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El primer síntoma de que el verano en Santander está a la vuelta de la esquina emana del anuncio de su Festival Internacional. Y a la extensa nómina de solistas, directores y agrupaciones, con el mundo sinfónico al frente, se suma en esta 71 edición ... la recuperación del pulso escénico y presencial al cien por cien. Del 1 al 29 de agosto, es decir, desde la presencia de John Eliot Gardiner (que dirige al Monteverdi Choir y a los English Baroque Soloists) en la apertura y de Semyon Bychkov -que guiará a la Orquesta Filarmónica Checa, el Orfeón Donostiarra y las pianistas Katia y Marielle Labèque- en la clausura, el FIS ha preparado una densa oferta de música y danza para celebrar el pleno reencuentro con su público. El Festival, que acaba de desvelar sus señas de identidad, se postula a través de una programación intensiva, que incluye a solistas como Lang Lang, recobra la música de ópera y apuesta por el repertorio de reconocidas agrupaciones sinfónicas y camerísticas, así como por la danza.
En total, serán 50 espectáculos, de los cuales 20 serán acogidos por el Palacio de Festivales, 27 llegarán a los marcos históricos en una veintena de ayuntamientos y otros tres irán al Centro Botín. La programación avanzada asoman solistas de referencia mundial como la violinista Janine Jansen y acreditados conjuntos sinfónicos, de cámara y corales a las órdenes de directores como Gardiner, Minkowski, Meunier, Bychkov, Capuçon, Pablo González y Elim Chan.
Entre los contenidos destaca una versión concierto dramatizada de Las bodas de Fígaro de Mozart marca el retorno de la música operística al festival y dos estrenos absolutos por encargo del Festival. Además, la danza ofrecerá destacadas representaciones de aire cubano, flamenco y contemporáneo.
El Festival, que vuelve al 100% de aforo después de dos años marcados por la pandemia, anuncia un «gesto de reconocimiento a la fidelidad del público», y decide congelar las tarifas en las zonas bajas y medias de la Sala Argenta, abaratándolas para las localidades altas.
En cifras se celebrán 23 conciertos en escenarios fuera de Santander, principalmente iglesias patrimonio histórico, o palacios. Esta edición cuenta como preludio de excelencia a las finales y la gala de premios del XX Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea, que se celebrarán en la primera semana del FIS, con la Orquesta Sinfónica de RTVE. El Centro Botín vivirá tres jornadas de creatividad contemporánea, dos de ellas sobre obras de J. S. Bach.
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La Filarmónica Checa cerrará el tramo final de esta 71ª edición con la séptima sinfonía de Mahler y obras de Dvorak, Martinu y Janacek.
La directora del FIS, Valentina Granados, subraya «el agradecimiento del Festival a la fidelidad del público y al compromiso de todas las autoridades y de los patrocinadores en este retorno a una plenitud de programa». Asimismo, destaca que el objetivo del FIS es que «el público pueda vivir este verano gratas experiencias disfrutando del programa música y la danza en Santander y por toda la comunidad».
Entre las citas musicales el día 6, Mark Minkowski dirige a Les Musiciens du Louvre en una versión concierto dramatizada de Las bodas de Fígaro, de W.A. Mozart. Esta representación, con Romain Gilbert como director de escena, supone el retorno de la música de ópera al Festival santanderino.
El jueves 18 la violinista Janine Jansen, también como directora de la Camerata Salzburg, interpreta obras de Bruckner, Mozart y Brahms (de este último, la Serenata nº. 2 que sirve de tema musical para la videopresentación del FIS este año).
Y el sábado 20 la Sinfonieorchester de Frankfurt, bajo la batuta de su titular Alain Altinoglu, con Bomsori Kim al violín y el coro femenino Vocalia Taldea dirigido por Basilio Astúlez, interpretará piezas de Verdi, Sibelius, Debussy y Weinberg.
El acento sinfónico se intensifica el día 23, con la directora Elim Chan al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, con Dominique Vleeshouwers a la percusión y un programa que incluye el estreno absoluto de dos encargos del Festival, uno a Beatriz Arzamendi (Omne vivum ex vivo) y otro al cántabro Israel López Estelche (Farewell, la despedida de las almas). Se completa con Speaking Drums del compositor Peter Eötvös y con la suite Scheherezade de N. Rimsky-Korsakov.
