El secreto de La Pegatina es la inquietud. 19 años haciendo lo mismo, aunque sea música, puede resultar aburrido. Por eso, después de más de 1.200 conciertos por 35 países, la banda saca ahora su décimo disco con intención de viajar 'Hacia otra parte'. ... Unas cuantas canciones, con unos cuantos grupos colaboradores, de unas cuantas procedencias. Todos esos ingredientes, metidos en una maleta. El líder del grupo, Adriá Salas, tiene claro el secreto: «Llevamos muchos años juntos y siempre buscamos cosas que nos llamen la atención». Como en una relación de pareja. Hay que mantener viva la llama.
- Ya está aquí el 'niño'...
- Sí. Ya es el décimo disco, así que ya hemos vivido otros estrenos anteriormente, pero estábamos con ganas, porque son muchos meses de trabajo y de escuchar nosotros las canciones y es como: «Que las tenga ya todo el mundo, por favor» (risas). Pero bueno, ya está aquí.
-Se titula 'Hacia otra parte'... ¿Hacia dónde va ahora La Pegatina?
-Aparte de por la canción homónima, las canciones se han hecho individualmente, sin pensar en un concepto de disco. Las hicimos por separado y pensamos, «anda, tenemos un disco hecho». La idea de cada una de ellas era acercarse a las bandas que colaboran. Por eso lo de 'Hacia otra parte', porque jugamos con nuestra sonoridad para llegar a la de las otras bandas y que se sientan cómodas con eso. El disco es un concepto de viaje, de viajar a otros países, por eso el packaging también es una maleta. También de todos los viajes que hemos hecho por todo el mundo en estos años, y que nos han inspirado, porque algunas de las bandas que colaboran son referentes nuestros de los inicios. De repente, 19 años después, podemos estar colaborando con ellas. Enseñar a la gente de aquí músicas que hemos conocido y que nos han inspirado. Todo un mejunje de cosas para definir el título del álbum.
-La Pegatina ha tocado múltiples 'palos' en todo este tiempo, ¿andan buscando nuevos estilos por probar?
-Sí, por eso la idea era jugar a ir a los estilos de otra gente. Por salirnos de lo nuestro. Nosotros tenemos unos códigos, unas estructuras y unas formas de hacer que ya las conocemos y siempre hay que buscar la manera de rejuvenecerse, inventar y jugar con música y probar cosas nuevas. Ha sido como hacer de actor y meterse en la piel de otro y probar cosas nuevas.
-¿Cuáles son esos nuevos estilos?
-Buah, mezclamos muchas cosas. Por ejemplo, la de 'Down for love', que no hubiéramos hecho nunca solos, en un pop comercial con los holandeses Chef Especial porque es su rollo. La canción con La Vela Puerca, un rock, tampoco la hubiésemos hecho solos y aquí intentamos acercarnos a ellos. La que hacemos con Flavia Coelho, 'Culpa do mar', tiene una base de samba pero acaba siendo una especie de balada. Hay un intento de funky en 'Where do we go'... Hay varias cosas que nos faltaban por probar.
-Y el 'chiquillo', ¿les ha salido guapo?
-En pandemia ha habido tres niños en el grupo... (Risas) Algunos han aprovechado el tiempo. Si no había bolos, era el momento. Los llamados pandemialls... Sí, la verdad es que el chiquillo nos ha salido guapo. Cuando nos dieron el disco en mano, físico, estábamos como niños pequeños. Es una maravilla. Y nos gusta mucho porque hemos cumplido muchos sueños en este disco. De bandas con las que colaborar; de ritmos que no habíamos tocado antes... Un sinfín de cosas que nos hacen estar muy contentos.
-Un disco, prácticamente al completo formado por colaboraciones.
-Es que nosotros ya nos conocemos mucho... Llevamos muchos años y vamos buscando nuevas cosas que nos llamen la atención. La idea es esa. Siempre hemos colaborado mucho con muchos grupos, desde los inicios, nos ha gustado porque cambia el timbre, cambian las ideas... De repente te aportan algo diferente que tú solo no puedes hacer. La única canción en la que estamos solos es la que da nombre al disco.
-Ustedes mismos se presentan como un grupo de «mestizaje festivo». En este trabajo han ido a buscar la fiesta por todo el planeta.
-Son gente con la que nos hemos ido cruzando en festivales o en otros sitios. Han sido procesos muy diferentes. Algunas bandas, incluso, han coproducido con nosotros. Otras han escrito sus partes de la letra. Sale un poco de los viajes. Por ejemplo, a la Santa Cecilia los seguimos hace tiempo y estábamos intentando hacer un tema del rollo suyo y de repente hubo la posibilidad de hacer ese mismo tema con ellos. Nos conocimos por un Zoom la semana antes de grabar. El disco está concebido como canciones por separado que son como juegos con cada uno de los grupos y luego se han unido en un disco.
