The Doors, Pink Floyd, Wilco… En la música, como en prácticamente cualquier industria, ya está todo inventado. O casi todo. Partiendo de esa base Nacho Sarria (Málaga, 1995), más conocido como Sarria, mira a las bandas y décadas que le preceden, como la de los ... setenta y los noventa, y las exprime para traer al presente la dosis justa en lo que a sonido y estética se refiere. Todo, sin excesos, porque «hay cosas que por muy bonitas que sean o por muy bien que las hagas, si se te van de las manos pueden transformarse en algo contrario; pueden sacar lo peor de nosotros mismos». Llamado a ser una de las grandes promesas del pop rock español, Sarria regresa tres años después de su debut en 2021 con nuevo disco, 'El Mundo es Cruel (pero creo en él)', un álbum editado por Esmerarte Industrias Creativas con el que artista y sello ya preparan una gira nacional por salas de cara al otoño.
-«Nunca subestimes el poder de una flor», escribe en este segundo disco. ¿Qué ha cambiado desde que en 2017 sustituye como guitarrista a Álvaro Suite en Los Labios, hasta ahora?
-Muchas cosas. Yo entré a Los Labios con veinte años recién cumplidos y esos cinco años que estuve con ellos me curtieron un montón a nivel musical y personal. Con esa canción 'Flor', quería hablar sobre cómo hay cosas que por muy bonitas que sean o por muy bien que las hagas, si se te van de las manos pueden transformarse en algo contrario; pueden sacar lo peor de nosotros mismos. Y elegí esa flor simbólica porque me parecía una representación bonita del efecto que tienen el amor o algunas sustancias en cada uno de nosotros. Cada uno tiene su vía de escape.
-Parece verse reflejado en esa flor. ¿Se ha sentido subestimado en algún momento de su trayectoria?
-Creo que sí tengo algo de esa flor. En todos los grupos he sido siempre el niño, el más pequeño, y de hecho hasta lo soy ahora en mi propia banda. Eso me ha hecho aprender mucho pero también me ha hecho tener que demostrar más mi valía y tener que esforzarme un poco más para demostrarle a los que me sacaban diez o veinte años que el niño también sabía tocar.
-¿Los estímulos nos hacen vulnerables?
-Por supuesto, absolutamente.
-¿Y más prolíficos? Publica nuevo trabajo casi tres años después de su debut como Sarria.
-Bueno, quizá. La verdad que la composición de este disco ha sido costosa para mí. Digamos que no me he quedado tranquilo con las canciones que tenía hasta que ha pasado un tiempo largo. He intentado hacer un trabajo de composición lo más extenso posible para tener el disco más redondo posible también, así que ha sido un proceso lento. Después del primer disco -'Sarria' (2021), disco homónimo- acabé agotado porque fue un proyecto que saqué adelante solo y fue una primera etapa del grupo que me la cargué entera a la espalda; fue un agotamiento económico, físico y mental. Ahora por suerte tengo el apoyo de un sello.
-¿Necesitaba tiempo para encontrar de qué iba a hablar en su segundo trabajo?
-Sí. Para mí era importante que este segundo trabajo corroborara lo que conté en el primero, pero que al mismo tiempo la gente que se enamoró del sonido de ese primer disco pudiera ver con este segundo que este proyecto sigue ampliando su sonido, sigue buscando, y de alguna manera sigue encontrándose. No quería que fuera una segunda parte del primer disco sino algo totalmente distinto que abriera un camino nuevo. Me ha costado un poco desprenderme de los dejes que tenía y encontrar mi manera de hacer canciones tres años después, pero aquí estamos.
-'El Mundo es Cruel (pero creo en él)' es el título con el que lo bautiza. Por momentos esa creencia puede hacerse muy cuesta arriba. ¿Qué motiva ese paréntesis?
-Bueno, yo soy una persona que tiene un niño interior muy vivo. Creo que los que tomamos este camino de la música tenemos algo de eso, porque sino no sería viable ni sostenible tener esa ilusión y esa esperanza. Yo intento estar ilusionado y esperanzado respecto al mundo, pero soy consciente de que no pasa por su mejor momento; nunca pasa por su mejor momento. Es verdad que estamos viviendo una época un poco convulsa y se hace cuesta arriba, como dices, pero es importante que lo bueno que tenemos dentro cada uno de nosotros tenga más peso y salga en momentos como estos. La naturaleza es cruel pero no tiene maldad, somos nosotros los que hacemos las cosas con maldad, así que aunque cueste, quería que éste fuera un disco realista que hablase de lo cotidiano pero con un punto de esperanza.
