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Ánimo, valientes

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L Palomeque

Ánimo, valientes

León Benavente ofrece en Torrelavega un show adaptado a las circunstancias que mantiene el nivel de su versión habitual

Domingo, 23 de agosto 2020, 01:47

Si se vieran en la tesitura de montar una banda de rock con nombre de carretera nacional, ¿qué elegirían? ¿Panes-Potes para un grupo de new age? ¿Polanco-Requejada para música barroca? ¿Galizano-Somo para una selección hardcore? Hace casi una década cuatro tipos curtidos en eso de recorrer España a golpe de vía secundaria, eligieron una de sus rutas habituales para darle nombre a su proyecto musical. Un alleranu, un vigués, un murciano y un maño unidos por la casual avería de un Opel Corsa, como recuerda Nacho Vegas, quien les puso la definición inicial de road pop. Nacía así León Benavente. Y lo demás… lo demás es historia de la música española.

Pocas bandas han logrado una crítica tan unánime a su primer trabajo, han logrado mantener la expetactiva ante el segundo y cuidar el nivel en el último. Desde entonces han pasado de ocupar carteles a ser parte de los libros de filosofía (Ricardo Vicente mediante). En intervalos de tres años, y sin que haya aparente tradición masónica tras esta pauta, han publicado tres discos y varios EP´s. El último, 'Vamos a volvernos locos', salió en 2019.

Con esa reciente colección llegaron este sábado a Torrelavega, donde no son unos nuevos visitantes. La noche anterior la atención estaba centrada en el ring de boxeo. En este caso, no había rival. 20 canciones adaptadas muy sutilmente, cambiando algunos tempos que, lejos de chirriar, permiten apreciar con más sutileza la voz de Boba, alejada de ritmos más frenéticos. El ejemplo más claro fue la canción de apertura, 'Siempre hacia delante', casi baladizada. El resto, a pesar del cambio de formato, permanece inalterable a la presencia escénica del cuarteto.

No son unos niños con los brazos tapados por pulseras de festival o camisas hawaianas. Su público tampoco. Rozando el cartel de completo, el perfil de los asistentes rondaba la mediana edad -confiamos en que no se sientan ofendidos por la definición y que su espíritu juvenil entienda el retrato- y un buen número de niños. Ese momento de padres coreando junto a sus hijos renueva la esperanza de que, fuera de pantallas móviles y tiempo escaso, hay futuro para la música en directo, basado, como casi todo, en la educación.

'Cuatro monos', con su guiño sonoro a los 80, la canción del no amor romántico que es 'Amo' con Boba ya levantado ocupando su espacio, 'La Ribera' y su danzante cadencia o 'Se mueve' se fueron sucediendo con un sonido que tras una breve saturación inicial, funcionó con precisión.

«Va siendo hora de que nos digamos las cosas, de no confundir los gusanos con las mariposas», comenzó 'Estado provisional', algo así como el discurso que Miguel Bosé desgrana en redes desde hace semanas. Con León Benavente ocurre como con las pasas. Primero, no sabes si son frutas o frutos secos. Es decir, no está claro si son rock, pop o indie. Y a continuación, o te gustan o no. No hay término medio. ¿A quién le gustan las pasas pero solo un poco? A juzgar por la prudente entrega del público (prudente por lo de mantener el orden), en Torrelavega no había conversos, sino fieles convencidos.

«Solo se puede intuir qué es lo que nos espera», cantan en 'La vida en directo'. Y así es. No sabemos lo que tenemos por delante. Suenan ecos de estado de alarma, confinamiento y tambores de guerra que cada jornada ponen números crecientes a nuestros temores. No, las cosas no van bien, ya lo dijo Fernando Simón, verdadera estrella pop de nuestros días. En tiempos de incertidumbre, las certezas se convierten en un valor seguro. Como explicaba Abraham Boba en la entrevista previa a su concierto, las canciones son poderosas.

Podríamos extendernos en múltiples detalles. Comentar lo empastada que suena esta banda curtida. Detallar las subidas y bajadas de ritmo, bien medidas, para arrastrar al público con ellos. Elegantes siempre. Añadiríamos la corrección, habitual, de todo el personal técnico y de seguridad que vela porque se cumplan las normas sin egos que interrumpan su labor. Decir cómo 'Ser brigada' o 'Gloria' mantienen la garra incólume. Tendríamos que mencionar cómo poco a poco nos acostumbramos a esta nueva disciplina. Pero no.

La reflexión (osado término) de este texto es otra. Tan sencilla y compleja como invitarles a aprovechar el momento. A disfrutar, desde la prudencia, del ahora. Y si están en una de las comunidades donde, como en la nuestra, es posible compartir música en directo, háganlo. Sean valientes como este sector que se empeña en seguir en pie y demuestra que es mucho más seguro que otras actividades a las que se permite sobrevivir con menos trabas. Puede que nos les cambie la vida (aunque a veces ocurre). Puede que el día siguiente no sea distinto. Pero, al menos, durante un rato, parecerá que la rueda sigue girando en la dirección correcta. Y si somos dos, mejor que uno. Y si somos cien, será una celebración. Celebremos el poder de la música.

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