Raúl Real- Músico y cantante

«Hay una reivindicación del entorno, de que en todos los lugares ocurren historias»

Un pequeño acantilado azotado por el viento y las olas ha dado nombre, Bañaperros, a una nueva banda que nació sin brújula, pero sí con algunas ideas sobre la mesa de lo que teminaría siendo un disco, 'Fuego Amigo'. Su primer trabajo, que se pondrá de largo esta noche, en la Sala Niágara a las 21.30 horas.

«Es otra cosa», dice sobre este disco, en referencia a su larga trayectoria previa. Raúl Real, que además de las composiciones se ocupa de las labores en la voz y el bajo. Tenía ganas de volver al español como vehículo de su vocabulario musical y en esa aspiración se encontró con Juan Aguirre (guitarra y coros) y Enrique Gutiérrez (batería). 'Tres músicos de diferente pelaje, curtidos en combos de rock & roll, punk,blues, psicodelia o noise', reza el libreto. Viejos conocidos, nuevos compañeros.

Son canciones que «salieron de la soledad de la casa», algunas letras, que parten «de una cosa muy sencilla», como todas las canciones; «de tocar un poco y probar» y esa meta mencionada de volver al idioma primario. «Surge una necesidad de volver atrás. No recordaba cómo el español te lleva a otro terreno compositivo por la forma que tiene», dice el músico y compositor. Palabras con más de dos sílabas. «Por eso el inglés es el idioma del rock and roll», añade. A lo que se suma la tradición y un tanto «de prejuicio que tenemos de la escucha en español aunque nos traguemos cualquier cosa en otro idioma».

Con esa premisa, han concebido relatos oscuros en lugares reconocibles. Ya no es un blues que se escucha en Alabama, sino una calle, un barrio, un pueblo por el que el oyente cántabro ha pasado o puede situar en el mapa. «Hay una reivindicación del entorno y de que en todos los lugares ocurren historias. Está hecho a posta. Me lleva a mi parte de escritor», explica. Si lees a Shepard, a Bukowski o a Fante, hablando de calles de sus ciudades, el lector lo mitifica. Trasladar el imaginario a Laredo o la bahía, ejerce también ese filtro de mitificación. «La gente piensa que es verdad y hasta te dice que ha conocido a alguno de los personajes, cosa que yo nunca desmiento».

Junto a esos seres un tanto marginales, en las composiciones de 'Fuego amigo' hay también una llamada a la cotidianeidad. El día a día plasmado en canciones. «Me apetecía contar historias, algo que no había hecho». Así resultan temas como 'Santa Gusana', «la más turbulenta del disco», que escuece al oyente «porque siempre han existido figuras así». Una canción con una cadencia lenta, con mucha reverb, que pedía ese toque de «gótico norteño, de ambiente de marisma donde se siente un poco de frío».

Este es un ejemplo, pero el proceso creativo de cada canción ha sido diferente. Así, hasta nueve. 'Sincio DF', 'Cicatrices', 'Palos y piedras'. Creían que debían salir de la zona de confort respecto a trabajos anteriores y «ver a dónde iban». Composiciones que han crecido en el local, evolucionando respecto a la idea inicial, «juntando un poco los gustos de cada uno». Y ahí se ubica lo que más le gusta a Real de ese recorrido: «cómo una idea cualquiera se acaba convirtiendo en una canción; cuando la compartes con otras personas, cambia de nuevo, y cuando pasa por el filtro del estudio, evoluciona a algo diferente». «Eso es lo que más me excita del proceso», afirma. Disfruta más incluso de esta parte que de tocar en directo o «caer en la mercadotecnia de venderte» para dar a conocer el trabajo.

Otra de las facetas del disco que ha sido premeditada es la equivalente al 'consume local'. El disco se ha grabado, mezclado y masterizado en Estudios Vindio, por Álex Pis, «con el que la comunicación es muy fluida y nos entendemos», a lo largo del invierno de 2023. La fotografía de la portada es de Keruin P. Martínez, que dio además origen al nombre del disco y Javi Arias, con quien tocó en Soul Gestapo, ha tomado la imagen de la banda del insert. El diseño del álbum es un trabajo de Isabel de la Sierra, «amiga desde que somos críos, que ha diseñado también las portadas de mis libros». «Me siento muy afortunado de tener alrededor a gente con tanto talento que encima me echan un cable». Ese intercambio «donde no entra el negocio, me interesa mucho». Gente que es buena en lo suyo y que comparte cercanía con toda la banda.

La escucha del disco lleva a referencias como Josele Santiago, José Ignacio Lapido o Nacho Vegas. «No hay nada pretendido, pero es cierto que esos artistas tienen un punto narrativo, voces personales, un tanto storytellers con los que me une más la intención que lo musical». En lo musical, cantando en español, la voz cambia, tiende a lo grave.

«Empecé en el rock and roll muy joven para sacudirme algunos dogmatismos, salir un poco de la norma y al final, como el resto de géneros, tiene las suyas», concluye. Por ello, con tantos años de carrera, habrá quien se sorprenda y quien se acomode en el nuevo sonido. Hay nervios «buenos», el «prototipo está aprobado» y ¿les preocupa? «Me da exactamente igual».

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