Todo comenzó cuando contactó con el medio digital 'Encuentros Culturales' y Justo Quintanilla le dio la oportunidad de narrar un concierto con sus imágenes; a partir de ahí, vía libre: rock, pop, clásica, y lo que se tercie: «han pasado grandes personas por delante de ... mi objetivo», dice. Como Fortu —de Obús—, o Ara Malikian, al que fotografió en la sacristía de la iglesia de Comillas. De aquellos barros, estos lodos. A Paloma la pandemia le ha servido para indagar en la cantera de bandas que se han formado en Cantabria y saca una conclusión: «hay grandísimos grupos en la región». Ahora que hemos dejado atrás restricciones, aforos y demás pormenores, su intención es descubrirlos en directo. E incorporarlos a su mirada.
-Se dice de Paloma Matías que «está en todas». ¿Organizarse la agenda es tarea difícil en Cantabria?
-(Risas). ¡Qué más quisiera que estar en todas! Es cierto que me apasiona la música y especialmente la fotografía musical, por eso intento acudir a todos los eventos culturales que tengo ocasión, pero la agenda… a veces la organizas y otras veces te la organizan; depende mucho de las acreditaciones. Pienso que en Cantabria la oferta musical ha ido creciendo mucho en estos últimos años y que lo ha hecho para todos los gustos, al menos pre pandemia. Si algo me han ofrecido a mi los conciertos durante las restricciones ha sido poder escuchar a grupos cántabros a los que no había visto en directo hasta ese momento, y se puede decir que hay grandísimos grupos en la región. Poco a poco vamos cogiendo otra vez el ritmo, se van anunciando festivales… Hay muchas ganas de música en directo; ojalá algún año se planteen hacer un festival de rock en la Magdalena. Sería la bomba.
-Un amigo, una broma, un reto personal… Los motivos por los que comenzaron en la fotografía musical quienes han pasado por esta sección han sido muchos, y muy diversos. ¿Cuál es el suyo?
-Siempre me ha gustado asistir a los conciertos, desde bien joven, y siempre he llevado una camarita conmigo; la música en directo es una vivencia que no te la ofrece un CD. No te podría decir el momento exacto en el que empecé, pero sí por qué y quiénes me animaron a que comenzara a publicar: mis hijos y una amiga. Siempre me decían: «está muy bien que hagas fotos, pero tienes que darles visibilidad», y hablando con ellos me animaban a acudir a todo evento que pudiera. Y ahí estoy, «este es mi momento», parafraseando la canción de Asfalto.
-¿Guarda especial cariño a algún momento capturado en directo?
-A muchísimos. Los grupos son encantadores y muy agradecidos. Han pasado grandes personas por delante de mi objetivo y guardo un recuerdo especial con Ara Malikian en la sacristía de la iglesia de Comillas, él preparándose y yo haciéndole fotos entre bromas; también con Fortu, de Obús, que tiró un beso, lo capturé con la cámara y luego, tras el concierto, me dijo: «que sepas que era para ti». Te podría mencionar un montón de momentos; cada gesto es especial en sí mismo y los grupos siempre intentan hacer un guiño al fotógrafo. ¿Cómo no me va a gustar este mundillo?
-¿Sus fotografías comunican por sí mismas?
-Pretendo reflejar lo que yo vivo en los conciertos y las emociones que transmite el grupo. Me encanta cuando alguien me escribe y me dice: «no pude asistir pero gracias a tus fotos es como si hubiera estado». Quizá es por eso que cuando obtengo un 'no' para una acreditación no decaigo y sigo en el intento. Es muy emocionante ver cómo grupos te piden tus fotos para sus CD; ese reconocimiento es un orgullo y os agradezco a ti y al Diario por hacernos visibles y dar luz a nuestro trabajo; también a Álex por mencionarme y a cada una de las personas, salas y promotoras que cada día me permiten ir con mi cámara para hacer este apasionante trabajo. Unir tus dos pasiones, fotografía y música, es fantástico.
-Cuando una asiste con la cámara a un espectáculo en directo tiene la cabeza en el objetivo y la mirada pendiente de luces y gestos, esos que mencionaba antes. ¿Disfruta de manera contenida o la cámara no le limita?
