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La «locura de ensayos, viajes y conciertos» es desde hace muchos años el orden natural de las cosas para los miembros de La Maravillosa Orquesta del Alcohol', eternamente La M.O.D.A. Nacho Mur, guitarrista del grupo burgalés, encarna esa suerte y ... maldición de la vida del músico, el artista de toda la vida, ese que necesita ensayar con su grupo todos los días, el que hace psicofonía con la grabadora del móvil para rescatar 'riffs' del pasado y, sobre todo ahora, el que jamás se acostumbraría a la vida sin conciertos, de 'webinars', 'zooms' y la madre que parió a todos los chismes favorecidos por la pandemia. Mur y el resto de integrantes se dieron cuenta del pésimo sentido del humor que tiene el destino hace dos semanas, cuando un rastreador confirmó un positivo por coronavirus dentro de la formación. Su cita de este miércoles a las 22.30 horas en el festival Sónica de Castro Urdiales -inicialmente programada para la noche del 23 de julio-, es el único concierto que el septeto 'folk', 'blues' y 'rock' ha tenido que posponer por el covid-19. «Sabemos la faena que ha sido para la gente. Tenemos muchas ganas de subir al escenario, pedir perdón y darlo todo. Realmente es un concierto muy especial», expresa el guitarrista, ya plenamente recuperado del 'shock' y aclimatado a lo que en el norte de España se entiende por verano, pero nunca a la vida sin música en las venas.
-¿Se acostumbra uno a tocar frente a un público reducido?
-Tenemos claro que, en estas condiciones que estamos viviendo, tocar ya es un privilegio. Hay gente que aun no ha podido volver, a la que no han llamado aún, bandas que tocaban únicamente en salas… Esta situación está siendo muy complicada para mucha gente. Por eso nos consideramos unos afortunados. Ahora, a nosotros nos gusta tocar, y no nos supone ningún problema hacerlo delante de más gente o de menos. Lo raro es ver al público sentado, con mascarilla, sin ver su expresión.
-¿Cuesta más calentar el ambiente?
-Puede que al principio si lo viéramos algo más frio, pero la emoción sigue siendo muy potente. La gente viene con mucha emoción por lo que estamos pasando, de estar en casa, de no poder hacer muchas cosas... Se genera algo muy especial.
-¿Diría que la banda también está más sensible?
-Creo que sí. Ha sido un año muy difícil, con personas que lo han pasado mal y estamos con la sensibilidad a flor de piel. Hablamos mucho entre nosotros de todo esto. Después del primer concierto tras el confinamiento, en la sala La Riviera (Madrid), recuerdo que coincidimos todos en que había sido especialmente emocionante, de lagrimas, más que en el WiZink Center u otros conciertos más multitudinarios. De esos en los que das el primer acorde y ya tienes los pelos de punta. La sensación que se crea durante todos estos directos es un mejunje de todo: ganas de que se acabe, sensación de privilegio, de volver al formato de siempre…
-La M.O.D.A. es uno de esos grupos que abandera el sonido orgánico, heterogéneo, lleno de influencias distintas y más lejos que la media de los 'samplers' y los medios digitales. ¿Se sienten como una especie en extinción?
-Puede ser. Tenemos una parte muy clara relacionado con las influencias del 'folk', etc., pero tampoco nos gusta cerrarnos. Al contrario, nos gusta investigar, experimentar, escuchar de todo y no aburrirnos. De hecho, en el último disco hemos metido una caja de ritmos. Al final, somos siete tíos.
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-A su concierto irán amantes del blues, del rock… Pero seguro que también del rap, de la electrónica y otros géneros muy distintos. ¿Están las fórmulas, las tribus urbanas y las etiquetas en general en caída?
-Me parece que sí. Esa época con tribus urbanas tan marcadas como las de antes… Eso no se vive de la misma manera. Los jóvenes ya no sólo escuchan rap, por ejemplo, ni rechazan un estilo por disfrutar del otro. Esa lógica, afortunadamente, ya no existe. Los jóvenes de ahora son más inteligentes que nosotros. Siempre habrá modas y personas que intenten repetir ciertas formulas, pero, afortunadamente, esas etiquetas musicales han desaparecido.
-Hábleme de 'Ninguna Ola' (2020) y 'Alguna Ola' (2021). ¿Tanta ola tiene algo que ver con la pandemia?
-La crisis sanitaria nos cogió ya en el proceso de grabación de 'Ninguna Ola', quizá a falta de una canción. La temática de la pandemia no llegó a entrar en la composición del disco ni las letras. El segundo disco, 'Alguna Ola', es la cristalización de ese álbum en unas sesiones en vivo, un ejercicio que ya habíamos hecho anteriormente.
-El último lanzamiento lo grabaron con Steve Albini como productor. Ahora han pasado a Rául Rëfree. ¿Cómo ha sido ese cambio?
-Grabar con Albini fue una experiencia alucinante para nosotros, que somos grandes admiradores de todo su trabajo y de todo lo que habíamos visto de él en los documentales. Fue como un parque de atracciones. Encontrarle con su, literalmente, mono de trabajo, grabar todo en cinta, sin claqueta… Fue una experiencia increíble, como un sueño a tachar en nuestra carrera. Con Raúl, en cambio, hemos hecho un trabajo mucho más profundo de producción, con el. Albini, como se define él, es un técnico, un ingeniero encargado de ajustar el sonido tal y como lo quiere la banda. Con Raúl, sin embargo, hemos pasado muchas más horas y nos ha acompañado en ese sentido.
-¿Van al estudio con las ideas muy claras o hay sitio para el desarrollo y las lluvias de ideas?
-Vamos con las cosas muy trabajadas. Hay que tener en cuenta que grabamos muchísimas maquetas antes de ir al estudio. Es verdad que luego se pueden hacer cambios porque en el estudio las cosas se escuchan de otra manera, pero trabajamos y ensayamos muchísimo los temas que vamos a grabar.
-Para que la gente se haga a la idea, ¿cuántas canciones pueden llegar a componer para cada lanzamiento? ¿Componen muchas más de las que se publican?
-Siempre hay mas canciones de las que se graban. Según las componemos vamos viendo cuales se van fuera. Y las que se quedan en el camino se caen y no vuelven. Por poner un ejemplo, para un disco de una docena de canciones se pueden haber compuesto 18 o 20 temas o ideas. Luego también pasa que se recupera un estribillo, se fusiona una parte con otra...
-¿No vuelven atrás para recuperar material?
-A veces sí. Algún 'riff' sí que se ha rescatado, pero no una canción terminada como tal. De hecho, 'Héroes de sábado' procede del primer 'riff' que David escribió con la guitarra. Lo tenía guardado y lo acabamos utilizando.
-Por último, déjeme volver a la pandemia. ¿Qué canciones, películas o libros les han dado fuerza durante los peores momentos?
-Creo que algo que nos ha ayudado a todos mucho es reunirnos a través de 'zoom'. Eran momentos muy inciertos y vernos cada cierto tiempo nos ayudó. En lo personal, y ya hablando de música, recuerdo que un disco de Gregory Alan Isakov -cantante y compositor de Sudáfrica- nos ayudó mucho. David y yo lo escuchábamos mucho en algunos viajes.
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