-Son una banda muy políglota, pero en este disco se han centrado mucho en el inglés.
-Sí, la verdad es que sí, porque hay bandas de Holanda o de Alemania... ¿Cómo las vas a hacer cantar en castellano? Se ha buscado un idioma en común. Si hubiésemos hecho algún tema con una banda francesa lo habríamos hecho en francés, probablemente, o alguna en italiano, pero ha salido así. La verdad es que nunca nos hemos cortado con esto de cantar en otros idiomas, así que en un disco lleno de colaboraciones internacionales tampoco era el momento de cortarse.
-Durante la pandemia, además de tener hijos, no han parado.
-Justo es lo que había que hacer, aprovechar el tiempo. En el momento en que pares las redes sociales, en la época en la que vivimos, todo el mundo se olvida fácilmente. Si te gusta la música y te gusta trabajar de esto, lo que tienes que hacer es no parar. Entre que sacamos un disco en 2020 y ahora sacamos otro, también grabado a distancia con varias bandas, que hemos hecho conciertos con la gente sentada, con la gente de pie... Con todas las restricciones posibles. Ahora, a la vuelta, seguimos estando vivos y hay muchas bandas que no han aguantado la pandemia. Y otras que iban a profesionalizarse y tampoco han podido porque se les ha venido encima todo esto. Mucha suerte hemos tenido, pero también el no parar ha favorecido que podamos volver prácticamente como antes de la pandemia.
-Acaban de venir del Viñarock, además de otros conciertos por Europa... Qué gusto volver a la normalidad, ¿no?
-La verdad es que sí. Ya antes del Viñarock, aunque éste ha sido muy heavy porque eran más de 60.000 personas sin mascarilla y demás. Pero creo que me impactó más un mes antes, que estábamos de gira europea y tocando en salitas pequeñas y tenías a la gente súper cerca y en España todavía estábamos con la mascarilla. Allí ya la habían quitado y era como: «Qué difícil se hace de repente volver a la normalidad». Ahora ya estamos en otra fase más tranqui. Con ganas de que esto siga así. Que envíen muchas vacunas a los sitios en los que no se han podido vacunar para que no haya nuevas cepas y ya. Cruzando los dedos.
-La gente tiene tantas ganas, que están saliendo festivales hasta de debajo de las piedras
-Es la dinámica en la que estábamos antes de la pandemia, que sobraban festivales. Había demasiados. Y justo están volviendo más aún porque, obviamente, la gente quiere recuperar lo que no ha facturado durante la pandemia. Estamos todos los grupos tocando a la vez, sacando disco a la vez... Hay una saturación y que no hay público para tanto. La gente ha tenido que pagar durante toda la pandemia porque no había ningún concierto gratuito, estamos en crisis tanto de suministros como cultural y creo que van a morir muchos festivales. A ver si así hay manera también de regularlo y también es una buena oportunidad para que salgan nuevas formas de pensar los festivales.
-Si se tuviese que quedar con una canción de estos diez discos, ¿cuál sería?
-Pues es que son muchas. Muchísimas (Risas). Ahora en mi cabeza están de moda las últimas, que salen ahora y hay otras que hemos tocado tantas veces que no están en igualdad de condiciones entre ellas como para competir. Una de mis favoritas es la que acaba de salir, 'Yo quiero bailar', con Los Auténticos Decadentes. Es de mis favoritas porque la estamos tocando para que la gente la conozca y está funcionando increíblemente bien y la vemos como un posible nuevo himno. Hay canciones a las que he tenido mucho cariño aunque no se hayan tocado en directo, porque no nos terminaban de funcionar. Y sobre todo en el disco anterior hay temas que me gustan mucho como 'Siempre te pedí' o 'Te veré cuando yo quiera', que me encantan. Como ya hemos sacado otro disco, se quedan ahí un poco perdidas, pero en cada disco siempre ha habido alguna canción a la que le tenía mucho cariño y luego no hemos tocado y otras que eran más del gusto del público que acabas aborreciendo de tocar.
-La esencia de La Pegatina se escucha mejor en los conciertos que en el reproductor.
-Obviamente. En el directo no hay trampa ni cartón. De hecho, cambiamos muchos estilos. Canciones que suenen igual en el disco y en el directo no hay. Siempre cambiamos, las pasamos por el filtro del directo, para que le pueda gustar a cualquiera, nos haya escuchado o no y que haga bailar, sobre todo. Las aceleramos y ahí es donde está la magia de verdad. Pero los discos te dan excusas para que la gente venga a verte y tienen que existir. Le estamos cogiendo el truquillo a esto de grabar discos... Ahora, después de 19 años... (risas).
-¿Tienen previsto venir por Cantabria a presentar el disco?
-De momento no hay ninguna fecha que haya salido que se pueda decir (risas). Pero la idea es presentar el disco allí también.
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