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Javier Salas
«Sin las raíces bien ancladas, perdemos nuestro pasado»

«Sin las raíces bien ancladas, perdemos nuestro pasado»

El gaitero Carlos Núñez ofrece esta noche un concierto en la cueva de El Soplao

Viernes, 14 de septiembre 2018, 07:16

Carlos Núñez va a realizar un viaje en el tiempo «irrepetible». Al pasado. Y lo hará acompañado por 300 personas, desde el interior de la tierra y a lomos de notas musicales venidas de otras épocas anteriores. Así plantea la experiencia que tendrá lugar esta tarde, con el segundo concierto de El Soplao. Se cree, dice este gallego, figura internacional de la música de raíz celta, que las cuevas siempre han sido un lugar ligado a la música. Con más de un millón de discos vendidos, el niño que empezó a tocar la gaita con 8 años, ha dado varias vueltas al mundo con compañeros de viaje que nunca imaginó. Y todo, sin perder un ápice de entusiasmo.

- Va a interpretar su música, herencia de la tradición, en un lugar que suma millones de años. Es como cerrar un círculo de arte e historia

- Cada vez más, estoy convencido de eso que los arqueólogos llaman la 'longue durée'. En cuestiones materiales y tangibles ellos saben que existe; las cosas no desaparecen sino que se transforman. En la música también. Muchas de las canciones que han llegado hasta hoy por tradición oral, vienen de hace miles de años y en concreto de las cuevas, que fueron seguramente la casa del hombre durante buena parte de su existencia. Esto ha hecho que esa atmósfera que dices, difícil de explicar, que ya vivieron ellos, es lo que intentaremos reproducir.

- ¿Cómo prepara el espectáculo dentro del espectáculo que de por sí es El Soplao?

-Vamos a ser súper respetuosos con el lugar y jugaremos con la acústica natural, sin añadir elementos externos. La cueva será un instrumento.

- ¿Encontraremos un repertorio especial para el lugar?

- Este lugar está pidiendo hacer un viaje en el tiempo. Partiremos de instrumentos que nacieron en cuevas, flautas de hueso, percusiones prehistóricas, y seguiremos con músicas de hace mil años, de cuando se encontraron las primeras partituras para continuar haciendo un recorrido hacia el futuro. La gente podrá sentir cómo todo se ha ido transformando.

- ¿Siente responsabilidad cuando tiene en sus manos una manera de preservar la tradición?

- Es importantísimo estudiarlo profundamente. Paco de Lucía le decía a los jóvenes que no le copiasen a él, que aprendieran de los maestros del flamenco y creasen nuevas vías. Yo creo que es muy importante beber de las fuentes de la tradición. Sin las raíces bien ancladas puede suceder lo que está pasando, una desconexión con nuestra cultura, perdemos nuestro pasado. Nos convertimos en puros países periféricos de quienes mandan.

- ¿Cómo se transmite todo esto a las nuevas generaciones?

- Ahora hay un cambio tecnológico evidente. Cuando ya sabíamos que los discos iban a ir desapareciendo, internet nos prometía un gran futuro. Tendríamos acceso a la música de todo el mundo, saltando el poder de las discográficas. ¿Ha sido así? ¿Los jóvenes escuchan músicas de todo el mundo? Lo que veo es que siempre escuchan productos venidos de fuera y, en el caso de España, venidos desde Miami. Es importante conectar directamente con nuestras músicas tradicionales. Siempre animo a la gente a que traiga a sus hijos, sus familiares...Yo descubrí la música celta porque mi padre me llevó a un concierto. Esto no lo encuentras en la radio o la televisión. Ahí sientes algo.

- Y mirando al pasado, ¿la percepción siempre ha sido la misma mediáticamente?

- Es una situación muy diferente. Con 18 años yo acababa de grabar con The Chieftains la banda sonora de 'La isla del tesoro', protagonizada por Charlton Heston. Él vino a San Fermines y alabó en una entrevista la música celta española. La presentadora, de cuyo nombre no me quiero acordar, le dijo que mejor hablara de flamenco. Era demasiado pronto; el año 89. Era imposible acceder a los mass media.

- Sin embargo, hace veinte años, con 'A irmandade das estrelas', consiguió que la música celta ocupara el prime time.

- Años más tarde, en aquel ambiente apocalíptico del año mil trasladado al 2.000, se pone de moda lo new age, esa obsesión de conectarse con la naturaleza. Aparecían músicas que exploraban todo eso. El CD posibilitó que músicas instrumentales se escuchasen con calidad. Ese fue el momento en el que la música celta se coló. En el 96 lanzo mi primer disco con esa visión 'crossover' de abrir círculos.

También escritor

«Tengo que contarte una novedad», adelanta. «Sacaré un libro en 15 días, con Espasa que se llamará 'La hermandad de los celtas'». Este primer músico del Coltrane de la gaita, es un estudio al que ha dedicado tres años. El resultado «responde a muchas preguntas que hacemos a arqueólogos, investigadores y expertos sobre cuánto tiene de celta nuestro país».

En ese volumen se establecen nuevas teorías revolucionarias que «vuelven a situarlos en el Atlántico y no en Centroeuropa» porque no coinciden las fechas, los hallazgos y las pistas.

«Hay una nueva visión general -añade- que dice que esta lengua era el sistema de intercambio, una especie de inglés de la época que nació en la Península Ibérica, y el Atlántico una casa común».

