Robe: «No me niego a una gira de Extremoduro, pero ahora estoy disfrutando de Mayéutica»

«No, series de Netflix y esas cosas no veo. Parece que son un poco como películas, pero peores… como que las estiran para que duren». Se ríe mientras contesta. Sabe que eso no le sucede a sus canciones. Duran lo que tienen que durar. Lo que decida su creador. Y eso que las tiene de casi 15 minutos en Mayéutica. Ese último disco es el que este sábado trae de gira a Santander a uno de las más grandes leyendas del rock en español. Porque una leyenda y no menos es Robe Iniesta (Plasencia, Cáceres, 16 de mayo de 1962).

El histórico líder de Extremoduro, triunfante también en solitario, atiende a El Diario Montañés en una de las siempre escasas entrevistas que concede.

- Resulta interesante que 'Mayéutica' sea un disco creado en 2018, grabado en 2019 y que finalmente se publica y se gira en 2021. Imagino que tendría ya ansia viva por lanzarlo y compartirlo en directo.

- Muchísimas ganas. Cuando hago un tema nuevo, me entra la impaciencia porque lo oiga todo el mundo. Siempre me ha pasado y siempre quiero que siga siendo así. Y claro, con la pandemia y los planes de gira de Extremoduro, pues he estado mucho tiempo esperando para tocarlo… Además, en mi banda estamos en un momento muy bueno como grupo y las canciones crecen con ello. Somos una banda, incluso mucho más de lo que ha sido nunca Extremoduro. Y eso se nota en el escenario.

- Tanto en ventas (fue número 1 la semana del lanzamiento arrebatándoselo a C.Tangana) como en críticas, 'Mayéutica' ha tenido una acogida estupenda. Todo eso teniendo en cuenta que son canciones compuestas hace tres años… ¿Cómo lo interpreta?

- Hay que coger un poco de perspectiva siempre para ver cómo son las canciones. Si pasa tiempo y te sigue gustando, es que es bueno. Mayéutica es un tema (así describe el álbum, compuesto de 6 cortes) que me pongo en casa a tocarlo y lo hago entero, no me da pereza en ningún momento.

- Después de largo tiempo sin grandes conciertos, el Palacio de los Deportes de Santander abre sus puertas para su gira 'Ahora es el momento'. ¿En qué medida conoce Cantabria?

- Es verdad que a Cantabria he venido principalmente para tocar. Los conciertos son un subidón de energía muy distinto al momento de estar creando o grabando un disco, con todo ese calor que te da la gente».

- ¿Qué concierto ha diseñado para esta gira?

- Llevamos dos repertorios, aunque en ellos sólo cambian tres canciones. Empezamos ensayando muchas y fuimos descartando para la gira... ten en cuenta que tenemos muchas canciones para elegir: todas las de Extremoduro, más los otros dos discos de Robe… y 'Mayéutica'. Empiezas a quitar canciones y es un rollo. Unas por el subidón que le da a la gente, otras porque te apetece a ti… es peliagudo lo de elegir canciones.

- ¿Concierto largo?

- Son dos partes, como siempre. Yo hubiera querido más largo, pero no era el año, con la gente sentada en algunos sitios, restricciones… también gente me decía de hacerlo más corto, pero joder, más corto… ¡a nosotros no nos parece largo!» (risas)

- Existe una imagen mítica del Robe bohemio, pasota, pero no deja de ser un jefe, un empresario de la música y una marca muy potente. ¿Se ocupa y controla el negocio más de lo que nos pensamos?

- Del negocio te tienes que ocupar. En la música, si quieres que las cosas puedan hacerse, tienes que ocuparte del dinero, de que sean posibles. De llevar a buenos técnicos, de que todo el mundo vaya bien pagado y cobre su pasta… pero a ello se añade que en esta gira me estoy ocupando mucho de tratar de tener bien informado al público. Del formato del concierto en cada lugar, de lo que se puede o no se puede hacer… para que luego nadie se llame a engaño. Por eso a veces empezamos a vender las entradas 15 días o incluso una semana antes del concierto.

- Ese Robe Iniesta mirando los boletines oficiales de las Comunidades Autónomas…

- ¡Joder, lo tienes que mirar! Fíjate la diferencia entre hacer un concierto sentado a un concierto de pie. Pudimos hacer en Fuengirola uno de pie y fue la hostia, pero había un montón de cosas que hacer: test de antígenos para los que fueran a pista, beber en un sitio determinado… hay que estar enterándose de todo. Me preocupa que la gente esté lo mejor informada posible.

- Volvamos a lo estrictamente musical. ¿Cuántas horas al día le suele dedicar a componer?

