«Somos sonido torrezno; crujientes por fuera y melosos por dentro»

Así, a lo largo de tres décadas la banda ha evolucionado en miembros y en sonido, aunque siempre fiel a su propio estilo. A Röver, un apasionado del rock americano y la música de raíz que ha tocado más palos, le gusta hablar de «grasa saludable» para definir su estilo. «Son píldoras para que la gente se enganche. Somos un grupo que da grasa en el escenario, pero en estos tiempos tan verduriles que corren damos grasa saludable», explica.

Convertida de nuevo en trío, como lo fue durante parte de su trayectoria, Röver lidera una banda que no ha perdido nada de potencia arropado por Javi Arias al bajo y Sergio Rodríguez, un viejo miembro de los noventa que regresó hace dos años a la formación, a la batería.

«En el formato power trío se canaliza mucho más la energía, y es casi más fácil sonar más potente como trío que como cuarteto. Además, fuimos un trío durante más de una década en el siglo pasado, así que ha sido recuperar algo ya conocido que sabíamos lo que era», explica el líder de la banda. Con Sergio nunca se perdió de vista: «Ha sido reencontrarse con un miembro de la familia».

Regresan con un trabajo de estudio, otro más, muy eléctrico. «Es el tercero de esta formación y si no me equivoco –no lo hace– el decimoquinto de Los Deltonos. Pero lo importante es los diez o así que quedan, que van a ser la bomba».

Pese a que ya había antecedentes, la banda nació con motivo del Marejada, del que también salió Melopea y que pese a celebrarse en 1986 se publicó como 'Marejada 87': «Había muchos grupos; una escena musical en ebullición y casi una cierta competición entre Torrelavega y Santander para ver de dónde salían más. Se tocaba en sitios grandes y pequeños.Eso es lo que más ha cambiado en los últimos años. Entonces, empezar el fin de semana con un concierto en un bar era lo normal, mientras que ahora el consumo de música tiene que ser mucho más planeado, no forma tanto parte de la vida cotidiana. El circuito era mucho más amplio y los grupos más luminosos. Ahora es todo un poco más underground».

En determinado momento decidió alternar su trabajo con la banda con discos en solitario alumbrando una ingente producción que no tiene intención de detener. «Mi vena cantautoril no la descubrí hasta 2008», explica, pero ya no la ha abandonado. El proceso es el mismo, independientemente de su destino: «Normalmente las canciones toman sus propias decisiones. Algunas se han ido a discos equivocados, pero hay que dejarlas. Son jóvenes y a veces no saben muy bien lo que eligen».

De hecho, alguna pensada para Deltonos ha terminado en el repertorio de Röver y a la inversa, aunque las letras son muy reconocibles. «Tengo un muy personal sentido de la ironía que se acaba colando en las letras, y sí es verdad que la gente se queja muy poco porque se coge siempre desde el punto de vista de lo políticamente incorrecto, así que al final se calla la boca», reflexiona sobre la figura del rock contestatario. No piensa cambiar: «El día que me autocensure me replantearé ciertas cosas», apostilla.

En cuanto al proceso, ha «aprendido a optimizar recursos»: «Sé que cualquier cosa es mejor apuntarla, porque puede venir bien para otro momento, y desarrollas cierta mecánica. Los rifs y las canciones salen rápido y las letras llevan más curro. Yo siempre pongo el ejemplo del Tetris: el inglés es un Tetris que es todo la pieza de uno, y el castellano solo tiene la de cuatro con esquina, con lo que a veces encajar las letras es un ejercicio de física. Hay un único dios, que es la RAE, y los acentos se ponen donde se ponen».

De lo que no cabe duda es que Los Deltonos no se han quedado anclados en el pasado. Al contrario, reivindican su vigencia y el público les corresponde. «Disfruto del presente –concluye Hendrik Röver–. Tengo una formación estupenda, unas canciones estupendas y un disco que funciona. El pasado está bien, pero no soy de mirar hacia atrás. Seguimos haciendo discos nuevos y nunca nos llamarían a un festival revival de los ochenta. Y tampoco iríamos. Ya desde el momento en que sacamos un disco ahora somos un grupo actual». Lo han podido comprobar, por ejemplo, en el Sonorama, en el que reivindicaron más variedad en los festivales. Y lo seguirán demostrando con la buena acogida de 'Mueve!', que es, sí que lo es, su décimoquinto disco de estudio.