«Dice el British Museum, que el celta es indoeuropeo con acento ibérico. Nos sitúa en el centro del nacimiento de todo ese mundo. Una visión fascinante». Un libro en que también se dan «claves para el presente y el futuro centradas en construir soluciones»

- Para cuando publicó ese primer álbum, ya traía la mochila cargada de experiencias.

- Sí, llevaba varios años de gira con los Chieftains y viví momentos inolvidables. Estaba grabando con ellos y de pronto aparecía a hacer colaboraciones gente como Bob Dylan, los Stones, Sting, Bon Jovi… Todos los grandes del rock. Pude tocar la gaita con ellos y vivir una sensación muy bonita de curiosidad por su parte. No conocían la música celta de España, ¡ni yo a algunos de ellos! Toque con Roger Daltrey de los Who y no sabía quienes eran. Descubrí que en la música no había barreras. Quería que la música llegara a todas partes...Si me dicen que iba a vender un milllón de discos…¿Los sueños a veces se realizan.

- Establecer nexos, algo tan complicado en la realidad actual, es algo que usted lleva haciendo de forma natural con géneros muy alejados del suyo desde hace mucho tiempo. ¿La música es una vía de entendimiento?

- Es muy interesante esto. Esa interdisciplinaridad ha sido mi modus operandi; aprender siempre. De los otros géneros. Incluso aprender de aquellos a quienes no les gusta lo que tú haces. Tienes que enamorar a otro público ¿Cómo lo haces? Aprendiendo a sentir como otros, comprendiendo su perspectiva. Eso ha sido una escuela increíble. Los músicos estamos siempre haciendo un esfuerzo por unir, por mezclar. Si esa fuese la tónica general, todo sería muy diferente. Creo que la música y esta en concreto tienen gran sabiduría detrás.

J. Salas

- Sin embargo la llamada apropiación cultural está de plena actualidad y plantea límites en esa posible reinterpretación

- Un gallego es ligeramente diferente al cántabro, pero a hay cosas que todos sentimos en común. La música celta lleva miles de años haciendo el esfuerzo de unir. Otras en cambio, todo lo contrario. Han construido su seducción y su lenguaje en base a la exclusividad. Esto solo podemos hacerlo nosotros, solo esta raza, nadie de fuera puede hacerlo… Cuando una tradición está viva, está en movimiento. Es una creación colectiva. No se ha primado esa idea tan autoral. No es el gran Picasso o el gran Beethoven; aquí todos sabemos que nadie ha construido nada desde cero. Es fantástica esa cura de humildad de este fenómeno, sabiendo que eres una parte de algo más amplio.

- Menciona a los cántabros y me gustaría preguntarle por dos en concreto. El primero, el luthier David López.

- Siempre que vamos a tocar a lugares con peso específico, con tradición potente como Cantabria, intento invitar a jóvenes talentos. Con David recuerdo un concierto en San Vicente, con los Chieftains. Le pedí que montara una banda de gaitas y nos sorpendió con algo precioso. Y él es uno de los grandes artesanos de gaita de España. Con ilusión y empeño consiguió su sueño. Ese tipo de oficio de artesanía es algo con futuro.

- El segundo es alguien que se ha sumado a su banda; el rabelista Esteban Bolado

- A Esteban lo conocimos hace unos años porque dimos un concierto aquí en un festival de verano. Quería conocer a quien fuera un virtuoso del rabel y me hablaron de él, alguien que había aprendido de los maestros. Hoy Esteban es parte del equipo. Hemos hecho gira este verano con instrumentos medievales, y decimos: mirad a Cantabria, que allí se construyó el rabel, mirad a Esteban que es el maestro en esto.

«Galicia está muy despistada»

¿Cómo ve alguien que ha recorrido el mundo, su punto de origen? Para Carlos Núñez, vigués, Galicia está «muy despistada» y «como no espabile, alguien le va a comer las papas»

El músico profundiza en su punto de vista y añade que nota «mucha más ilusión por la música celta en otras zonas de España». Recuerda cómo hace cien años Irlanda se convirtió en la reina y se comió a Escocia. O cómo ahora nadie habla ya de Gales. «Supongo que son ciclos», dice, pero «no es suficiente hacer lo que se hace».

Para Núñez es necesario «trabajar» y a la tradición «exigirle» excelencia. Así, el luthier, el zapatero, el pulpeiro, «tienen que ser los mejores». Y puestos a concretar, mejor ponerle un precio. Darle valor a la cultura. «El manantial de la tradición no se cuida solo».

- En su discurso hay dos constantes, curiosidad y entusiamo

- Sí, la música es energía. Tienes que sentir lo que sienten los demás e ir gestionando esas emociones. El programa de los conciertos, por ejemplo,va abierto y voy decidiendo sobre la marcha, construyendo según llegan las emociones. Cada vez que subo al escenario, vuelvo a ser ese niño que tocó por primera vez con diez años. Me quedó tan grabada esa energía, y la gente diciendo «¡Carliños, no pares!». Había un poder que surgía del instrumento y en cada concierto vuelvo a sentirlo. No he perdido un ápice de esa ilusión.

- ¿Siente que ha cumplido sus objetivos?

- Sería injusto si te dijese que no. A veces hay cosas que no son posibles, claro. Me hubiese encantado grabar con Paco de Lucía, 'La Farruca', una pieza que estábamos preparando, pero él se fue antes de lo debido. Pero en general me siento súper realizado y feliz.

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