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Julia Martín Maestro y Víctor Cabezuelo, fundadores de la banda
Rufus T. Firefly: «No tenemos el grupo que pensábamos de jóvenes; este es mejor»
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Rufus T. Firefly: «No tenemos el grupo que pensábamos de jóvenes; este es mejor»

La banda presenta este jueves en Escenario Santander su nuevo trabajo, 'El Largo Mañana', a las 21:00 horas.

Jueves, 16 de diciembre 2021, 18:23

Me has conocido en un momento extraño de mi vida' y 'Tempelhof' son referencias y referentes. La primera, por ser la frase más famosa de la película 'El Club de la Lucha'; la segunda, por haber sido escenario de mitines políticos en la dictadura nazi de Alemania. Ambas pistas ocupan su lugar en el último trabajo de la banda de Aranjuez, una formación que tras quince años de trayectoria es a la cultura musical de este país lo que la enciclopedia al diccionario: necesaria, por contenido y forma. Hablamos con su vocalista, Víctor Cabezuelo, horas antes de su actuación en la capital cántabra.

- Han presentado el disco priorizando el directo en las salas y la venta física frente a las plataformas digitales. ¿La música independiente era esto?

- Creo que depende mucho de sus autores y de lo que consideren que tengan que hacer los creadores. Lo guay de la música independiente es que puedes inventarte la historia que quieras y no tienes que seguir un canon, así que en ese sentido nosotros hemos apostado por lo que creemos que es nuestro fuerte: la música en directo; también por lo que a nosotros nos emociona: escuchar música en vinilo e incluso poder tener una pequeña colección. Ese tipo de cosas siempre nos ha gustado mucho, y aunque también nos gusta lo digital, le vemos un lado mucho más romántico al formato físico. Nos recuerda a cuando crecimos y empezamos a escuchar música por primera vez.

- En medio de una vorágine de ventas online y 'pre-saves', Rufus se diferencia haciendo las cosas, hasta donde el día a día permite, como antes. ¿Cuánto romanticismo cabe en las decisiones de grupo?

- Realmente somos un grupo muy romántico en el buen sentido de la palabra, porque intentamos hacer las cosas de una manera más emocional que efectiva o económicamente. Siempre intentamos tirar más del lado emocional y hacemos lo que sentimos que tenemos que hacer en cada momento, cosa que a veces nos ha llevado a vivir experiencias muy bonitas y a veces nos ha perjudicado. Pero es nuestra manera de ser y de ver la música, no lo podemos evitar.

- No les ha salido mal; el stock de discos previsto para seis meses se agotó en poco más de 12 horas.

- Ahora mismo estamos en un momento muy bueno, pero llevamos quince años de banda y llegar a este momento se ha hecho largo. Tratamos de ver todo como un aprendizaje, sabiendo que hemos hecho cosas buenas y cosas malas, pero por lo menos todo han sido decisiones nuestras y no sentimos que hayamos delegado en nada. Cuando te equivocas tú no es lo mismo que cuando se equivocan por ti, y de alguna manera nos quedamos más tranquilos y aprendemos de la experiencia.

- El trabajo hecho durante esos quince años, portadas a color incluidas, no se parece a 'El Largo Mañana'. Abrazan al soul y le dan una oportunidad al blanco y negro. ¿Comienzan una nueva etapa?

- No queremos romper del todo con lo hecho hasta ahora pero sí ser conscientes del presente y del momento en el que estamos para poder empezar a caminar. Digamos que esta visión romántica de la música de la que te hablaba antes te lleva, cuando eres más joven, a tener muchos sueños y ver las cosas de una manera que realmente no es, porque a veces esos sueños están fuera de tu alcance o capacidades. Y no pasa nada por reconocerlo. Nos hemos dado cuenta de que no somos el grupo que teníamos pensado ser cuando éramos jóvenes, ¡pero es que este grupo es mejor!. Siempre nos decían que lo que hacíamos era increíble y nosotros nunca terminábamos de verlo porque teníamos en la cabeza lo que queríamos cuando éramos jóvenes. De repente un día nos pusimos a hablar y ver vídeos nuestros, cosa que nunca habíamos hecho, y fuimos conscientes de que teníamos algo muy bonito que desconocíamos. Ahí dijimos: «no somos las personas que creíamos que éramos». A partir de ese momento empezamos a desarrollar nuestro lado real.

- Manuel Cabezalí, Dany Richter, Kennie Takahashi, Reuben Cohen e Iris Banegas son las piezas del engranaje que ha hecho funcionar 'El Largo Mañana'. Valga la redundancia, ¿sacar este disco a la luz ha sido un proceso largo?

- Sí, pero al igual que lo fue cuando sacamos nuestros discos anteriores. Nosotros entendemos los discos como una pequeña gran obra arquitectónica en la que intervienen muchísimos factores y nos gusta hacerlo así porque hay algo muy bonito en hacer las cosas de manera artesanal y mimar cada detalle. A nivel musical me emociona mucho que no quede ningún cabo suelto en todo el disco, y aunque sí dejamos momentos para la improvisación y la magia dentro del disco, creo que hasta esos momentos están meditados con anterioridad. Se pueden hacer discos de muchísimas maneras.

- Al igual que hay muchas maneras de estar en un grupo sin estar encima del escenari. Tras grabar todo el disco, su teclista Marta Brandariz tuvo que abandonar la formación.

- La historia de Marta ha sido una pena; tiene un problema auditivo que ahora mismo es incompatible con el directo. Vamos a ver si con unos meses de descanso la cosa se recupera un poco y puede volver con nosotros, que nos encantaría. Pero si no pudiera ser así, ella siempre tendrá su hueco en Rufus y si no es en el directo será para grabar discos o de cualquier otra forma. De hecho esta banda está compuesta por muchísima más gente que por los seis que estamos arriba. Al final es como una pequeña familia y se puede estar de muchas maneras, como dices.

