotografías, soy muy visual escribiendo; no sé si muy poco literario, porque creo que también lo soy, pero sí con fotogramas. Me gusta escribir con imágenes.
-También le atiza a las palabras: calostro, beoda, muladar, vagido, resuello… Sus letras son una buena alternativa al diccionario.
-Fíjate que yo tengo la sensación de que mis letras son bastante claras, pero no debe ser así porque todo el mundo me dice que no ha entendido absolutamente nada (risas). No sé, yo al final soy un ávido lector de poesía, de prosa, de todo, porque encuentro en la lectura la única manera de no quedarte absolutamente solo del todo. Me da lástima la gente que no le gusta leer, porque con la lectura nunca te sientes totalmente solo.
-¿Qué está leyendo ahora?
-Pues encima de la mesa tengo un libro que se llama 'Costo. Las leyes del Estrecho', del periodista Andros Lozano; también 'Punki, una historia de amor', de Juarma —Juan Manuel López—, un chico que ya escribió un libro primero que se llamaba 'Al final siempre ganan los monstruos' y que me gustó mucho; también me acaban de regalar una edición preciosa con análisis de 'Poeta en Nueva York', que ya sumo a mi colección lorquiana de ediciones antiguas; tengo el de Juan Abarca, 'La hostia en prosa' —del grupo 'Mamá Ladilla'—, que es un genio de la palabra… Yo qué sé, siempre estoy con un montón de cosas.
-¿Es capaz de leerlos todos a la vez?
-Los mezclo todos y luego en mi cabeza surgen cosas muy interesantes (risas).
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