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La nómina de artistas que actualmente están haciendo música de lo más interesante en nuestra región es inabarcable. Encontramos, desde artistas de pop como Betacam, a bandas de metal progresivo como Orion Saiph, que acaban de publicar un doble sencillo que lleva por título 'The ... forest within the trees', con el que cierran una etapa en su carrera. «Nos parecía que era el momento adecuado para cambiar de párrafo: grabar lo que teníamos compuesto y después replantearnos qué queremos hacer a partir de ahora», señala el bajista Óskar Sánchez.
- ¿Por qué pensaban que era el momento de hacer un cambio?
- Se juntaron varios problemas, desde temas laborales, a la pandemia. Además, tampoco nos queríamos meter en un proyecto largo. Preferíamos grabar lo que teníamos, antes que esperar dos años para tener ocho o nueve canciones más. Nuestro camino pasa por ir publicando cosas pequeñas y abarcables, que nos permitan enfocar muy bien nuestra energía, estar muy encima de todo el proceso; algo que cuando publicas un álbum largo no es tan fácil. Nuestro nuevo lanzamiento se llama 'The forest within the trees' y hace referencia a ese momento en el que tienes un problema gordo que no te deja ver el dibujo completo, el refrán que dice que los árboles no nos dejan ver el bosque. Parece que estos meses no vamos a tener conciertos, por lo que hemos decidido centrarnos en componer, con la idea de publicar más material próximamente.
- Sean Frutos, vocalista de Second, nos comentaba recientemente esto: «Cuando se graba un álbum, parece que todas las pistas tienen que estar masterizadas con el mismo sonido, y no, cada una tiene una vida propia».
- Grabar poco a poco te da la oportunidad de hacer varios enfoques, de presentar canciones como proyectos distintos: ahora dos muy fuertes y ahora un disco con tres más melódicas. Pero para nosotros, todavía es más importante el hecho de aprender de la experiencia. Juan Aguirre de Asma dice que esto es un oficio y que cuantas más veces lo hagas, más aprendes a hacerlo. Cada vez que vas al estudio, aunque grabes poco, te llevas algo, siempre avanzas un poco. Tampoco hacemos punk de dos minutos, con todo el respeto, le damos muchísimas vueltas a nuestro sonido y no queremos que pasen diez años entre disco y disco. No sería la primera vez que le damos tantas vueltas a una canción que nos acaban saliendo dos.
- Señala que no cree que vayan a tener conciertos próximamente, ¿cómo está viendo los espectáculos en la nueva normalidad?
- De momento no ha surgido nada, aunque ya sabíamos que no íbamos a poder hacer una presentación normal. Tampoco nos parece mal el hecho de tocar en auditorios con la gente sentada. Cuando tienes problemas, puedes quedarte parado a esperar a que pase la lluvia, o aprender a bailar bajo al chaparrón. Con precaución, sin hacer el kamikaze, pero hay que seguir haciendo cosas, no puedes morirte en vida. Hay gente que sigue programando conciertos y me parece estupendo.
- La situación que estamos viviendo por culpa de la pandemia es muy dura, con cancelaciones diarias de eventos.
- En la industria musical hay muchísimas realidades. Orion Saiph es un proyecto serio, una necesidad comunicativa, pero que no supone nada a nivel económico. Sin embargo, hay mucha gente cuyo pan depende de que se sigan haciendo conciertos y en ese sentido las están pasando muy putas, como los técnicos de sonido. La gente tiene en la cabeza la figura del profesional de la música, el que se sale por la tele, pero se olvida del proletariado, como los grupos que van actuando en salas pequeñas o los músicos de sesión.
- Totalmente cierto. Hay músicos consagrados que igual se pueden permitir parar una temporada, pero muchos profesionales siguen dependiendo de salir a la carretera para comer.
