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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
Santander
Viernes, 22 de noviembre 2019, 07:13
Albaceas de un genio de la música, administradores de su memoria, templarios de sus canciones, guardianes de sus poemas, los de tristezas y de penas, creadores de nombres, inventores de mareas, tripulan- tes de barcos, Álvaro Urquijo, Ramón Arroyo, Juanjo Ramos, Jesús Redondo y Santi ... Fernández -sí, Los Secretos- tocarán este viernes por la noche en el Palacio de Deportes al son de acordes aún no inventados... Aunque tú no lo sepas.
-En enero trajeron su música al Palacio de Festivales, en abril la llevaron al Soplao y hoy la harán sonar en el Palacio de Deportes.
-Correcto, sí.
-¿Esto es casualidad?
-No, no. Este tipo de tripletes son bastante habituales. Nos ayudan a conseguir que el público pueda vernos actuar en formatos diferentes, lo mismo tocando en eléctrico en una sala muy pequeña que haciendo un sinfónico en un gran espacio.
-¿Usted cual prefiere?
-Cualquier registro es bueno. Si tocas en un sitio pequeño sabes que vas a cobrar poco, pero la cercanía del público, que valoramos muchísimo, y el hecho de actuar en trío -con un piano, dos guitarras y tu voz- lo compensa todo. Y si lo haces en uno grande, nunca reprimes la satisfacción que te produce llegar a tanta gente.
-¿Cómo resultó aquella experiencia en El Soplao?
-Una pasada.
-Sí ¿eh?
-A mí no me habían advertido de lo que iba a encontrarme y quedé impresionado. Por la estampa, bellísima, y por el sonido, espectacular. No creo que olvide en mi vida esa experiencia.
-¿Diría que ha sido el escenario más insólito en el que han tocado?
-Posiblemente. Posiblemente. Una vez, en los 80, tocamos en una discoteca donde el escenario estaba a tres metros de altura y el público estuvo todo el concierto estirando el cuello para arriba y nosotros mirando para abajo. Aquello fue un poco bizarro. Una anécdota para recordar. Pero nada que ver con esto. Haber tocado en El Soplao es, como le he dicho, una experiencia irrepetible que no podré olvidar.
-El domingo pasado se cumplieron 20 años de la muerte de su hermano, Enrique, un aniversario conmemorado con un espectacular concierto celebrado en Madrid que, supongo, hizo aflorar sus emociones.
-Era un concierto que nos apetecía muchísimo hacer. Nosotros no habíamos participado nunca de los anteriores homenajes a mi hermano porque creemos que no hay mejor homenaje a Enrique que cantar sus canciones, darles su vida natural y hacerlas generar el dinero suficiente como para que mi sobrina (María, la única hija de Enrique Urquijo) pueda seguir funcionando sin su padre. Y nos apetecía muchísimo. Admito que salí muy emocionado del WiZink Center porque allí se formó un ambiente muy especial en torno a él al que yo desde luego no me sentí ajeno.
-Hace años leí una entrevista en la que usted se declaró un usurpador del proyecto musical de su hermano. ¿Sigue sintiéndolo así?
-Cuando falleció Enrique, Los Secretos volvimos a la carretera con mucha inseguridad porque teníamos miedo a que la gente pensara que estábamos usurpando su lugar (en especial yo como vocalista) y nos rechazara.
-Pero no fue así.
-Hicimos una gira para recaudar fondos con la idea de sanear las cuentas de mi hermano, que tenía una hipoteca y una hija muy joven con una madre que no tenía ingresos, y cuando la acabamos el manager que nos la hizo nos dijo: 'oye, que siguen llamando, ¿qué les digo?'.
-Sé la respuesta.
-Los conciertos fueron a más, grabamos nuestro primer disco sin él...
-...Y se espantaron los miedos.
-Y se espantaron los miedos.
-¿Y cual es su plan?
-Pues nuestro plan es ese. Seguir haciendo un trabajo que nos apasiona con la mayor profesionalidad posible y, desde el respeto y la humildad, seguir creciendo fundamentados en un sonido y en un cancionero.
-Hablando de cancioneros. El último trabajo de Los Secretos, 'Mi Paraíso' (2019), se oye tan melancólico como los anteriores.
-Es que nosotros no sabemos componer de otra manera. En los años 80 había muy buenas bandas que cantaban canciones mucho más alegres. El semicachondeo era un género digamos bien aceptado. Me vienen a la cabeza Toreros Muertos, Siniestro Total... Grupos que cantaban canciones muy chulas, muy de coña. Yo siempre los he admirado, y ojalá pudiéramos hacerlo alguna vez, pero como no nos sale de natural...
-¿A usted le molesta ese 'sambenito'?
-Pues mira, al principio sí, porque nos hizo mucho daño. Mi hermano y yo nos pasábamos el día preguntándonos ¿pero por qué dicen que si somos tristes, que si somos sosos, que si somos nosequé...? Pero esta gente... Qué poca música ha escuchado ¿no?' Porque coges cualquier canción de Jackson Browne, de Bob Dylan, de Leonard Cohen o de tantísimos compositores y ninguno canta 'fiesta'.
-Pues no.
-Llegó un día en el que los críticos no decían nada bueno de nosotros porque sólo valoraban la modernidad.
-Pues con esa pesada cruz han llegado hasta aquí rompiendo todas las barreras del tiempo.
-Hemos sido muy trabajadores y, sobre todo, muy conscientes de que no podíamos pisar el freno.
-¿Con qué canción disfruta más sobre un escenario?
-Nosotros grabamos en 1995 un disco que traía la canción 'Pero a tu lado' del que no vendimos una patata y que obviamos durante mucho tiempo hasta que pasado el tiempo nos dimos cuenta de que era la canción que más visitas tenía en Internet, muy por encima de 'Déjame'.
-El himno de Los Secretos.
-Sí. Un éxito que, lejos de traducirse en un superventas, ni nos dio un disco de platino ni nos abrió una cuenta bancaria en Suiza.
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