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La cantante es una de las voces más singulares del panorama nacional DM
Rozalén: «Necesitaba parar, ahora río, lloro, bailo y cada concierto es una catarsis»

Rozalén: «Necesitaba parar, ahora río, lloro, bailo y cada concierto es una catarsis»

La cantante albaceteña presenta el sábado, en el ciclo La Plaza de Santander su nuevo disco, 'El abrazo', una terapia sonora

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 07:05

La pillamos «en recuperación» después de tres días de concierto en Las Canarias en los que, como siempre «entregamos el alma». Lo mismo que hará el sábado en Santander (23.00 horas), dentro del ciclo La Plaza. Será ahí donde Rozalén (Albacete, 1986)+ presente su nuevo trabajo, 'El abrazo' (Sony, 2024) publicado en abril. Comprometida con diversas causas sociales que expresa a través de sus canciones, con la música de raíz siempre presente en su radar, la castellano manchega ha cumplido diez años de creciente trayectoria.

Cuatro Discos de Oro, dos de Platino, un Goya, el Premio Nacional de Músicas Actuales 2021, tres nominaciones a los Latin Grammy o la Placa al Mérito Profesional de Castilla-La Mancha se cuelan en el currículo de la artista, que triunfa por ser, como ella misma dice, una persona normal. Una persona que regresa tras un parón y el duelo por la muerte repentina de su padre en 2022, mezclando en sus directos alegría y reflexión.

–Cumplió años poco después de lanzar este disco. ¿Es sanador ir abrazando a tantas personas de tantas maneras?

–Necesitaba hacer este disco por mi etapa vital. El duelo está muy presente. Parece que te planteas mucho qué tipo de vida quieres, se te apaga la infancia y la echas de menos. Quería relajar el ambiente. Aunque la gente me catalogue por la canción social, que me encanta y no va a cambiar, tenía que contar esto tan básico que son emociones universales, que unifican muchísimo. Está siendo una gira muy bonita. Hay una parte muy emotiva, porque tampoco es lógico que te hablen de la muerte en un concierto, pero después es celebración máxima. Hay mucho trabajo detrás y se está recibiendo muy bien. Y cada vez viene más gente a vernos, que con tanto concierto y tanto festival, es sorprendente

–¿Es el periodo más largo que ha dedicado a la composición?

–Voy naturalmente haciendo canciones porque es mi vía de escape y hay cosas que tengo escritas desde hace muchísimo tiempo. En el primer disco había canciones que hice con 14 o 15 años. Cada vez voy mimando mucho más las letras, la producción. Todo tiene más atención.

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«Conozco muchos artistas con un talento brutal a los que la gente no les responde»

–¿Qué implica que sean vías de escape?

–Es mi terapia. Como en la canción de mi padre ('Todo lo que amaste'). Me encerré en casa cuatro días, me puse su ropa, lo llené todo de velas y fotos, para estar con ese sentimiento a ver qué salía. No es huir, sino ponerlo delante, gestionarlo, ver qué pasa. Y cuando la canto, como todos sentimos cosas parecidas, se va sanando. Con las alegres lo mismo. Mola celebrar la vida.

–Afirma que últimamente está más conectada que nunca.

–He pasado un mal trago con este disco. Llegó mi décimo aniversario y muchas cosas de las que no me estaba enterando, porque ha sido todo muy rápido y muy fuerte. Necesitaba digerirlo y paré por primera vez año y medio. Tenía muchos miedos. Como todo es tan efímero y tan fugaz, me asustaba que se olvidarán de mí, no saber qué contar, el abismo de la hoja en blanco. Ahora estoy sintiendo todo muchísimo. En cada concierto río, lloro, bailo, catarsis total. Eso me encanta, porque si lo sientes todo tanto, eso se transmite.

–Habla del miedo, ¿asumimos el movimiento constante como parte de la dinámica?

–Yo soy como una adicta al trabajo total. Parece que si no estás produciendo no sirves. He tenido momentos de pasarlo mal por estar una tarde en el sofá intentando ver una película. El sistema nos empuja todo el rato a eso. Producir y producir. Es insano totalmente. Todos tenemos muchas inseguridades, pero a mí con este disco me ha pasado especialmente. Y ver la respuesta de la gente, te alivia.

–¿Es como recuperar la seguridad una vez que está en manos de la gente?

–Sobre todo es por tener conciencia y ser agradecida. Conozco a muchos artistas y amigos con un talento brutal, que le dedican mucho esfuerzo y después la gente no responde. La vida es injusta muchas veces. Yo no paro, pero tengo que agradecer que la gente está ahí y confía. Antes de sacar el disco había muchos sitios donde se habían agotado las entradas. Hay una fidelidad, pero yo quiero que mi mejor canción y mi mejor disco estén por venir. Es una reinvención continua.

–¿Siente responsabilidad por haberse convertido en referente de la música tradicional?

–Creo que hay mucha gente que es más abanderada. Rodrigo Cuevas es puro eso. Yo saqué 'Matriz' y me ha hecho entender muchas cosas. He notado el cuidado localista. Te miran de otra manera. A todos nos gusta que a lo nuestro se acerquen con respeto y yo vengo de ahí, de tocar una bandurria desde los siete años, jotas y seguirillas. Sé que es una ventana a la que no tengo que dejar de asomarme. Cantar lo que siempre se cantó.

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«Sé que es una ventana a la que debo asomarme y cantar lo que siempre se cantó»

–Y mientras tanto, da la vuelta al mundo; ha viajado a Reino Unido y en nada viaja a Latinoamérica. ¿Lo enfoca de forma muy distinta?

–El formato es diferente, en algunos lugares es como empezar de cero, volver a las salas, tener muy poca gente delante. Es necesario. Un cable a tierra brutal. Una curita de humildad. Es darte cuenta de que eres muy pequeña y te queda mucho por conocer y que te conozcan. Es inspirador y te quita la tontería. En el equipo tenemos la filosofía de ir abriendo territorios, y si hace falta cantar para tres, no se me caen los anillos; lo he hecho muchas veces.

–¿Casi lo recomendaría?

–Entiendo que haya quien no lo haga si le va muy bien, y que a veces es frustrante, pero compensa por otros lados. Es una inversión a largo plazo. Te va a enseñar cosas. Aquí canto en sitios donde el dinero no es lo importante, porque se cuidan otras cosas. Después de Santander vamos a Sierra Sonora, a un pueblecito de La Rioja donde viven 50 personas.

–¿Entre esas cosas importantes aparece su festival Leturalma, del que es fundadora?

–¡Hombre! Ya te lo digo. Para mí gente maravillosa, pero a mí me ha costado mucho (ríe). Pero ya tiene una firmeza en la que ya casi sobro. La gente ha empujado mucho y me alegro que todo el esfuerzo haya dado fruto, porque es bueno para toda la comarca.

–¿En este recorrido vital ha aprendido que tener los pies en el suelo le ayuda a volar más alto?

–En nuestro caso hay mucho de eso. Mucha gente me dice que si gusto es porque parezco una tía normal. Mi padre me escribió una carta con una foto de mis abuelos paternos, a los que no conocí, en que se veía que eran súper humilde. Él me ponía; tu verdadero éxito será no olvidarte de lo que eres realmente. Prometido que eso no va a cambiar.

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