La recta final de 2021 viene llena de celebraciones para 'Noche de Rock'; por un lado, el programa radiofónico cumple sus veinticinco años en activo comunicando, visibilizando y siendo eje vertebrador de gran parte de los eventos relacionados con la música en nuestra región; por ... el otro, quienes protagonizan estas bodas de plata no han encontrado mejor forma de celebrarlas que programando un concierto en Escenario Santander y traer por primera vez en Cantabria a Obsidian Kingdom, entusiasmados con la idea de poder venir «tras haber sido propuestos en innumerables ocasiones».
Desde DMúsica celebramos la efemérides y charlamos con Edgar Merigó, guitarra y voz de Obsidian Kingdom, sobre el proceso compositivo de su trabajo más reciente, 'Meat Machine', cuyas canciones sonarán en Escenario Santander el próximo sábado 27 a las 21.00 horas.
- Dicen de Obsidian Kingdom que nunca se sabe cómo va a sonar su próximo disco; 'Meat Machine' suena a… ¿vísceras?
- Este disco suena a mucha agresividad frustrada. Hay un componente muy ansioso en la música de todos los temas y creo que refleja bastante el estado de ánimo de la banda de aquel momento, porque ahora es muy diferente. Tiene un aura muy marcada del rock alternativo de los 90, que es lo que escuchábamos cuando éramos adolescentes; suenan Deftones, Marilyn Manson…
- Entonces no son de los que reniegan de la música que escuchaban en aquella época.
- Al final todos volvemos a la música que escuchábamos cuando éramos jóvenes; eso no quiere decir que esté bien, quiere decir que en aquel momento éramos más impresionables y que, a medida que te vas haciendo mayor, cuesta más encontrar propuestas que te provoquen ese mismo efecto porque te has endurecido y te has aburrido un poco de todo.
- ¿Este disco nace de la duda sobre quiénes eran, sobre la identidad?
- Sí, nació de una crisis personal y social; los cinco estábamos pasando por momentos especiales de nuestras vidas y, en general, percibimos que hay una crisis cultural en Occidente con temas de identidad de género, consumo, posicionamiento político, orientación sexual… Ahora mismo el ambiente está muy revuelto y eso nos afecta Descubrir esta identidad nos ha llevado a un conflicto muy importante en el seno de la banda que ha tenido consecuencias graves, y maravillosamente el disco refleja todo eso: la tensión, el desencuentro y esta batalla ideológica.
- Preguntarse cosas implica, a la postre, tomar decisiones. ¿Sacar este disco en 2020 fue una buena decisión?
- ¡No! (risas). Fue una pésima decisión a la que nos vimos obligados, por otra parte. Nosotros estamos con una discográfica —Season of Mist— que tiene un cierto volumen de publicaciones al año, y entonces en el momento de anunciarles tu lanzamiento, ellos te ubican en la agenda en función de cuán prioritario eres en su escala de ventas. Intentamos maniobrar todo lo que pudimos para retrasarlo lo máximo posible y poder presentarlo en directo, pero no fue suficiente, por lo que nos tuvimos que quedar con este slot, que no ha sido muy afortunado. En consecuencia ahora estamos presentando un álbum que es casi dos años viejo.
- Llegan a Santander por el 25 aniversario de Noche de Rock, invitación acompañada de la ilusión por sacar adelante un proyecto y verlo crecer más allá de la mayoría de edad. ¿Cómo les propusieron celebrar sus veinticinco años encima de las tablas?
- Hace muchísimos años que nos conocemos con Óscar, creo que desde que fuimos a tocar a Bilbao hará diez años para presentar nuestro primer álbum. Nos puso en contacto con él el que fuera nuestro mánager, hablándonos de él y contándonos que era un periodista del norte al que le encantaba nuestro rollo. Desde entonces hemos tenido un trato bastante cercano, nos hemos visto en varios conciertos y estamos en contacto. De hecho Óscar ha propuesto traernos innumerables veces, lo que pasa es que nosotros traemos un show un poco complejo a nivel luces, visuales y equipo técnico. Eso tiene un cierto coste y para que le cuadraran a él los presupuestos han tenido que pasar diez años. Parece que con las bodas de plata han roto la hucha del cerdito y por fin vamos a ir. Teníamos muchas ganas de que pasara.
- ¿Nunca han tocado en Cantabria?
- No, nunca. De hecho yo creo que fuera de Barcelona, Madrid, Euskadi y una vez Murcia, hemos tocado en pocos sitios de la península.
- ¿Y Galicia?
- ¡Es verdad! Tocamos en el Resurrection Fest.
- Se dice de la obsidiana que, con sus propiedades, nos impulsa a crecer y nos apoya si la manejamos bajo la tutela de alguien cualificado. Para el sonido de este disco han repetido con Jorge Mur en Ax Studios, ¿ha sido él esa persona?
