Xoel López: «Las canciones sirven para convertir tus cataratas emocionales en algo más concreto»
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El músico y compositor gallego presentará este sábado en la capital del Besaya su último trabajo, 'Si mi rayo te alcanzara' (2020) en uno de los últimos conciertos del ciclo 'Torrelavega en Vivo'
En el libro 'Conversaciones con Xoel López' (Efe Eme; 2020) el periodista Manolo Tarancón escribe sobre el compositor coruñés ser alguien que abraza todas las músicas sin complejos; que las quiere, las absorbe, les presta atención y, sobre todo, las respeta. Las palabras, si van acompañadas de sonidos, ganan, y quizá por eso Xoel López lleva veinte años subiéndose al escenario para interpretar pop, bolero, cumbia y todos los estilos que se pongan por delante. Todo ello sin prejuicios y con la voluntad de quien sabe que siempre quedan cosas por hacer «en esto de la música».
Esas ansias por crear se han materializado en 'Si mi rayo te alcanzara', su trabajo más reciente, lanzado en noviembre del año pasado. Sus canciones sonarán este sábado en Torrelavega. Horas antes, charlamos con él.
Ha presentado programas de radio, producido discos de otros músicos, protagonizado un documental de National Geographic sobre el Camino de Santiago y publicado dos libros ('El Asaltante de estaciones' y 'Bailarás cometas bajo el mar').
Además, claro, está su carrera musical. ¿Le queda algo por hacer? Sí, yo creo que siempre quedan cosas por hacer, y además en ese sentido la música es infinita como para que siempre haya algo que te resulte novedoso o atractivo. Cuando voy a encarar un disco nuevo trato de cambiar parte de la instrumentación y del equipo, incluso la manera de componer o producir. Al final suele haber una parte que está en tu mano, que es la de seguir manteniendo viva la llama. Me alegro de haber hecho todas esas cosas, pero me queda mucho por hacer.
- Un par de meses antes del lanzamiento de su último álbum, 'Si mi rayo te alcanzara' (2020), tocó con la Orquesta Sinfónica de Galicia en el Coliseum de A Coruña.
- ¿Ves? Algo que no había hecho, ¡por suerte la vida es muy variada! Una oportunidad para hacer convivir lo clásico de la música orquestada con lo actual de las retransmisiones en directo.
- ¿Un regalo?
- Totalmente, y además vino en un momento especialmente importante, en un año lleno de infortunios. Esto, junto a 'Lodo' protagonizando la campaña del Xacobeo y poner música a la serie 'El Desorden que dejas' fueron golpes de suerte que equilibraron la balanza de un año pandémico. Siempre he sido muy fan de la música con orquesta, propia de la década de los sesenta; toda mi base musical viene de esa época. Con el tiempo la fui olvidando y ahora probablemente no es de lo que más escucho, pero siempre me gustó eso de meter orquestación en las canciones y el hacerlo con las mías propias fue como sentir que mi música era como la de los discos que me gustaban. Nunca había tenido esa oportunidad, así que vestir a mis canciones con cuarenta músicos detrás fue como ir en avión.
- Las canciones pueden envolverse en lo clásico y también en lo tropical, como puede escucharse en este disco. ¿Cuántos sonidos caben en un rayo?
- Todos, porque nunca he tenido prejuicios y si los he tenido he intentado rehuírlos. En mi música tiene cabida todo lo que se me ocurra a mi y a mi equipo de trabajo, y es algo que creo que se puede apreciar en los discos. Cabe lo sinfónico que hablábamos antes, lo tropical, lo caribeño, incluso los ritmos afroamericanos, si quieres. Y en realidad todos son compatibles, de hecho en el día de la orquesta los juntamos. Creo que todo se puede combinar si lo haces con tu criterio y con tu gusto, y siempre me he atrevido con las mezclas. Estoy en un punto que rayas y cuadros, combinan; negro y azul, combina también.
- Creo que socioculturalmente hablando estamos en un momento especialmente ecléctico. ¿Tenemos una mirada más amplia?
- Sí, y también mucha más información.
- Algo que también puede saturarnos.
- También, también. A veces es como «beber de una catarata», que decía Jorge Drexler en una canción. Decía: «data, data, data, ¿cómo se bebe de una catarata?» y a mi me marcó esa letra porque define muy bien lo que es el exceso. A mi no me des una catarata, dame un vaso de agua. Las canciones sirven para canalizar emociones, sentimientos y convertir tus cataratas emocionales en algo más concreto. Creo que me dedico a eso, así que hasta cierto punto me viene bien que haya información.
- Ese rayo impactará en Torrelavega el 11 de septiembre. ¿A quién veremos sobre el escenario?
- Vamos con la banda, o sea que seremos cinco músicos en el escenario, —por cierto, una paisana vuestra, Teyou, que es una de las voces femeninas—; estarán Ede, Adrián Seijas…Presentaremos el disco y también tocaremos canciones de otras épocas. De hecho ahora mismo estamos cambiando un poco el repertorio porque llevamos un año con el mismo, así que será un concierto variado y tirando a lo enérgico a pesar de que la gente esté sentada. Y sobre Cantabria, tengo que decir que siempre me quejé de que voy poco y de que me gustaría ir más, pero es cierto que voy desde que empecé con diecisiete años a girar por toda España. Es norte y por tanto es casa también.
- Alice Wonder, Ede, Teyou y Adrián Seijas llevan las canciones a otros tonos,¿participan también en la composición de los temas?
- En la composición no, pero en este disco sí que han podido aportar su grano de arena. La composición siempre la he hecho yo desde que era un chaval en casa, con mis demos, haciendo maquetas, etc. Sin embargo en este disco sí que he contado con un compositor adicional que fue David Quinzán, que es algo que no había hecho hasta ahora. Se me ocurrió hacer esto con David y me ayudó a terminar de ver las canciones de otra manera. Fue una experiencia muy bonita.
