Los madrugadores del Sónica comienzan a llegar a la zona de acampada

Situado en la zona de Campijo de Castro Urdiales, la parcela se eleva sobre el nivel del mar, ofreciendo a los 'acampados' unas impresionantes vistas del privilegiado entorno natural que enmarca la ciudad. Alicientes, que mejoran todavía más su experiencia. La zona cuenta con espacio para albergar casi 300 tiendas, en la tarde de ayer, jueves, comenzaron a llegar los primeros, que han podido hacerse con los espacios más codiciados; el que da orientación al mar, los de Madrid, y buscando la sombra otro grupo de Guadalajara. Estos primeros han podido también testar el sitio la primera noche y cambiarse a otra zona más adecuada si la primera opción no les ha convencido. Han sido los más madrugadores del Sónica, ya que este año la zona de acampada del CastroPark se ha abierto un día antes, el jueves.

Hacia la mitad de esta mañana había alrededor de 50 tiendas y llegaban a cuenta gotas más campistas para disfrutar del festival. Lo fuerte se espera a partir de la hora de comer. «A partir de las dos de la tarde estamos preparados para la avalancha de gente», contaba esta mañana Anca Murariu, propietaria del parque. En su segundo año se han mejorado las instalaciones, ampliando la zona de acampada y la de aparcamiento, duchas, baños, enchufes, y zona de aparcamiento de autocaravanas. «Hemos cambiado muchas cosas. Hemos aprendido».

El festival no entiende de edad, que tampoco es impedimento para disfrutar de noches veraniegas de acampada, como así lo ha podido comprobar la responsable del Castro Park de sus primeros huéspedes, algunos entre 40 y 60 años, señala. Aunque la juventud que imperó en la pasada edición dejó ejemplo de pulcritud. «Se nos quedó el parque limpísimo», apunta encantada, haciendo hincapié en la buena educación de los asistentes.

De Madrid, País Vasco, Barcelona y también, como no, de Cantabria, acuden para escuchar la música que les gusta y compartir experiencias. Como Julen Santalla y Johana Manterola, que llegaron el jueves desde Mutriku (Guipúzcoa). El concierto de Vetusta Morla es lo que les ha llevado a Castro Urdiales «y ya aprovechamos para venir ya todo el fin de semana». Será su primera vez en el Sónica y en un festival, y el camping era la opción más cómoda y económica. Una primera noche que, a falta de que se instalen la mayoría, la han pasado «con tranquilidad y a gusto». Como otros muchos, aprovechan las horas en blanco para hacer turismo por el que es uno de los municipios más visitados y turísticos de Cantabria. «Ayer estuvimos en la playa de Sonabia y ahora vamos al pueblo para verlo un poco, luego playa y ya el festival».

Arrullados por los sonidos del mar y la naturaleza, han pasado su primera noche un grupo de Madrid que se maravillaba con las espectaculares vistas que les ha permitido escoger su adelantada llegada al Castro Park, el jueves. Su primera vez en el Sónica pero no en Cantabria, donde también disfrutaron de una de las ediciones del Santander Music. Llegaron escapando del sol de Madrid «que era insoportable, y venir a un sitio como este con buen tiempo, la playa, todo», cuentan Álex Sánchez y Pepe Aguirre, que hablan de las buenas conexiones que tiene la zona con el festival. Han ido con sus amigos que según apuntan, son «muy camperos», y relata las bondades de acampar, que no solo están en el precio. «Es muy divertido el camping, conoces a gente de todas partes, con los mismos gustos musicales y todo, así que super bien». Valoraban esta mañana cambiar la tienda de zona, pero con el mar abierto de frente y las mejores vistas del camping se lo piensan. «Es que despertarse y ver el mar es una gozada, así que yo creo que no la vamos a mover. Llegamos anoche y la pusimos un poco a ciegas, pero yo creo que se va a quedar aquí», dice ya convencido.

Los de Guadalajara iban buscando la sombra. Sergio Pancorbo y Fran Díaz, si cambiaron de ubicación buscando el fresquito. «Venir al norte, que como somos de Guadalajara no solemos venir a esta zona, y nos gusta Leiva, Vetusta Morla y algún grupo más como Niña Polaca...», enumera cuando es preguntado por los atractivos del Sónica. De hecho, no se van a perder ni uno solo de los conciertos programados. Los dos amigos son habituales de los festivales y reconocen que acampan «si no hay otra opción». A su llegada, dicen, «nos pegamos una buena paliza» para trasladar las cosas hasta la zona de acampada desde el coche y si bien «la zona es muy bonita», echan de menos más sombra.

Sin duda las atracciones del parque son otro aliciente para los 'acampados', con precios especiales para ellos. «Mañana sábado, que el tiempo nos acompaña, tenemos la agenda llena», afirma Anca, que remarca que han reservado con tiempo y son grupos grandes. Los que no hayan reservado aún pueden lanzarse en las tirolinas y mejorar aún más las vistas del parque desde los árboles, cogiendo los huecos libres del domingo.