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Guillermo Balbona e I. Ibáñez
Santander
Jueves, 16 de mayo 2024, 02:00
La ecuación entre la melodía de Falla, el cante y baile flamenco y los instrumentos antiguos confluyen en n objetivo común:'El Amor Brujo'. La agrupación Euskal Barrokensemble con Enrike Solinís, guitarra y dirección, son los pilares de una arriesgado y sorprendente espectáculo que ... se suma este fin de semana a la programación de MAS+ Música Antigua de Santander en sus veladas del Casyc. La interpretación de la música de Manuel de Falla por un ensemble barroco «puede ser sorprendente para más de uno, pero, si tenemos en cuenta los postulados estéticos del propio Falla, esta recreación se puede desarrollar con naturalidad», según defiende Paulino García, desde el colectivo organizador. Para llevar al escenario esta conjugación de sonidos, géneros y estilos recala en el Casyc Euskal Barrokensemble, grupo de música antigua creado por Enrike Solinís en Bilbao en el año 2006, que ha logrado hacerse un hueco en el panorama internacional de la música antigua
El Teatro de la Fundación Caja Cantabria acoge esta propuesta en la que las melodías inmortales de Falla son retornadas en este concierto al ámbito folclórico andaluz, «esta vez aderezadas con instrumentos antiguos y exóticos y reforzadas con la potente presencia de una cantaora y una bailaora flamencas».
El prestigioso grupo especializado en la recuperación de repertorios históricos, comparece en Santander (Sábado 18 a las 19.30 horas) con su exitoso proyecto dentro de la gira que le lleva por numerosas capitales nacionales y que terminará en Utrech, una de las ciudades más importantes en el ámbito de la música antigua. Su director, el virtuoso guitarrista Enrike Solinís, explica la idea fundacional para abordar este proyecto, que ya fue grabado para el emblemático sello Alia Vox: «Manuel de Falla compuso 'El Amor Brujo' inspirándose en leyendas y viejos aires gitanos que Pastora Imperio coleccionaba junto a su madre, recreando de manera inigualable la esencia de la música andaluza a través de sus diferentes palos: seguiriyas, soleares, polos, martinetes o zambras...e ir incorporando el espíritu de los mismos a su lenguaje compositivo».
Hay que recordar, además, que Falla hizo múltiples versiones de su propia obra en diversos formatos «y esto entronca de manera muy clara con el concepto barroco de funcionalidad instrumental en el que la forma cambia pero el fondo, la esencia, se mantiene».
Un fresco y una escultura del siglo XIII que pueden contemplarse en la Catedral de Pamplona fueron el punto de partida para que un luthier reconstruyera la guiterna que toca Solinís, un instrumento desaparecido totalmente que solo puede fabricarse a partir este tipo de imágenes.
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Solinís estudió guitarra clásica en el Conservatorio Superior de Bilbao y luego se formó en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC). En 2006, junto a su mujer, Miren Zeberio, especialista en violín barroco y rabel (similar a un violín de tres cuerdas) creó Euskal Barrokensemble. Pero llegar a reunir una orquesta de estas características requiere tiempo, dinero y dedicación, pues muchos de los instrumentos son rarezas o desaparecieron hace ya bastante, con lo que hay que rastrear anticuarios, reparar y hasta fabricar de la nada. «Con la familia de violines, rabeles y demás -explica Solinís-, por la propia construcción, por la madera empleada y la fuerza de los barnices, muchos se han mantenido hasta nuestros días. Tenemos algunos originales de 1600, incluso de 1500 y pico que han llegado hasta hoy y se pueden tocar, interpretar con ellos. Son muy resistentes, mira los Stradivarius». Otro de los sonidos que podrán disfrutarse el sábado en la obra de Falla es el de la guiterna, un instrumento de una pieza, «pequeñito, una especie de ukelele medieval». Un problema más al que se enfrentan los expertos en la recuperación de estos instrumentos antiguos es el de completarlos con el tipo de cuerda que se usaba en la época. En aquel entonces no existía el nylon con que se hacen las cuerdas actuales, de hecho, informa Solinís que hasta 1940 no se fabricaron en este material. «Eran de tripa de cabra, todas. Se coge la membrana de la tripa, se deja secar y en unos días determinados del mes se enrolla y de manera muy simplificada esa es la cuerda con la que se han tocado todos los instrumentos. Y es necesario hacerlo porque el sonido era totalmente diferente en violines, clavecines y el resto de instrumentos de cuerda».
Explica que «Falla fue uno de los pioneros de la música antigua. Es bien conocido que creó con Lorca el primer concurso de cante, que es lo que la música antigua reivindica, regresar a las voces y las maneras de hacer tradicionales. Y por otro lado, recuperó instrumentos de la música antigua, pues él mismo escribió un concierto para clave y orquesta, el dedicado a Wanda Landowska».
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