- ¿Dejar sus canciones en manos de otra persona es un ejercicio de confianza?
- Sí, pero muy circunstancial porque yo encontré ese lugar de confianza ahora. Date cuenta que vine de vivir en América y estuve casi cinco años fuera. Hasta que volví a Madrid, tuve una banda estable (que es la que tengo ahora) y pude confiar en ese grupo de trabajo, pasó tiempo. Las cosas llegan cuando llegan y cuando estaba por ahí perdido de trovador hubiera sido imposible delegar en gente que no podría confiar, porque no la conocía. Ahora me pasa todo lo contrario.
- «A lo lejos, en algún rincón del mundo, se cierra una puerta», así empieza 'Si mi rayote alcanzara'. ¿Vivimos días de metamorfósis?
- Sí, pero si seguimos leyendo dice «poco a poco la memoria resuelve el dilema y se abre una ventana». Creo que vivimos en un mundo de cambio —en mi caso siempre fue casi una forma de vida—; creo que a los músicos, por una cuestión gremial, nos toca estar reinventándonos constantemente y no tenemos una vida demasiado estable. Yo he tenido que tirar de mi experiencia personal y laboral para sortear un poco este año y medio, que ha sido como vivir en arenas movedizas porque no sabías cuándo te ibas a hundir y cuándo te ibas a mantener.
- Los procesos de cambio parten, muchas veces, de momentos en los que se apaga laluz. ¿'Joana' es un ejemplo?
- Sí, Joana es un ejemplo de cierta oscuridad y de un cambio hacia la luz; es una canción de un rollo. Es una forma de decir: «vale, lo paso, lo reconozco, lo miro a los ojos, lo defino, lo escribo, lo canto y finalmente lo hago desaparecer». En la vida las cosas suceden, y por mucho que mires a otro lado no van a dejar de suceder, así que yo ya he decidido hace mucho tiempo mirar hacia dentro y hacia afuera y tratar de tener una mirada profunda y realista. Y con eso jugamos.
- ¿No es complicado enterrar algo cuando pasa a formar parte del imaginario de tanta gente?
- Bueno, pero lo transformas en otra cosa, lo canalizas. Es bonito cantar a las cosas de tu propia vida. De hecho Joana no existe, no hay una Joana, es quien sea. Al final cuando lo cantas lo trasciendes.
- 'Deluxe' nació en su etapa como estudiante de Turismo y acabó en eso que llamamos 'éxito'. La carrera, ¿llegó a acabarla?
- No (risas). Venía de estudiar otras cosas y Turismo fue lo último que intenté. Siempre fui mal estudiante, la música me podía y no me permitía concentrarme. Además con mi situación como 'chico de provincia' de los noventa no pensaba que pudiera dedicarme a la música con la música que hacía, y por las circunstancias que yo tenía me parecía casi un imposible. Entonces seguía pensando eso de: «algo tendré que hacer». Cuando empecé a ver la posibilidad y con veinticuatro años ya me emancipé, me fui a Madrid, fui a trabajar en una discográfica a media jornada por las mañanas y luego de ahí me dediqué a la música para siempre. A mis cuarenta y cuatro llevo veinte años viviendo exclusivamente de la música, cosa que yo nunca pude imaginar.
- Laboratorio Ñ, en Argentina. ¿Qué recuerdo guarda de aquella reunión de amigos?
- Muy bueno. Para mí fue muy enriquecedor y creo que, de alguna manera, fue la previa de mis viajes posteriores por el mundo. Yo conocí Buenos Aires en ese viaje, en 2005, y creo que la idea de trabajar y convivir con músicos que vivían un poco como yo me abrió muchas puertas, sobre todo a nivel personal y artístico. Aprendí mucho de ellos —yo era un poco más joven que todos ellos—, entonces me sirvió mucho. De hecho, la parte de mi carrera de la que estoy más orgulloso fue a partir de ahí. En ese momento comencé a entender la canción de otra manera.
- 'Tigre de Bengala' y 'Bajo la piel', tema que interpreta junto a Alice Wonder, son polos emocionalmente opuestos. ¿Ha logrado cantarle a todo el abanico emocional?
- Yo creo que siempre se me quedan cosas en el tintero. De hecho, cuando sacas un disco eliges diez o doce canciones, pero eso es solo una parte. Nunca queda reflejado realmente todo lo que querrías decir, y es una sensación extraña porque tú tienes que defender eso cuando sabes que pasaron muchas cosas más. Imagino que eso es algo que pasa siempre en la vida y una de las claves de la creación es la toma de decisiones.
- Musicaliza el spot publicitario del año Xacobeo. ¿No le asalta el miedo de que 'Lodo' se convierta en una canción manida?
- Pues en mi caso, que mi carrera siempre ha sido muy de 'pico y pala', cuando me ofrecen algo así —que es muy pocas veces o casi nunca—, creo que son apoyos que no me vienen nada mal. Yo me gano al público de persona a persona y a veces un pequeño impulso para que tus canciones lleguen a más gente creo que es muy positivo. Además esa gente puede conocerte más y entrar en tu mundo a raíz de una canción, y eso es una maravilla. Así que te diría que casi es al revés, lo celebro.
- Si cierra los ojos y suena 'Tierra', ¿a qué lado del Atlántico se visualiza?
- A este. Para mi 'Tierra' es la playa de mi ciudad; son las vistas desde mi colegio, que daban a la playa del Orzán. Como persona de costa para mi el mar lo es todo, así que esa imagen es 'Tierra'.
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