Zahara: «Intentamos mostrar impoluta una vida que está llena de mierda»
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Tras la revolución de su catártico disco, 'Puta', la cantante abre mañana el ciclo Luz de Música en el faro de Cabo MayorSecciones
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Tras la revolución de su catártico disco, 'Puta', la cantante abre mañana el ciclo Luz de Música en el faro de Cabo MayorEste año no ha habido para Zahara vacaciones de esas de desconectar profundamente. «Pero no pasa nada -dice- porque ha sido un año intenso y después de lo que hemos pasado, cuando vienen los conciertos hay que aprovecharlos, sobre todo en este periodo que ha ... sido de una belleza y una intensidad brutal». Su show de Santander, en el ciclo Luz de Música (Cabo Mayor, 21.00 horas), servirá para ver por primera vez en España un concierto con varias fases, que tan solo ha interpretado hasta ahora en su gira por México.
-Con la intensidad que derrocha sobre el escenario en cada concierto, ¿qué queda de Zahara al terminar el show?
-Voy a contratar un servicio de carretilleros para que me lleven al hotel. Hemos pasado de tocarlo y vivirlo desde la emoción sosegada, todo más medido, a esta hora y media sin parar. Paso sin moverme unos cinco minutos en todo el show y las letras siguen teniendo la misma carga emocional que tenían entonces. Estoy en un momento de celebración por haber vivido esas historias, por estar viva y poder estar contándolo, de querer expresar todo lo que he aprendido al haberme liberado de la carga de mi propia censura. La celebración es real; estoy pegando botes desde cinco minutos antes de salir al escenario. Además, llevo unas botas que pesan dos kilos cada una y una chupa de cuero que compré en Guadalajara, en México y también pesa lo suyo. Pero acabo con una euforia inabarcable.
-¿Al preparar el lanzamiento de este disco, imaginaba que unos meses después describiría la sensación como euforia?
-Con este disco no he podido anticipar nada de nada. Lo más que podía intuir era la sensación de libertad que iba a tener y el peso tan grande que me iba a quitar de encima, porque veía que era algo que sucedía simplemente con hablar de ello con mi psicóloga. Al hacerlo público sentía que iba a ser una explosión de esa libertad. Después, sobre todo el año pasado, había bolos en los que terminaba llorando a lágrima viva, otros en los que no quería salir, porque estaba conmocionada con todo, no sabía bien qué hacer. Luego es verdad que en el escenario siempre me venía arriba, pero era tan complejo todo que no imaginaba un momento de salir al escenario y decir: es que lo que siento es felicidad. Estoy muy contenta en este momento de mi vida.
-Tanta felicidad que, no solo 'Puta', sino que también va a publicar 'Reputa'
-Claro (ríe). 'Puta' era un título que incluía una provocación buscada. Un pensarse las cosas. Una concienciación sobre lo que afectan los insultos, que me servía como tapón que quitaba para abrir la caja de los traumas de María Zahara Gordillo Campos. Ahí, en ese disco, no había lugar para nada más que mi propio relato, mi propia voz y contarlo todo como lo sentía en ese momento. El lugar en el que estoy ahora es muy diferente. Una cosa que he visto es que mi historia no es solo mía, sino de muchas otras personas. Es mucho más coral de lo que imaginaba y lo autobiográfico se convierte en universal. Eso me permitió ver que podía evolucionar hacia un disco también coral. Que se llame 'Reputa', además de porque contiene remixes, reversiones y recosas, es porque quería darle ese humor que no tenía cabida en 'Puta' y aquí lo tiene por el simple concepto del disco. Tiene esa amabilidad, esa ironía que no iba a haber en lo anterior.
-Si lo trasladamos a la vida real, meter más voces, más perfiles para contar esas historias que son íntimas, ¿es como tener una red de seguridad que haría las cosas más fáciles?
-Tal cual. Es que yo creo que es lo que nos falta. El principal motivo por el que estos problemas se me enquistan, es porque no soy capaz de contárselo a nadie porque no me siento con la seguridad de que me crean ni de que me entiendan, ni de que no me culpen. Cae sobre mí la presión de tener que lidiar con ello sola, porque nadie va a querer entenderlo. Y qué bonito es este disco, lleno de hombres y mujeres que lo comprenden, que lo han hecho suyo y ojalá tener más de eso. Ahora que tengo un hijo de cinco años pienso en ello todo el rato. ¿De qué manera ayudarle y enseñarle a expresar las cosas, que no tenga miedo? Creo que ahí es donde fracasamos como seres humanos todo el tiempo.
-Rosenvinge, que también estará en este ciclo, afirma que las nuevas generaciones ya no se plantean la disyuntiva de tener una carrera en la música o criar hijos. ¿Comparte esa visión?