-Depende, si es un concierto en el que solo te dejan hacer fotos en los tres primeros temas, mi mente está única y exclusivamente en hacer las fotos; me centro en capturar el momento porque son muy pocos minutos. Ahora bien, si tengo todo el concierto para trabajar lo disfruto muchísimo y desde luego la cámara no me corta a la hora de vivir el concierto. De hecho me encanta que te dejen todo el concierto porque al principio ni los músicos ni nosotros nos hemos soltado. Para mi cada concierto es una vivencia, pero te confieso que si voy como simple espectadora siempre estoy pensando: «esa es la foto». Me es imposible separar.
-En cuanto a equipo técnico, ¿mejor contar con lo estrictamente necesario o ampliar a cada objetivo nuevo que salga al mercado?
-Creo que ni lo uno ni lo otro, al final vas adaptando equipo a tus necesidades, adquiriendo objetivos y vendiendo los que no usas. Yo empecé en el mundo de la fotografía con Nikon y con esta marca sigo, porque al final pienso que te haces fiel a la marca si no te ha dado problemas. Si se da la casualidad de que conozco la sala donde voy a hacer fotos me llevo lo estrictamente necesario; sino, cargo con todo. Aún recuerdo la primera vez que fui al foso del WiZink Center en Madrid, ¡parecía que me iba de viaje! Una de las cosas que casi nunca llevo es el flash porque por regla general en el foso no está permitido, aunque si por mi fuera a veces lo pondría con gusto.
-Cuando el calendario obliga a escoger entre varios eventos en el mismo día, ¿elige en función del artista o del escenario y las condiciones técnicas del lugar? ¿Corazón, o cabeza?
-Esto sí que es un dilema. Por regla general voy rellenando una plantilla en casa con los conciertos que van saliendo; a veces está vacía y otras no queda un hueco. Para mí prima el artista, porque las condiciones técnicas son las que son y los fotógrafos nos tenemos que adaptar a las mismas, pero desde luego nunca dejaré de ir a un sitio al que me he comprometido porque anuncien otro concierto «aparentemente mejor». Solo he fallado por motivos personales. De lo que sí soy capaz, si los horarios me lo permiten, es de empalmar un concierto con otro. Para eso no tengo ninguna pereza.
-¿Comparte su pasión, la fotografía, con su entorno más cercano?
-Sí. Ciertamente en mi familia hay mucha pasión por la fotografía, aunque no a nivel profesional, y cada uno nos centramos en temas diferentes. Una de mis hermanas hace unas fotos maravillosas de viajes y siempre la estoy animando para que haga un blog.
Una virtud y un defecto con la cámara.
- Qué difícil me resulta esta pregunta… Pienso que mi mayor virtud con la cámara es el respeto que tengo hacia el artista y el público. Soy muy consciente de que a veces molestamos, pero en determinados conciertos, como por ejemplo los de música clásica, intento ser muy prudente. Defectos seguro que tengo muchísimos, pero estoy convencida de que el peor soy yo misma; soy muy tímida y esto a veces me pasa factura. Aunque te digo: cada vez le echo más cara, con los años aprendes.
En ocasiones también acompaña sus imágenes de texto. ¿Recuerda la primera crónica que publicó?
- Lo recuerdo perfectamente. Era muy consciente de que necesitaba colaborar con un medio e investigando me puse en contacto con «Encuentros Culturales». Me gustaba lo que hacían y Justo Quintanilla me dio la oportunidad; y la aproveché. Lo que pasa es que no valían solo fotos, también querían la crónica del concierto… Aún recuerdo cómo me sudaban las manos cuando me senté a escribir, yo pensaba: «¿y ahora cómo empiezo?». Las primeras crónicas lo pasé francamente mal, pero con el tiempo le cogí el tranquillo y terminó gustándome. También tengo que mencionar a Jorge Rivas, que fue mi contacto directo durante este periodo de colaboración y al pobre le traía de cabeza, pidiendo y pidiendo acreditaciones. Desde aquí: mil gracias, Jorge, por tu paciencia.
Está aquí por recomendación de Álex R. Cruz, denos el nombre del siguiente fotógrafo/a sobre el que deberíamos poner el foco.
- Me encantaría leer a Txutxy Cano porque es un gran cronista de conciertos y además acompaña la pieza de sus propias fotos en numerosas ocasiones; por otro lado, este año he conocido al fotógrafo Fran Whiten y creo que al ser músico y fotógrafo a la vez tiene mucho que aportar y sabría decir qué le gusta a un músico ver reflejado en la foto
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