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Hubo un momento de su carrera en el que incluso se dijo a sí mismo, «Oye, me cojo la maletita y me vuelvo de donde venía», pero siguió luchando y hoy es el primer artista que estrenará el estadio Wanda Metropolitano. Será que «los de ... pueblo somos muy de pueblo, tanto en el norte como en el sur», o simplemente que Manuel Carrasco tiene un duende que atrae a cada vez más personas. Ya está de lleno en la gira de su último disco, 'La cruz del mapa', y se nota que ya tiene ganas de «empezar a cantar y dar rienda suelta a todas las canciones». Y claro, en esta nueva ruta no podía faltar Santander, donde el onubense ya ha pasado «noches maravillosas» y piensa repetir el 26 de julio en la Campa de la Magdalena, en el marco del festival Magdalena en Vivo. Será que no deja de soñar.
- Regresa a Santander, donde ya le tienen casi como un vecino más.
- Por eso volvemos. Al lugar donde se ha sido feliz hay que volver y en este caso el sitio es idílico y las noches que he estado ahí han sido maravillosas. Cada vez se ha ido sumando más público, más complicidad... Volvemos con mucha ilusión de enseñar al público este nuevo espectáculo que nos hemos currado tanto.
- ¿Alguna sorpresa que se pueda adelantar?
- El concierto guarda momentazos, eso seguro. Todavía queda un tiempo así que no sé si habrá una sorpresa más allá de algunos invitados. Pero a nivel de show, en general, creo firmemente que llevamos un espectáculo de primer nivel, con una producción muy currada, a lo grande, con un pedazo de equipo... Y musicalmente, tenemos preparado un concierto muy completo y compacto. Creo que en general eso va a sorprender y conectar con Santander.
- Por aquí todavía se recuerda la copla que dedicó a la ciudad
- Alguna sorpresa siempre cae, de cosas que vienen al momento. Pero me alegro mucho de que la gente se acuerde de aquel detalle en el cual me emocioné mucho además. Hay cosas que salen de lo común y me hacen sentir que el concierto está vivo.
- ¿No tendrá alguna pensada para los políticos?
- No soy muy dado a entrar en la política a nivel musical. ¿Ya aburriría no? Tenemos a todos hasta en la sopa. Alguna vez ya he preparado algo en clave humorística relacionado con la actualidad.
- En sus conciertos se ven personas de todas las edades. ¿Qué tiene Manuel Carrasco para reunirlos a todos?
- Es una de las cosas que más comentamos en el equipo, y a mí me sigue sorprendiendo y me gusta mucho que se dé esa circunstancia. ¿Qué hay detrás de eso? Al final somos todos muy parecidos, indiferentemente de donde hayamos nacido, como nos hemos criado... Al final, tenemos miedos, dudas y alegrías. En eso somos muy similares.
- ¿Cree que ha costado más ser el artista que es en el norte?
- Quizá sí. El público me conoció antes en el sur, naturalmente, pero una de las cosas que más me han motivado estos años es intentar hacerme un huequito en el norte, sentir que mi música tiene cabida y ver que va creciendo. Mira, yo soy de pueblo y los de pueblo lo somos seamos del norte o del sur, y hay cosas que nos conectan. Lo digo en una de las canciones de este disco: «mi acento es mi ADN».
- En la Campa estará también Aitana, entre otros. ¿Qué le diría a los nuevos 'triunfitos' para que no terminen siendo sólo una flor de un día?
- Lo único que puedo decir es lo que yo he hecho, y tampoco sé si mi ejemplo será extensible al resto. Yo intenté hacer lo que tenía que ver más conmigo, independientemente de que me fuera mejor o peor, o que el éxito tardara más, menos o no llegara. En ese aspecto nunca tuve miedo a perder. Hubo un momento en el que incluso dije, oye, me cojo la maletita y me vuelvo de donde venía. No pasa nada. Cuando partes de esa premisa y no tienes miedo, quizá te salga bien todo lo demás. Cuando luchas en lo que crees y eres convincente con tu verdad, no estás pendiente de lo que funciona ahora o lo que dejará de funcionar.
- En 'La cruz del mapa' le dedicas una canción a su hija. ¿Cómo ha cambiado la paternidad a la composición?
- El que es padre sabe lo que significa. La vida te cambia y se te amplía el sentimiento de alguna manera. Te vuelves más sensible a todos los problemas de la vida, todas las alegrías, la gente... Eres padre de tu hija pero de alguna manera también eres padre de todos los niños. También entiendes mucho más a los tuyos. Por eso cuando miro a mi hija y la observo, pienso en lo mucho que me ha cambiado y todo lo que me ha merecido la pena. Yo tenía que vivir esto.
- Allá por 2013 grabó una canción que ya es casi un himno en cada concierto: 'No dejes de soñar'. Después de todo este éxito, de los carteles de entradas agotadas, del Wanda Metropolitano... ¿Ahora en qué sueña?
- Pfff... ¿Sabes qué pasa? Que los sueños se van renovando. No tengo la sensación de que haya un límite. Siento que quiero escribir una canción mejor cada día, que me emocione, un disco mejor... Yo no me conformaré con que este disco haya funcionado. Lo primero es que me guste a mí, y lo mismo con el siguiente disco. Quiero tener nuevas vivencias, y no me voy a parar porque piense que ya he conseguido más de lo que había pensado y soñado jamás. Evidentemente mis sueños nunca fueron tan amplios. Quien me dijera que yo iba a estar llenando el Wanda Metropolitano, el Benito Villamarín, le hubiera dicho que estaba loco. Sigamos soñando.
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