-Con las nuevas generaciones veo que la realidad que tú les plantees es la realidad que pueden tener. Es decir; yo no tengo que contarle a mi hijo que las mujeres lo tienen muy difícil porque tienen que conciliar, sino que las mujeres son igual de válidas que los hombres y pueden hacer exactamente lo mismo. Igual que yo lo hago con mi hijo, creo que se ha ido haciendo en las generaciones más recientes. Sus padres, la literatura, las series, las redes sociales muestran cómo va cambiando el mundo y les da una seguridad en ciertas cosas que en nuestra generación eran conquistas que teníamos que hacer. Yo entro a Instagram y veo mujeres tocando el bajo, la batería, no solo cantando, presentando libros…Siguen copando los hombres la mayoría de los escenarios, artísticos y de la vida, pero ahora hay mujeres donde antes no había. Esta nueva situación les inspira y además tienen menos presión que nosotros para tener hijos, con la búsqueda de la realización personal a través de la maternidad. Es algo que yo he vivido, no en mi casa, pero sí esa presión existía en la sociedad. Espero que eso siga cambiando.
-Viene a Santander con Martí Perarnau, su media langosta musical. ¿Cómo va el proyecto Juno?
-Más bonita…Es preciosa. Es que es un proyecto tan emocionante… Justo acabamos de terminar no solo de componerlo y grabarlo, sino de mezclarlo nosotros. Hemos dado un paso más en este proyecto y nos hemos atrevido a hacer algo para lo que siempre hemos contado con profesionales externos y que esta vez, obviamente con asesoramiento, hemos hecho nosotros. Lo hemos entregado hace nada y está haciéndose ahora mismo el corte del vinilo y nos tiene que llegar para empezar a fabricarse y que salga a principios del año que viene. Siento que es precioso lo que hemos hecho, porque es un lugar tan divertido, sobre todo después de haber hecho 'Puta' que también lo hemos hecho los dos juntos, pero todo eran mis canciones. Aquí hemos trabajado codo con codo, creando las canciones juntos, sentados en el piano, proponiendo ideas sin tener vergüenza de lo que se nos ocurría. Nos hemos quitado complejos, si es que nos quedaba alguno, y el resultado es un disco tan diferente de mi carrera en solitario y de la de Martí, que nos ha llevado a un nuevo sitio. Hemos aprendido tanto que estoy deseando que lo escucheis.
-Pero a Santander vienen juntos y por separado pero sin Juno
-Lo del 2 de septiembre no es Juno. Sé que genero confusiones, porque cuando encuentras a una persona con la que haces música de una manera tan fácil, tan estimulante y donde supone un reto artístico continuo, con el que te desarrollas y te expandes musicalmente, ¡yo lo quiero hacer todo con él! Este será un formato único, que no he hecho en España, porque solo lo he hecho en México y me hace mucha ilusión porque aquí recuperamos la rave y no pudimos desarrollarlo más. Santander tendrá oportunidad de verlo; parto de un acustiquísimo, que es el mío a guitarra y voz, donde Martí entra de una manera pop y sutil e iremos haciendo una transición tranquila, en la que las canciones irán creciendo hasta que llegamos una versión de la rave solo entre los dos, con muchísima electrónica y mucho baile al final del concierto. Es como una montaña rusa total.
-Además de Perarnau, ha consolidado a su alrededor un equipo que parece aportarle gran seguridad para que pueda desarrollar esa parte creativa
-Totalmente cierto. Es algo que creo fundamental para cualquier persona que trabaja con sus emociones. Un pintor, un escritor, un músico…En mi caso, que hasta ahora había sido un proceso tan solitario de componer, crear yo sola, decidir qué hacer, montar mi sello… He ido abriéndome a mis amigos, a las personas en las que confío, para que formen parte también de esto y estoy rodeada de personas bellísimas que aman trabajar conmigo, que aman la música y están entusiasmadas con lo que creamos. Guillermo Guerrero, que era el realizador de mis videoclips y lo sigue siendo, ahora trabaja en mi sello. Juntos desarrollamos mi carrera, planificamos los discos, tenemos reuniones kilométricas, pero después nos vamos a comer, viene a mi casa, juega con mi hijo, nos vamos de vacaciones juntos… Siento que estoy, como dices, muy bien arropada, cuidada y es fundamental, porque trabajo con lo más sensible que tengo, que es mi propia vida. Si no tienes un colchoncito de amor que te cuide, es más difícil.
-Decía esta semana que le da miedo estrenar cuadernos por no estropearlos. ¿Cuánto tiempo tardó en estrenar esta nueva actitud por el miedo a estropear otras cosas?
-¡Qué bonita metáfora! Me rompe el corazón pero es preciosa. Qué gilipollas somos en la vida intentando tenerlo todo impoluto, cuando está llena de mierda. ¿A quién queremos engañar todo el rato, fingiendo que podemos mantener el cuaderno así, cuando la única forma de hacerlo es no escribiendo nada, o sea, estando muertas? En mi defensa diré que este cuaderno al final lo abrí y por supuesto he empezado a escribir ideas de relatos, mezclados con notas de reuniones, con el repertorio del concierto de Santander, así que ya está el caos. Ya es Zahara cien por cien, pero al menos he conseguido romper la barrera de la búsqueda de la perfección. Mientras lo empezaba a escribir pensaba: un psicólogo me diría algo de esto.
-Pero como ya hace su propia terapia sobre el escenario…
-Sigo necesitándola, ¿eh? El concierto produce una serie de cosas que son fundamentales, únicas y que ayudan mucho en el exorcismo y la autoterapia, pero la ayuda ajena siempre es necesaria. Ahora que llevo un tiempo sin hablar a la mía ya pienso: ¿la llamo ya? ¿Será un buen momento?
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