- Siempre; dependemos cien por cien del criterio de Jorge. Ha sido una persona que ha estado en la banda prácticamente desde el principio como satélite, lo que le ofrece mucha perspectiva de lo que está pasando. Cuando te lías la manta a la cabeza con una obra de arte a veces pierdes el norte y no sabes si lo que estás haciendo está bien o no, si es interesante o no; Jorge siempre aporta frescura y nos asesora muy bien. Es nuestro productor y nuestro técnico de sonido, con lo que trabajando con él tenemos la ventaja de conseguir llevar al directo un sonido muy parecido al de los discos, una cuestión bastante compleja porque tocamos muchos palos y trabajar todas estas dinámicas en el directo es muy complicado. Pero sí, Jorge es el quinto beatle; antes lo decíamos mal porque éramos cinco, pero ahora ya sí que lo es.
- Dicen que necesitaban sonar más agresivos; ¿necesitaban sonar como suena el día a día, la actualidad, el bullicio?
- Un poco sí, aunque nuestro referente no era tanto lo social, que sí hay parte de ello en el álbum, como lo íntimo y personal. Queríamos trabajar con algo más poético y más simbólico, como la erupción de una verdad difícil de aceptar. Sobre el día a día no estoy seguro de que el presente esté sonando tan agresivo, incluso diría que es al contrario, que tiene un carácter más sibilino, silencioso.
- A veces lo silencioso tiene peores consecuencias.
- Eso es cierto.
- Su teclista, Judit, se involucró más en la banda tras poner en común con el grupo su transexualidad. En paralelo, la octava pista de su disco, 'VOGUE', habla sobre 'un cuerpo lleno de agujeros'. ¿Les ha servido la composición de este disco para ahondar en la identidad de cada componente?
- Muchísimo. De hecho a lo largo de todo el proceso compositivo de 'Meat Machine' se han producido cambios en todos nosotros respecto a los temas que comentábamos antes. Desde la transexualidad de Judit hasta el dejar de beber alcohol por parte de algunos miembros del grupo, o la conversión al veganismo de otros. Todas estas preguntas tuvieron un gran impacto y creo que estos cambios llegaron a polarizarnos. Por ponerte un ejemplo, la gente que se hizo vegana de repente entró en conflicto con la gente que, habiéndose hecho las mismas preguntas, decidió seguir comiendo carne. Y entonces todos los temas de maltrato animal, que de alguna manera subyacen en el álbum, de repente nos posicionaron los unos en contra de los otros. Este ha sido solo uno de los temas, pero lo cierto es que el resultado de abrir la caja de los truenos ha sido que tres miembros han dejado la banda.
- Ese estudio de la identidad, ¿les ha supuesto críticas en el entorno del metal y sus subgéneros?
- Directamente no; indirectamente creo que sí ha tenido impacto en cómo nos percibe la gente. Creo que, si ya éramos una banda complicada difícil de clasificar y, por ende, difícil de vender, ahora hemos quedado como una gente inestable y conflictiva entre otras muchas lindezas.
Criaturä, los otros protagonistas de la noche
A Obsidian Kingdom les precederán, en la noche del sábado 27, los locales Criaturä, un trío cántabro en activo desde hace cuatro años que no llegó a consolidarse hasta hace apenas dos, cuando la pandemia del covid19 empezaba a figurar en la agenda mediática. Sus miembros vienen de bandas como Crystalmoors o Fatal Portrait y, por poner un nombre a su trabajo, definen su estilo como 'rock pantanoso'.
Hace dos años tuvieron que cancelar su debut en la Sala Black Bird de Santander junto a sus amigos de Granada Goblin, por lo tanto, este 27 de noviembre será la fecha en la que por fin se presenten como banda en Escenario Santander, algo que Noche de Rock justifica: «deben ser ellos —Criaturä— los que, debido a su debut fallido en 2019, se estrenen por la puerta grande». Parece lógico y lo que es mejor: justo.
Ya son 25 los años que Noche de Rock lleva apoyando y defendiendo a la escena local como aquella que mantiene viva la llama de la cultura musical de la región, por lo que el próximo sábado tenemos la oportunidad de devolver parte de lo que la asociación nos ha dado y celebrar una gran fiesta de cumpleaños por y para todos.
- Imagínense frente a una bahía en calma, sin prisa; ¿qué canción de su repertorio escogerían para ese momento?
- '10th April', una canción de nuestro disco 'A year with no summer' (2016). Creo que funciona perfecta con la bahía de Santander.
- ¿Sonará en Santander el próximo sábado 27?
- No (risas). Es una pieza instrumental, de corte muy electrónico, y la verdad que hemos creado un set con toda la artillería a propósito de que es la primera vez que visitamos Cantabria, así que traemos lo fuerte. Si se tercia, ya haremos un show más tranquilito en otra ocasión.
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