Rayden: «Me molesta la ostentación de la ignorancia»

El cantante está haciendo una «vuelta de gira». Tras una primera etapa, ahora repite en algunas ciudades y visita otras nuevas. Las sensaciones tienen mucho que ver con el título; 'Quiero que nos volvamos a ver'. Y con esa meta llega el sábado día 30 a Escenario Santander (21.30 horas)

Dice Rayden que no sabe gestionar el efecto que produce ver sus composiciones, escritas «en casa, de forma recelosa» con la respuesta masiva que supone ir agotando entradas. «Aún no le veo la lógico, pero no lo cuestiono, sólo lo disfruto».

Y, ¿dónde queda el ego? ¿Se alimenta como una fiera de ese crecimiento imparable? No para el artista. «Quienes nos dedicamos a trabajar con el arte, tenemos un punto de egoistas solidarios»- explica- «Lanzar algo tan íntimo para que el público lo haga suyo, requiere cierto desapego».

Las dos partes de esta relación público-privada se llevan bien. «Parece que todo lo bueno le pasa a la persona que sube al escenario y no la que se queda al pie. Eso permite que no se me vaya la cabeza». Mientras tanto, sigue trabajando y confía en que ambos «compartan a nivel adquisitivo», bromea.

El propósito inicial de la gira era emocionar, según sus palabras. A juzgar por lo que le llega a través de las redes sociales, lo está consiguiendo. «Lo que comparten conmigo es el mensaje de que hay algo emocional que les llega, que quizá es la marca distintiva respecto a otros artistas».

Mientras tanto, la sala para 200 personas ha pasado a ser una sala para 1.000. El repertorio del disco 'Sinónimo' se amplía para repasar los temas de discos anteriores. La banda está en forma y a su entender «llevamos una propuesta que trastoca. La gente suele sorprenderse con la fuerza que transmite», detalla.

Una fuerza que le falló durante el proceso de trabajo que tuvo el disco como resultado. Se puso enfermo. Literalmente. La ansiedad se convirtió en un dragón al acecho que logró tumbarle en varias ocasiones. «Me gusta contarlo de forma graciosa para quitarle peso, pero salí del estudio directo a la psicóloga»- recuerda- «Fue una voladura, porque todo el universo del disco lo hice yo».

«Cuando ves que gente con una sola canción, ligera, sin implicación, que no deja ver nada real del artista, empieza a sonar en la radio y termina metida en todas partes, piensas ¿para qué tanto esfuerzo?, se pregunta el cantante. Pero él mismo se da la respuesta; «Puedo escribir sin dejarme tanto la piel, pero no hay que faltar el respeto al público. Tienes que dar todo lo que tienes y eso revuelve cosas por dentro».

El 'todo' al que se dedicó en este disco va desde la composición a la producción. Eligiendo cada detalle. «Quería algo cohesionado con lo anterior». Así, tras 'Antónimo' y 'Sinónimo', en próximo año llegará 'Homónimo', completando la trilogía conceptual.

Para darle la forma final contó con la colaboración de otros artistas y de varios productores. Desde Amaro Ferreiro a Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly). «Me gusta pensar que debo confíar en mi criterio cuando algo me emociona, porque creo que va a funcionar», expone Rayden. La suma de otras voces y otros puntos de vista «parten de un punto de verdad y on quedan raras o impostadas», a pesar de tener estilos tan distintos.

En este mundo que avanza veloz, Rayden reclama el espacio de la escritura reposada. «Lo hago para mí», dice sobre ese ejercicio reflexivo que plasma el resultado en forma de libro o de canción. «En tiempos de inmediatez, parece que si pestañeas te lo pierdes. El streaming marca las tendencias y el ritmo que impone hace que no se valoren cosas anteriores al año 2.000 por ejemplo. Algo pierde valor si no se ubica en la moda y la tendencia», critica.

Reconoce que le molesta la ligereza, «la ostentación de la ignorancia». «Teniendo la posibilidad, no haces nada por saber más. La gente presume de lo que no sabe para ser trending topic», ejemplifica.

La primera canción que compuso para 'Sinónimo' fue 'Caza de Pañuelos'. Tras el execrable caso de La Manada, Rayden se puso a pensar sobre cuáles son los pasos que pueden llevar a alguien a cometer esa salvajada. «Y en todos los intermediarios», añade. «Me pregunté, ¿en qué momento he podido ser parte de lo que facilita estos razonamientos».