A su vez, el violinista y director francés Renaud Capuçon, al frente de la Orchestre de Chambre de Lausanne, presenta los días 24 y 25 en la Sala Argenta dos programas diferentes, con obras de Mendelssohn en uno de ellos y en el otro la Sinfonía clásica de Prokofiev y obras de Ravel, Berlioz y Fauré.
Esta edición del FIS presta una singular atención, de la mano de sobresalientes intérpretes, a la música del Barroco y muy especialmente a la de Johann Sebastian Bach. Y esto ya desde la misma apertura del Festival, con John Eliot Gardiner dirigiendo a Monteverdi Choir y English Baroque Soloists con obras de Giacomo Carissimi, Domenico Scarlatti y Heinrich Schütz.
A su vez, el lunes 15, Vox Luminis, bajo dirección de Lionel Meunier, interpretará la Missa brevis en si menor y el Magnificat BWV 243 de J. S. Bach.
La música de Bach, por otra parte y en una nueva experiencia estética, se ofrecerá al público, en el Centro Botín, en dos sesiones para presentar versiones y creaciones contemporáneas a partir del compositor alemán: con Bach & «Bach» y con Bach (Re)Inventions a cargo del Moisés P. Sánchez Invention Trio.
En el capítulo de recitales, el internacionalmente reconocido pianista chino Lang Lang, uno de los más sobresalientes embajadores actuales del arte, protagoniza el lunes 22 una de las grandes citas del 71º FIS, con su interpretación de las Variaciones Goldberg de J.S.Bach, una obra que muestra al genio del compositor explorando todas las posibilidades de la sensibilidad del Barroco europeo y su arte de combinación. Irá precedida por Arabesque de Robert Schumann.
La Sala Argenta acogerá el martes 9 el recital del barítono alemán Matthias Goerne, acompañado al piano por Alexander Schmalcz, en el Viaje de invierno de Franz Schubert.
El formato camerístico y la música barroca llenarán los Marcos Históricos, en su mayor parte patrimonio monumental de Cantabria, con una programación que recorre la historia de la música, desde la investigación sobre el nacimiento de lo moderno hasta las experiencias más contemporáneas. Este año el Festival recupera algunos escenarios en los marcos históricos (Suances y Castillo de Argüeso) que se habían interrumpido estos dos últimos años, e incorpora Bareyo, con un concierto en la iglesia de Ajo.
Una de las curiosidades del FIS 2022 es la recuperación de una fusión de música barroca española y música china, en el siglo XVIII. En El clave del emperador, Íliber Ensemble y Todos los Tonos y Aires, incluyen instrumentos chinos y canto mongol, y proporcionan un acercamiento a esta pionera fusión de estilos a cargo de un misionero jesuita. Estos conciertos tienen lugar en Torrelavega y Santuario de la Bien Aparecida.
El Delirivm Ensemble y La Floreta presentan en Mazcuerras y Suances, los días 12 y 13 respectivamente, música y danza sumamente originales, de la época del rey Felipe V.
Dentro de esta densa programación, cabe mencionar también los conciertos de Ludovice Ensemble en el palacio del Marqués de Albaicín de Noja y en la Colegiata de Santillana del Mar; el de la Accademia del Piacere con la soprano Nuria Rial en la iglesia de la Santa Cruz de Escalante; la Capella de Ministrers con Carles Magraner en Isla y Comillas, y el Sarao de Opera Omnia en Noja y Rasines.
Finalmente el programa de danza del FIS abordará en el escenario la comunicación de tres atmósferas muy diferentes. La primera, la cubana con el internacionalmente reconocido elenco del ballet creado y dirigido por Carlos Acosta, Acosta Danza, con su 'Tocororo Suite' el lunes 8.
La segunda, el flamenco, con 'El maleficio de la mariposa. Mujeres, danzas y bailes en tiempos de Federico García Lorca', por parte del Ballet Flamenco de Andalucía, con dirección artística y coreografía de Úrsula López.
Y en tercer lugar el FIS se asoma a lo más contemporáneo con la calidad de la francesa Compagnie Käfig el día 27, dirigida por Mourad Merzouki, en un fascinante diálogo entre lo clásico y lo urbano contemporáneo.
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