- Terminan el año en el norte tocando el jueves en Escenario Santander, el viernes en la sala Acapulco de Gijón y el día 29 en la Fábrica de Tornillos de Miranda de Ebro. ¿Estarían hoy donde están si no llega a ser por las salas de música?

- No, en absoluto. Nuestra carrera se ha forjado en las salas y realmente es ahí donde queremos que siga. Somos muy defensores de la música en salas; es donde está la verdadera magia porque es donde un grupo, si consigue estar a gusto, puede desarrollar su espectáculo y puede transmitir lo que quiere transmitir. Además desde el minuto cero, cuando la banda elige la música que está ambientando el preconcierto; eso ya es un detalle que no vas a encontrar en otra parte. Nos encanta tocar en festivales y en cualquier otro sitio, pero para mi la música de verdad está en las salas. Es ahí donde somos verdaderamente felices.

- Muchas de ellas se han quedado por el camino en el último año y medio.

- Sí. Creo que es un momento en el que el mundo de la música debería ir a muerte con esto. Para mi las salas son el pulmón de todo. No se puede pretender vivir de festivales o eventos externos, que son cosas puntuales y solo pueden abarcar a un número muy reducido de bandas, cuando en este país hay miles y miles de bandas. Debería haber un circuito para que todas esas bandas se puedan desarrollar y podamos seguir todos teniendo música de calidad en este país. Si consideramos a la música como un bien común, que para mi lo es, creo que deberíamos ser conscientes de que es muy importante tener un circuito de salas sólido.

- ¿'Alerta Roja' ha sentado precedente a la hora de entender el sector musical del país como trabajo y no ocio?

- Diría que sí. Es muy importante trabajar para cambiar ese mensaje, y en ese sentido lo están haciendo bien porque se están dando cuenta de que hay trabajadores.

- ¿Una banda se profesionaliza cuando empieza a firmar nóminas?

- A nosotros fue lo que nos pasó. Durante la gira de 'Magnolia y Loto' nos dimos cuenta de que éramos una pequeña empresa, cosa que no habíamos sido hasta ese momento, y teníamos a gente trabajando para nosotros. En ese momento empiezas a plantearte las cosas de otra manera, porque tienes a gente cobrando dinero, y tienes que tocar todo lo que puedas y quizá hacer ciertos conciertos que antes no te apetecía hacer. Y me parece súper bien, porque hay cosas que a lo mejor artísticamente no te cuadran exactamente pero no pasa nada si es para que la plantilla pueda seguir trabajando y se genere este círculo de trabajo.

- Le preguntaba por las salas; ahora por las personas. ¿Estarían aquí sin programas como 'Disco Grande' (Radio 3), de Julio Ruiz?

- No. Le debemos todo a gente como Julio Ruiz, que fue de las primeras personas que nos pinchó en la radio y nos llamó para una entrevista cuando no éramos nadie. Me acuerdo que la última entrevista la hice hace cuatro o cinco meses antes de que él dejara 'Disco Grande', y tuve la sensación de que me trató exactamente igual al principio que ahora, que me conoce perfectamente y valora mucho nuestra música. Él tiene esa manera de ser y de no tratar a la gente por su estatus, cosa que me emociona mucho porque es muy difícil de ver en la música. He aprendido mucho de él, así que le debemos todo a gente como Julio.

- Sobre el disco: la primera norma de 'El Club de la Lucha' es, precisamente, no hablar de 'El Club de la Lucha'. ¿Por qué titular uno de sus temas con una frase de la película de David Fincher, entonces?

- (Risas). Es más anecdótico que otra cosa. Digamos que esa escena, dentro de todo lo que pasa en la película, tenía un pequeño toque romántico y me parecía bonito que de repente una película como esa acabara así. Esta canción, que habla un poco del amor en tiempos del cólera, va un poco por ahí.

- ¿Ha conocido a alguien en un momento extraño de su vida?

- Sí claro. ¿Sabes qué pasa? Que en la música tienes la suerte de conocer a muchísima gente de todos los ámbitos, y precisamente me encanta tocar por eso, porque te relacionas con gente y te enriqueces musicalmente. A nivel social es un mundo muy rico y comunicativo, y eso me gusta un montón.

- La edición en vinilo de 'El Largo Mañana' incluye una carpeta con las pistas trabajadas de cada miembro del grupo e invitan a crear música propia en base a ese trabajo. ¿Les han llegado mezclas, propuestas o ideas por parte de quienes han comprado el disco?

- Todavía no, pero sí hay gente que nos ha dicho que ya está haciendo cosillas. Yo siempre cogía pistas de los Beatles o Marvin Gaye y empezaba a inventarme cosas y tocar sus canciones de otra manera. Si te gusta un poco la producción es un proceso muy divertido y te lo puedes pasar súper bien, porque cuando escuchas las pistas a nivel individual hay cosas realmente chulas. Me encanta que en un momento dado alguien pueda escuchar solo lo que ha grabado Julia, aunque al principio sea un poco shock porque no estás acostumbrado a escuchar algo así, que es lo que vemos nosotros en el estudio. Puede que sea un poco chapa, pero es así.

- También hay algo pedagógico ahí.

- Sí, claro. Hace poco un chico que toca el bajo me dijo que él se pone todas las pistas menos el bajo, y así parece que está tocando con nosotros. Creo que esto ayuda a ver que una canción está compuesta por muchísimas capas y dentro de cada capa hay más capas todavía. Y todas ellas forman las canciones.

- ¿Adónde van los patos cuando se congela el lago?

- (Risas). Este jueves, a Santander; el viernes, a Gijón.

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