- Los conciertos se legislan en plan de sí o no y eso no puede ser. No es lo mismo hablar de los Rolling Stones que de Phil Grijuela, no mueven el mismo volumen de público. Habría que medir los eventos por aforos. Si pones a Mehnai a tocar en la plaza mayor de Torrelavega, no creo que la gente se vaya a agolpar sobre el escenario. Ahora mismo, el hecho de que se celebre un directo está complicando las cosas mucho más de la cuenta. Debería estar todo más escalonado, según el volumen de gente que mueves, más que por el hecho de ser una actuación o un partido de tenis de mesa.
- Además de ser músico, lleva años organizando todo tipo de eventos en la región, ¿tenía algo planeado cuando llegó el confinamiento?
- Estaba el festival Miengo Cultura, un evento interdisciplinar en el que íbamos a tocar y que tuvimos que cancelar. Había música, magia, exposiciones... Lo fuerte es que todo empezó con grupo de Whatsapp, en plan, «si vives en Miengo o alrededores y conoces gente que haga cosas, añádela», y ahora mismo debe de haber más de cincuenta personas con proyectos muy serios.
- Si ha blamos de música, en la cuenca del Besaya y alrededores hay un montón de grupos de lo más interesantes, como los 'rockeros' Ojo Pipa.
- No sólo en esa zona, sino por toda la región. Gente como Jhonny Gleez, que hace unos videoclips maravillosos, y Roberto Sánchez, que tiene un estudio de música reggae donde vienen a grabar personas de toda Europa. No somos conscientes de lo que tenemos. El diseño del nuevo disco de Orion Saiph es obra del estudio de diseño Hard as iron y los temas están grabados en los estudios Cubex con Javi Escudero, que es un profesional de nivel internacional. Es un lujo que esté en Bezana, a tiro de piedra.
- ¿Falta apoyo por parte de las instituciones?
- La gente que se encarga de manejar lo que se programa y lo que no, muchas veces no está en contacto con el mundo cultural. Más que apoyo, falta conocimiento. Si quieres algo tranquilo, antes de consultar un catálogo con bandas de no sé dónde, yo pensaría en los Rising Stalks.
- Sí que se recurre a músicos de la región, pero al final, siempre suelen ser los mismos, ¿no?
- Lo que pasa es que algunos han conseguido romper ese techo de cristal. Pero en las agendas regionales, en vez de dos o tres nombres, tendría que haber doscientos. Por ejemplo, pusimos empeño en que la Muestra de Bandas de Torrelavega se realizara en una plaza céntrica, no en un sitio apartado. Es fundamental que la gente se cruce sin esperárselo con los músicos tocando, que pregunten y que les digas: no, estos no son americanos, son de Colindres.
- Un detalle de la Muestra de Bandas de Torrelavega es que en ningún momento se planteó como un concurso.
- Es una cuestión de respeto, más que de ganar o perder, se trata de tocar y que te paguen el desplazamiento y un pequeño caché. Además, tampoco es un certamen de músicos jóvenes, todo el mundo tiene cabida. Buscamos que la gente vaya y el día que alguien programe un concierto, se acuerde de que sonaron Burning the Waves y le fascinaron. Yo alucino con que los cántabros no sepan quiénes son Granada Goblin: cantan en castellano y son accesibles. Te pueden gustar más o menos, pero al menos deberías conocerlos. Hace falta dar más relevancia a los artistas de nuestra región, que el día que Ídolos del extrarradio saque disco, estén en todos los medios. Tengo amigos de fuera que flipan con la escena de aquí, con formaciones como Medussa, Wet Cactus, Ojo Pipa o R.A.D, que acaban de empezar y tienen temazos.
- Lleva veinticuatro años detrás del programa de radio 'Noche de rock', ¿qué nos puede contar sobre él?
- Cuando era un adolescente, me daba muchísima pena que la música que me gustaba pasase siempre desapercibida. Me harté de llamar a la radio para pedir canciones y, con diecinueve años, decidí que era mejor montar un programa y de paso ahorrar en la factura telefónica. Lo mismo hablo de un concierto, que subo fotos de él a las redes sociales para dar visibilidad a los músicos. Es un no parar, hay millones de bandas chulísimas en Cantabria que se merecen que la gente las conozca.
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