«Ahora mismo siento que la vida no me debe nada»

–Varios años de espera para este disco que salió en febrero ¿Qué hay y qué le está aportando este 'Adictos a la euforia'?

–El último álbum siempre requiere de más mimos y cuidados que el resto porque acaba de nacer mientras que los demás ya han crecido, pero básicamente lo que hay en él son muy buenas canciones. De momento, me está aportando muchas alegrías porque la gira está siendo muy exitosa y larga. Quien me iba a decir a mí que la respuesta iba a ser tan buena en el vigésimo álbum que saco, hasta el punto de ser número uno en ventas, no lo esperaba y estamos muy contentos. Además, está grabado con la misma banda con la que venía de gira, eso no suele suceder siempre y cuando pasa es muy disfrutable.

–Después de la pandemia nos hemos vuelto más adictos a la euforia ¿Tiene que ver con la necesidad de vivir más intensamente tras estos años?

–Yo no conozco a nadie que no sea adicto a la euforia, bueno a lo mejor sí, algún triste de la iglesia de la virgen del suicidio colectivo, pero todos los demás somos adictos a estar bien a ser felices y que nos sobren buenas sensaciones. En este caso después de vivir por lo que pasamos dos, casi tres años, puede que se haya demostrado que efectivamente somos adictos a la euforia y a ver que nuestra vida anterior no era tan mala como nos venían contando

–¿Ese es el mensaje del álbum?

–Trata de transmitir que no todo es tan malo como parece a primera vista, pero yo soy poco de dar consejos. En este disco lo que cuento es como lo veo yo, y como lo veo en mí, no como tiene que ser. No se me ocurriría jamás decirle a alguien que es lo que se debe hacer o como tenemos o no que ver la vida, no lo he hecho nunca ni lo voy a hacer ahora.

–Cuando presentó el primer single del álbum en redes sociales, dijo que «suena más rock que nunca». Dicen que los viejos rockeros nunca mueren ¿Usted (y no se enfade) ya se incluye en ese grupo?

–Te perdono lo del viejo pero no lo del rockero, no me gusta estar encasillado. A mi la música me gusta de multitud de puntos de vista; el jazz, la clásica, el rock, el pop, el blues etc. Me niego a que se me ponga una etiqueta. La música es mi vocación y mi pasión, pero no de un solo tipo, eso sería un aburrimiento.

–Con tantos años de carrera, ¿tiene alguna manía antes de subir al escenario?

–Tengo una de toda la vida, pero es maravillosa para el entorno, echarme colonia. Antes de empezar se sabe que voy a salir del camerino porque va oliendo a colonia. Detesto a la gente que huele mal y siempre procuro que allí donde yo esté huela bien, si no lo paso fatal. Es la única excentricidad que tengo, pero es una esencia que a los demás tampoco les viene mal.

–¿Y cambia lo que se siente al estar sobre un escenario después de tantos años?

–Me sigo poniendo nervioso cuando salgo a tocar, porque me importa mucho lo que hago. Por más que creas que sabes, luego cualquier problema que puedas tener sobre el escenario, transcurre de una manera distinta, mucho más lento, hasta parecer eterno y siempre queda los nervios de que algo pueda pasar. Pero digamos que ahora si que lo disfruto más que nunca, me lo paso muy bien actuando primero porque estoy enamorado de la banda que tengo y segundo porque creo que nunca ha sonado así de bien, a ver si no cambia.

–Este miércoles vuelve a actuar en Santander ¿Recuerda un artista todas las veces que ha estado en una misma ciudad?

–Yo tengo muy buena memoria. Y sí, puedo decir que recuerdo la primera vez que estuve en Santander, había muy poquita gente porque era un grupo pequeñín. La siguiente fue creo que en la plaza de toros. Me impresionó mucho y lo recuerdo con cariño porque fue la primera gira en la que venía de tocar en sitios muy pequeñitos a de repente el éxito del disco 'Básico 1' que me puso en otra serie de locales. En Cantabria he estado también grabando en vivo una canción que se llama 'No hay mañana 'del disco 'Argán', y eso fue especial. He estado en muchos pueblecitos cerca, recuerdo uno al lado de una playa precioso.

–Actuar es una de las partes de su carrera pero también hay que tener en cuenta escribir y componer ¿Qué disfruta más?