-Quizá indagar en el sonido reggae con el primer single, 'Mi amor no se vende (se regala)', haya sido una forma de encontrar algo de sosiego.
-Yo es que me aburro mucho de mí mismo e intento que al hacer canciones la segunda no sea similar a la primera. Me lo pide el cuerpo; es un reto a la hora de escribir. Me pasó con el bolero -'Rosas Negras'- y me pasó con este tema también, 'Mi amor no se vende (se regala)'. Intento probar texturas nuevas y ver si consigo hacer un tema que suene a mí, pero con una paleta de colores con la que no estoy acostumbrado a hacerlo. Ese ha sido un poco el mantra de la composición de este disco: hacerlo lo más colorido posible con la paleta de colores más amplia que he conseguido. Quería salirme un poco del concepto oscurantista que tenía el primero, más setentero, y mostrar todas mis caras, aunque me ha costado. Son temas que han tardado mucho en cocinarse y en los que me he tenido que emplear más a fondo de lo normal para llegar a creérmelos y que sonaran como yo pensaba que tenían que sonar, pero creo que he sido valiente y me he atrevido con sonidos que antes no me habría atrevido.
-Dice del bolero que había que incluirlo «sí o sí», sin margen de discusión. ¿Por qué?
-Es el tema que más se separa del tipo de canción que he hecho hasta ahora. Tardé casi dos años en terminarla desde la primera idea que surgió, y quizá ésta y la anterior que hemos mencionado antes son a las que más tiempo les he dedicado y que más versiones han tenido. Les he dado muchas vueltas a las maquetas.
Sonidos
«He hecho un disco colorido; quería salirme del concepto oscurantista del primero»
-La noche previa al lanzamiento oficial del álbum estuvo en Marilians Records (Madrid) firmando y tocando algunos temas. ¿Una forma de recompensar a ese público que aún se desplaza y aprecia los pequeños formatos?
-Sí, es una recompensa para ellos pero también para mí. Después de tanto trabajo que hemos echado en este disco me parecía una idea muy guay la de poder encontrarme con los más fieles allí en la tienda y que pudieran venir a recoger su disco, firmárselo, y poder echar una charla con ellos. Es una cosa que me gusta mucho y además creo que la gente que me sigue es bastante fiel y buena conmigo. Siempre es un gusto poder encontrarme con ellos y celebrar el poder estar sacando este disco justo esa misma madrugada. Así que ya te digo, recompensa para ellos y recompensa para mí. Tengo ganas de poder quitarme peso de encima y empezar a disfrutar del disco tocándolo y moviéndolo este año.
-¿Hacer formatos como los showcases es algo que le ha venido a raíz de contar con el apoyo de un sello?
-(Duda) Sí y no. Con el primer disco también hicimos una firma pero fue un desastre, porque la gente que vino ya había comprado el disco y no se vendió un solo ejemplar en la firma, pero vino mucha gente a escuchar las canciones. Entonces esta vez ya lo hemos organizado de otra manera para que los primeros que ya han comprado el disco sean los primeros que lo recojan allí en la tienda un día antes de que salga oficialmente. Así que estamos repitiendo, pero mejorando la logística.
-Todo forma parte de la profesionalización.
-(Risas). No queda otra.
-¿Seguirían escribiéndose canciones si el mundo dejara de ser cruel?
-Yo creo que sí. Creo que el sufrimiento no es necesariamente materia prima de canciones. Es verdad que en los momentos complicados es cuando a mí personalmente me apetece más escribir o tengo más la pulsión de ponerme a escribir, pero quiero creer que no dependemos de que las cosas estén mal para hacer canciones. Hay muchos motivos para escribir, tanto buenos como malos, así que espero que cada vez nos basemos menos en lo malo y vengan cosas mejores para hacer nueva música.
«Desde Málaga con amor», cuatro palabras válidas para bienvenidas y despedidas. ¿Le veremos pronto por el norte?
-Pues espero que sí. Ahora estamos rescatando algunas cosas para verano y sobre todo cerrando una gira de salas para otoño, y la intención es que para entonces estemos por allí. Tenemos un par de festivales en Galicia -el Portamérica el 5 de julio y el Río Verbena el 23 y 24 de agosto, ambos en Pontevedra-, pero el resto de zonas las haremos en otoño si Dios quiere. Estamos en ello. Ojalá salga.
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