Marwan: «La psicoterapia es la mayor bendición que te puede ofrecer la vida»

En cuatro semanas, termina gira y a partir de enero comenzará a grabar sus nuevas canciones. Marwan disfruta con el proceso creativo, dice y se encuentra en un momento feliz, equilibrado. En esos últimos coletazos de 'Mis paisajes interiores' llega este sábado a Cantabria (Escenario Santander, 21.30 horas).

- ¿Todo en marcha para empezar a grabar en canciones nuevas?

- Sí, he estado todo el verano casi sin tocar, trabajando en el disco. Me metí a componer primero solo y después con Luis Ramiro en algunas canciones. En enero me iré a grabar a Sheffield, en Inglaterra, con Colin Elliot, productor que ha trabajado con Kylie Minogue o Richard Hawley.

- ¿Qué puede adelantar de lo que encontraremos en ese trabajo?

- La verdad es que será diferente porque los discos anteriores han tenido mucho amor o desamor, han sido más emocionales y en este abro las temáticas. Hablo de la música, del trabajo, de por qué me dedico a esto, meto canción social. Es muy variado. Elegir a este este productor ya será un cambio. El sonido será mucho más orgánico, no tendrá tanta programación. como el anterior que sonaba más pop y potente.

- ¿Es más complicado quitar capas de sonido o añadirlas?

- Pienso que con pocos elementos, si están bien trabajados puede ser precioso. Es importante que cada uno tenga su protagonismo. Se meten muchas capas para llenar el espectro sonoro, pero con menos se logra más belleza.

- Dice que ha escrito sobre el inicio de sus orígenes en la música. ¿Cuáles son?

- Me dedico a esto por amor a la música, por expresarme. Para buscarle una explicación a la vida y sobretodo por necesidad. Cuando te empieza a ir bien, comienzan las luchas con el ego y pierdes un poco de vista por qué te lo haces. Parece que estás obligado a seguir creciendo y a veces se está bien como se está y simplemente seguir haciendo tu camino. Dedicarte a esto es un privilegio.

- ¿Ha tenido muchas luchas con su propio ego?

- He tenido mis tensiones y he pensado que tendría que evolucionar. Entonces he parado y he pensado que estoy bien, muy bien.

- ¿Qué significa, en su caso, evolucionar?

- Es una cosa que generan las redes sociales, por ejemplo. Casi todos nos comparamos con los demás y de esto no habla nadie. Miramos a otros a los que les va mejor que a nosotros y nos cuestionamos. Últimamente estaba exigiéndome más, sin valorar el éxito que tenía. A otros les irá mejor pero también hay quienes no puedan vivir de esto. Las expectativas a veces te confunden.

- Cuando le surgen esas dudas, ¿trata de resolverlas solo o se apoya en otros?

- Hablo con gente. Con mi manager, mi familia, mis amigos. Entre todos nos escuchamos y apoyamos. En esos momentos ves que lo has gestionado mal o no lo has hecho suficientemente bien. Es un proceso de aprendizaje y eso me hace estar a gusto.

- Afirma que tiene siempre la sensación de estar empezando

- Totalmente. Es que tengo la ilusión de un niño que toma el mando y es como si no hubiera habido ningún concierto en mi vida. Haya 10 personas o 5.000 en un concierto, vuelvo a ser el chavalito de 18 años que empezó a cantar.

- En ese constante aprendizaje, ¿dónde se ubica la experiencia de sus 20 años de carrera?

- La experiencia se sitúa en mi seguridad, sobre todo. Confío mucho en mi talento. El otro día se me fastidió la guitarra en la primera canción de un concierto. Teníamos que solucionarlo y yo estaba tranquilo, diciendo; esto me lo voy a llevar por delante. Confío en mi capacidad para resolver cualquier situación. La experiencia te hace tener temple y seguridad personal.

- ¿Eso seguridad se traslada a todas las partes de su vida o se queda en la profesional?

- ¿Crees que un músico es alguien ordenado? (ríe) Soy muy trabajador, pero tengo mis altibajos constantes, mis momentos, como todos. Donde mejor se mueve uno es en esos lugares donde tiene certezas. Vas dando pasos suaves por terrenos pantanosos.

- Uno de sus mayores miedos es que no le quieran. ¿A qué se refiere?

- Siempre he tenido ese miedo al rechazo o al abandono, pero se me está quitando porque me lo he trabajado. Supongo que por mis traumas infantiles. No; sé que es por eso. No es que no te quieran, es el miedo a no ser aceptado. Te jode que te juzguen por lo que no aceptas de ti mismo.

- ¿Cómo se ha curado los miedos?

- La psicoterapia es la mayor bendición que te puede ofrecer la vida. Buscamos fuera la felicidad y la podemos encontrar dentro. Cuando estás en paz contigo la vida se vuelve más bonita.

- ¿Cambia el foco de lo que uno escribe según sea para leer o para cantar?

- Cambio la forma de proceder a la hora de escribir. En las canciones soy meridianamente claro, en los poemas puedo retorcer un poquito más el lenguaje. Un poema puede ser una sola frase o ser larguísimo. El modo de contarlo es distinto aunque sean las mismas inquietudes. El poema me das más posibilidades. Una canción puede perder musicalidad si te pones muy reflexivo. Hay que buscar la sencillez.

- ¿Se relajas alguna vez de la música?

- Me cuesta mucho, pero porque me gusta mucho crear, el acto creativo. Como los conciertos, donde me siento muy pleno. He consagrado mi vida a viajar por el mundo cantando y a componer algo nuevo, con las influencias que he recibido y mi sensibilidad. Me cuesta mucho desconectar. Voy en el bus, en el avión, en el metro, en mi casa y agarro el móvil o un cuaderno y me pongo a escribir.

- Menciona a sus influencias. Ha participado en un disco de homenaje a Sabina que es una de esas referencias.

- Es una sensación de cerrar círculo. Me pasó el año pasado con el homenaje a Aute. Estaba en el camerino solo con Serrat, Silvio y Sabina y sí tuve la sensación de que había hecho un recorrido. Han sido 20 años. Fue increible ese momento. De los más felices que recuerdo.

- ¿Cuantas canciones tienes guardadas en los cajones?

- Miles de folios. Tengo muchos cuadernos, pero también suelo escribir a ordenador. De cada libro se han quedado fuera 400 folios, por ejemplo. Y reciclo; pillo algo que no había entrado en otros lugares y le pillo ubicación.

- Como hijo de refugiados, ¿qué siente al ver lo que está ocurriendo con los menores extranjeros a los que se está criminalizando?

- La verdad, siento que somos unos irresponsables a nivel social. Sobre todo porque fuimos emigrantes hace 60 o 70 años y fuimos bien acogidos en Latinoamérica, Francia, Argentina, Estados Unidos. Veo lo que hacemos con los jóvenes solos, que a los mejor ha muerto su familia y esta falta de empatía y de humanidad, siento que nos convierte en una especie de mierda. Sé que no todo el mundo es así. Hay mucha gente sensible al sufrimiento ajeno y entiende las causas por las que pueden llegar a delinquir y que han perdido todo en el camino por culpa de otros, de gobiernos que explotan a sus países y hace que no puedan vivir allí o favorecen que haya terrorismo.

- ¿Qué está leyendo estos días?

- Me estoy leyendo varios. Uno de relatos de Roald Dahl. Y 'La teoría King Kong', un libro de feminismo muy descarnado, Virginie Despentes.

- ¿Va a terminar 2019 de forma positiva?

- Sí, estoy muy satisfecho y en camino.