«Queremos sacar la cultura tradicional de la cuadra donde la han metido»

-Uruna significa aire fresco. ¿Le hace falta al sector?

-Raúl Molleda: Es la razón de que tengamos un grupo. Echamos en falta, yendo de lo grande a lo chico, que haya una manera de sonar folk de la música de Cantabria. Con esto quiero decir que lo que han hecho otros grupos en este tiempo es adaptar unos estilos musicales de folk de otros lugares, Irlanda o Escocia por ejemplo. Queremos partir de lo que tenemos aquí para sacar una manera de sonar justa para la música de aquí. Escogemos, y esto es lo guapo, caminos que otros no cogieron antes.

-¿Preparados para que los más puristas no entiendan la mezcla con la música electrónica?

-R.M:Es curioso porque nos han acusado de ser los más tradicionalistas del mundo de manera personal a cada uno de nosotros. Somos amantes de la música tradicional. Nos gusta más un señor tocando o una gaita que el folk mismo y a los dos la toná, que es el género que mejor guarda la mejor parte de la música de Cantabria. La historia de Uruna también es que eso siga. Que no sea una cosa de museo que se saca de una urna para que se vea y después se vuelve a meter.

-Lo sacan y lo actualizan

-Mariu Torre: No vamos a ser tan tontos de renunciar a la instrumentación de hoy, de la que podemos hacer uso. Quizá seamos puristas en el sentido de mantener las escalas y la gracia de la música de aquí, pero esa identidad musical la hacemos ver con instrumentos de ahora.

-Defienden de dónde vienen sin renunciar a donde están

-R.M: Queremos sacar la cultura tradicional de la cuadra, donde parece que la han metido. Cualquier pueblo de cualquier sitio del mundo puede llevar su música adelante y nosotros también. Queremos seguir un estilo. Somos ahora, cantamos ahora con el estilo de toda la vida y creemos que una buena parte se reconoce bien, pero no se ha aprendido bien por los grupos que están tras nosotros. Y estamos en ese proceso de aprendizaje, con sus rasgos reconocibles, con ese aire, esa gracia. De ahí también el nombre de Uruna.

-¿Cómo han seleccionado dentro del repertorio posible los géneros o estilos que querían plasmar?

-R.M: Por gusto. Nos gustaba cómo sonaban esas canciones. Es muy variado, con bailes a lo ligero, a lo pesao, cantares... Cierto es que el primer disco de cualquier grupo siempre lo es, pero nuestra idea es sacar varios, por lo menos cinco y cada uno es de una manera.

M.T: Cada uno tendrá un estilo muy definido.

-¿Tienen ya cinco discos en mente?

-R.M: Tratamos de ir de lo grande a lo chico; las canciones serían lo chico, pero la idea es lo grande. Creemos que si queremos sacar una manera de sonar, un estilo de folk, basado en lo de Cantabria, en lo que viene de atrás, tenemos que experimentar bastante. Lo que los discos finales tengan será lo que aprendamos en el proceso de los anteriores. Este es un conjunto, el segundo será más moderno, al tercero queremos darle un giro total muy acústico y los otros dos, serán un resumen.

-¿Cuánto tiempo llevan pergeñando este proyecto?

-M.T: Nos juntamos hace tres años. Nos conocíamos antes, pero un día hablamos y le propuse a Raúl hacer un grupo, y empezamos a hablar del repertorio. Rápidamente los temas salieron como uno detrás de otro, nos íbamos quitando la palabra, casi. Fue muy sencillo. Los dos tenemos recorrido en otros grupos y la sensación de que lo que hacíamos en ellos no era lo bastante guapo con respecto a nuestra manera de entenderlo. Se cogía la música cántabra para adornar una base que no lo era. Ciertos tópicos de la música regional. Te dabas cuenta de que terminaba siendo irrelevante. Queríamos hacer un proyecto que diese la vuelta a eso y hemos coincidido en la idea.

R.M: Por supuesto es folk, un estilo grande y no estamos en sus antípodas, pero nos gusta estar en un territorio que no parece que se hubiera visto antes. El trabajo creativo es una de las mejores cosas que tiene esta historia en la que nos hemos metido, más incluso que tocar.

-Un tercer compañero de esta aventura es su técnico de sonido, Baldo Bañuls.

-M.T: Es una pieza muy importante, porque el arte de hacer sonar un grupo es un proceso muy complejo y requiere seriedad profesional. Desde el primer momento tuvimos claro que queríamos hacer algo en condiciones y necesitábamos un técnico en condiciones, como es Baldo. Podemos descansar más la cabeza para tocar y nos despreocupamos de la parte técnica. Es uno más; comparte con nosotros ensayos y el disco lo hemos hecho entre los tres. Es una de las claves.

R.M: Como profesional es muy bueno y se ve en cómo suena el disco, pero es que también tenemos mucha confianza; no es como coger un técnico y decirle cómo queremos sonar, él lo tiene claro. Y nos da sus opiniones desde fuera, que también es importante.

-Hay una presencia importante de la naturaleza y el patrimonio lingüístico. ¿Es una defensa consciente de esas cuestiones?

-R.M: Sí, volviendo de lo grande a lo chico. Creemos que esto es cultura de Cantabria en general. No creemos que la parte lingüística deba tratarse como se está haciendo. Además, sería poco consecuente que metamos tres o cuatro palabras en las canciones y después no hagamos caso de ello, porque lo tenemos incorporado a nuestras vidas: nosotros hablamos cántabro. No es solamente para el disco, ni de cara a la galería. La idea es hacer cultura de Cantabria en el siglo 21.

-Para quien tenga alguna duda: ¿por qué deberían escucharles?

-R.M: Para gustos son los colores. Dicen de algunas canciones nuestras que suenan como apaches, como algo tribal y creo que es un buen piropo. Se tiene que parecer más a un puchero de alubias que a una pizza y le gustará a quienes lo prefieran así.