Espíritu, etiqueta o explosión multicolor

Lo plural. De Ordovás a Ceesepe, el Archivo Lafuente también es contenedor de una etapa que reflejará este verano en una muestra en el Palacete del Embarcadero

Guillermo Balbona

Santander

Sábado, 15 de febrero 2020, 09:41 | Actualizado 13:01h.

La Movida supuso una explosión de creatividad en numerosas vertientes artísticas cuyo espíritu se refleja en muchos grupos de hoy. Jesús Ordovás, una leyenda del periodismo musical en España, fue testigo vertebrador y comunicador de las grandes bandas nacidas durante la Transición y a principios de los años ochenta. El nacimiento de la industria discográfica en España y la agitación artística –muchos creadores afloraron, otros quedaron en el camino, algunos pocos triunfaron–, son dos de los factores paralelos e inherentes a la Movida. Además de las vivencias personales, Ordovás ha plasmado aquel tiempo en muchos libros y publicaciones. Al mirar al pasado, más allá de los aniversarios y la nostalgia, ha declarado en ocasiones que la Movida fue un momento extraordinario y distinto que surge cuando muere Franco. «No tiene comparación con ningún otro. La gente era muy prolífica haciendo cosas muy interesantes en campos como la fotografía, la música, la pintura». En el caso concreto de la música a menudo ha subrayado que es verdad que casi todos los grupos que surgieron entonces no han querido después tener encima la etiqueta de la Movida porque los igualaba al resto.

Desde hace más de tres años el santanderino Archivo Lafuente ha vinculado su ingente fondo y sus coherentes vías de crecimiento e identidad a movimientos de la contracultura, el underground y la propia Movida generalmente etiquetada como madrileña. En este 2020, en el Palacete del Embarcadero, está prevista precisamente la muestra 'La Movida', que partirá del fondo adquirido recientemente al crítico musical Jesús Ordovás. Un contenido revelador y significativo de lo que supuso ese movimiento, especialmente centrado en sus protagonistas musicales, que quedarán ligados en la muestra a casos como los de Ceesepe, García Alix, Ouka Leele, El Hortelano, o Miguel Trillo. Ya en 2017 el Archivo sumaba a sus fondos, junto con la edición de una publicación, la huella de Diego Lara (Madrid, 1946-1990) una de las referencias creativas obligadas en el campo del diseño. A través de un centenar de carteles que diseñó en el periodo 1974-1989, Diego Lara ilustra el salto hacia la modernidad gráfica y conceptual que vivió la España de la Transición y de la movida.

La mayor parte de artistas que recalaron en el Madrid de esa época quedaron impregnados del espíritu creativo o se vieron obligados a reflejarla. Es el caso del pintor cántabro Pedro Sobrado: la «movida», como «joven explosión de libertad creativa» quedó plasmada en su segunda etapa marcada por su regreso a Madrid en los años 70/80 y el inicio de la «movida» que marca claramente el estilo de su pintura con escenas de bares, clubes de música, salas de conciertos y tertulias que el artista frecuenta y que plasma en un Madrid en crecimiento y desarrollo y siendo foco de toda la amalgama cultural que marcaría una época inolvidable. La Biblioteca Central exhibe ahora esas etapas. En la nómina del mundo del arte ligada a la movida hay nombres obligados como Ouka Leele, Antonio Villa-Toro, Antón Patiño, Pedro Castrortega, Rosa Muñoz, Javier de Juan,...Muy significativos son algunos fenómenos concretos de concentración como los de Enrique Naya y Juan Carrero que lograron que su 'Casa Costus', en el número 14 de la calle de la Palma en Madrid, habilitado como vivienda-estudio, se convirtiera en uno de los epicentros de, la 'Movida madrileña'. Lo creativo, inquieto y multidisciplinar se fundió alrededor de este lugar por donde asomaron Carlos Berlanga, Alaska, Nacho Canut, Tino Casal , Fabio de Miguel (McNamara) o Pedro Almodóvar. La 'Casa Costus' sirvió además de plató para el rodaje de los interiores de 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón'. Caso más especial es el de Ocaña (1947 - 1983), el pintor de la Movida de la Rambla barcelonesa, quien representó «el espíritu del 75 que transformó Barcelona en un espacio de libertad». Y la obra de Ceesepe, vinculada al Archivo, asoma cuando tiende puentes en Madrid. Del underground de Barcelona, Nazario, Mariscal, el grupo Rrollo, Max, surgen también entre ambas ciudades Alberto García-Alix, El Hortelano y Ouka Leele y la Cascorro Factory. La Movida, como etiqueta ha sido desmitificada al considerar que su concepto dominante y de imagen proyectada al exterior ha sido restrictivo y como tal, limitado e incómodo. Muchos prefieron hablar de explosión multicolor. En palabras de Antón Patiño, «una guerrilla de una creatividad increíble pero sin recursos, una especie de carcajada contra lo establecido, que, como todos los movimientos artísticos, se sustentó sobre la ecuación arte/vida».