–Hace años te habría dicho que cuando estaba escribiendo lo que quería era tocar y cuando tocaba lo que quería era escribir. Pero hoy en día, me lo paso bien con las tres, no podría elegir. A lo mejor cuando las giras son muy largas, podría pasar un tiempo sin estar tocando y no me parecería mal. Pero últimamente, llevo varios años en los que no paro y no tengo necesidad de parar, porque me lo estoy pasando muy bien.

–Después de tantos años en la industria ¿Cómo ha cambiado la tecnología estos procesos?

–«Con estos mimbres no se puede hacer más que este cesto». Aquí pasa un poco lo mismo, si las reglas cambian, lo único que no sirve de nada es quejarse, son las reglas que hay y punto. Y tienen sus cosas buenas y malas, como en todo. No me ha costado mucho trabajo adaptarme, el resultado lo ves antes que hace años, es más fácil disponer en tu casa de un equipo para grabar con cierta calidad, y eso es la bomba, cualquiera puede hacerlo. Tampoco es que por ello me guste más ni menos, ha cambiado todo, por ejemplo antes también era más fácil sonar en la radio y ahora es casi imposible. También es diferente la manera en que se llega a la gente, con todas las redes sociales, pero tengo un equipo de gente maravillosa detrás que son quienes se encargan de eso.

–Hablando de nuevos tiempos. En canciones como 'Odio' o 'El Dorado' había un aire reivindicativo. De denuncia. Con la que está cayendo, ¿hay algo de esto en adictos a la euforia?

–Ahora mismo tengo la sensación de que la vida no me debe nada, así que no he querido meterme mucho en estos temas en el nuevo disco y esto ha sido meditado. Además como me gusta tan poco lo que está pasando en muchos aspectos, he preferido quedarme al margen porque si no me habría puesto a gritar como un descosido y no merecía la pena. Ya fui más reivindicativo en otros discos como 'Babilonia', 'Argán' etc. Aquí no quería hacerlo, ahora estoy enamoradísimo y lo último que me apetecía era encabronarme con lo político, así que decidí quedarme fuera.

–En este disco como dice, habla de «la vida no me debe nada», de fantasmas que dejan de asustar...

–Es horroroso despertarte pensando que la vida te debe cosas como ¿Por qué no va más gente en los conciertos? ¿Por qué no vendes más discos? y miles de cosas distintas. Quitarse el pensamiento de que deberíamos estar en un lugar en el que no estamos, es lo que deseo a todas las personas, porque es una maravilla, lo mejor que te puede suceder. Pensar y saber que todo va como debe, a día de hoy estoy con la mujer que quiero estar, con mi perro, en un pueblecito en la sierra de Guadarrama, tranquilo, con salud y feliz, y me dedico a algo que me fascina. La vida no para de regalarme cosas, no necesito más.

–He leído que hay una canción de este nuevo disco que siempre le emociona.

–Este disco tiene una peculiaridad y es que refleja como ningún otro ese tipo de música tan concreto que me encanta de inicio de los años 70. En concreto, 'El Anillo de boda', musicalmente es muy parecido a lo que yo escuchaba con 20 años. Es una canción de la que estoy orgullosísimo, que tiene compromiso social en la letra, y siento que me representa en su conjunto. Es de las que mejor refleja el cómo y el porqué me dedico a esto

–¿Por qué se dedica a esto?

–Porque da sentido a mi vida, cuando tienes la suerte de poderte dedicar a tu vocación más profunda, ya no hay nada mucho más arriba. Si quieres ser escritor, lo verdaderamente importante no es cuánta gente te va a leer etc.

–Usted tiene la suerte de dedicarse a su pasión durante muchos años pero hay ¿alguna de las canciones clásicas, que ya esta cansado de cantar?

–Hay un montón de canciones que no puedo dejar descansar porque al final forman parte de lo que soy y es como ir a ver a U2 y que no toquen 'With or without you'. En mi caso, puede haber muchísima gente que quiere escuchar canciones como 'El roce de tu piel', etc. Estas canciones forman ya parte de mi historia y la de ellos, porque lo han elegido así, y me siento honrado por ello.

–Después de 'Adictos a la euforia', ¿qué?

–No te lo puedo contar todavía. Pero el año que viene ya lo tengo más que preparado.