- Los poetas trabajamos 24 horas al día. Todo el tiempo. Incluso dormido. Puedes estar soñando con algo y de ahí apuntas cosas. ¿Libreta siempre a mano? Bueno ahora ya con el móvil… antes siempre llevaba una libreta y un boli enganchados al pantalón, pero ya hace años que uso el móvil. Voy grabando ahí cosas, pero no todo. La mayoría de las veces toco algo y lo guardo. Pero otras veces no lo grabo. Y pienso: si es bueno, me volverá. ¡A veces vuelve y otras no! (risas) No es que sea un gran método, pero así lo hago…

- Aunque usted es referente en cuanto a talento y nivel musical, le he leído en bastantes sitios huir de ese concepto «calidad» y afirmar que su principal mandamiento para elegir una canción es que le emocione.

- Es que no tengo otro criterio. Me tiene que emocionar. Me da igual el estilo que salga. Sea triste, alegre, marchoso, lento… ¡es que me la pela! Si siento algo cuando lo toco y cuando lo canto, entonces es válido. Si además de emocionarte, te hace pensar, pues ya está. Objetivo conseguido. No me preocupo de más. No me preocupo de si es un estilo que no es el mío, porque no sé tampoco cuál es mi estilo… lo sigo buscando. No hay que ser cerrado.

- ¿Pudo seguir toda la polémica que hubo hace poco con Zahara y su concierto en Toledo? Pidieron la retirada de sus carteles por emular a la Virgen María. Recordaba al veto a Extremoduro en Plasencia por parte del alcalde y de las trifulcas en la época de 'Jesucristo García' ¿Por qué cree que siguen pasando estas cosas 20 años después?

- O peores cosas quizá que entonces. Es poco explicable que en estos tiempos pasen cosas como la de Zahara. Hay mucha gente que no tiene vida propia y vive sólo ocupándose de la vida de los demás. Si no te gusta una foto, un disco o una película, no la escuches, no la mires, no la veas. Pero no tienes por qué oponerte. Ahí está la libertad de cada uno.

- Zahara es una clásica de los festivales de música. ¿Robe hará festivales en 2022?

- No te digo que no vayamos a ir a alguno, como siempre he hecho, pero… no me gustan. Vas a un festival y cuesta mucho trabajo, desde la misma prueba de sonido, luego es donde más gente te ve y donde peor suena…

- Con o sin festivales, usted es «cabeza de cartel» eterno en el rock español. Para muchos, el número uno. ¿A quién tiene Robe en el pedestal?

- Admiro a mucha gente, pero darte un nombre ahora es difícil… En realidad, música oigo poquita. Cuando estoy en una gira o sobre todo cuando estoy más metido componiendo, prefiero no oír música… y casi siempre estoy componiendo. Hay épocas en que oír música me enriquece y otros en los que parece que me contamina un poco la cabeza. Y es un espacio limitado para meter melodías y no lo quiero tener ocupado por otras músicas.

- Otro rockero mítico es Fito Cabrales. Casi todos los que escuchábamos a Extremoduro también lo gozábamos con Platero y Tú ¿Siguen manteniendo parte de aquella buena relación que tanta hermandad musical generó?

- Sí. De hecho, lo veo de vez en cuando porque vivimos cerca. (Ambos son vecinos de Lezama, en Vizcaya). Espero que le vaya muy bien el disco… Vamos, le irá como siempre, de puta madre.

- A ambos les une una figura: la de Iñaki «Uoho» Antón. Guitarrista y productor tanto en Platero como en Extremoduro. Sé que han tenido diferencias de opinión respecto a la cancelación de la gira de Extremoduro. Más allá de la polémica, hábleme del que ha sido su compañero 20 años en esa banda tan mítica.

- Un musicazo. Hemos trabajado juntos mucho tiempo, pero al final las cosas son así y cada uno hemos tirado por nuestro lado. Tenemos maneras diferentes de trabajar y espero que le vaya muy bien, que estoy seguro de ello, porque talento tiene. De lo de Extremoduro cada uno tiene su opinión y yo ahora quiero centrarme en el presente y en hacer lo que se puede hacer. Ahí quiero gastar mis energías. En eso y en ser feliz.

- Bueno, la última pregunta es pregunta y petición. Si cierra todo este ciclo y en 2023 o 2024 vuelve a planteárselo, ¿habrá un último réquiem de despedida en una gran gira final de Extremoduro?

- No es que me niegue a ello. Lo que pasa es que estoy centrado en otras cosas. Girar ahora con Mayéutica, grabar luego las canciones que compuse en el confinamiento, lanzar algunas canciones sueltas como hacen ahora los chavales… para luego seguir girando a partir de mayo. Y después grabar el disco nuevo con más canciones. Y si grabas, tienes que salir a tocar. ¡Entonces ya no sé para cuántos años tengo los planes hechos! (Risas) Pero bueno, yo no quiero jubilarme nunca.

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