El Magdalena Deluxe arranca hoy con más de 20.000 entradas vendidas

El escenario, que retoma las dimensiones de los grande eventos, cambia de ubicación y tendrá ahora como fondo la bahía santanderina. Frente a las tablas, cinco zonas para los asistentes, que se dividirán en sillas individuales en primera fila, grupos de dos en la segunda zona, mesas bajas, mesas altas y como novedad, gradas.

El recinto, con capacidad para 15.500 personas, tiene un límite de 2.400 cada jornada. Y a juzgar por los datos, están deseosas de llenar ese espacio.

«Nunca habíamos vendido 20.000 entradas individuales antes de iniciar un festival», explica Guillermo Vega, director de Magdalena Deluxe. Matiza que si bien son 24 noches, esta cifra demuestra las ganas del público de volver a disfrutar de la música en directo.

La celebración, el año pasado, del ciclo Viva la Vida en Torrelavega, que supuso recuperar los conciertos a nivel nacional, sirvió de calentamiento para adaptarse a las normas covid.

Ahora, con el 15% del aforo en uso, el objetivo es triple: «cumplir las normas a rajatabla, ver feliz a la gente y cruzar los dedos con el tiempo, aunque alguna noche de lluvia nos tocará», dice Vega.

Para que la seguridad prime en todo momento, se han establecido tres entradas y salidas, cada una con su horario, por las que pasarán menos de mil personas en cada caso, garantizando así accesos sin aglomeraciones y que se respeten las distancias de seguridad. Tanto las entradas como las consumiciones se adquirirán de forma previa, mediante una app que facilitará que los asistentes no tengan que moverse de sus asientos. Además, estará prohibido fumar y quitarse la mascarilla.

Las medidas no solo afectarán al público; el backstage será territorio vedado. Nada de visitas, fotos con el artista ni paseos por la zona. Los cantantes llegarán, actuarán y se marcharán del recinto sin que ellos ni sus equipos interactúen con otras personas. Además, el personal propio del festival (más de cien personas que se afanaban en las últimas horas en medir cada espacio de acuerdo a la normativa), se tendrá que tomar la temperatura diariamente, formando parte de un registro por si fuera necesario hacer un rastreo.

En cuanto a las zonas VIP, quien acceda tendrá que estar interesado en la música antes que en el ambiente; solo habrá espacio para 12 personas, sentadas en mesas de cuatro y que deberán permanecer en su espacio.

Para poner en marcha toda la maquinaria necesaria, el equipo lleva trabajando desde el mes de enero, en contacto permanente con el Ayuntamiento y con Sanidad, con quien tuvieron la última reunión este mismo jueves. «Los festivales necesitamos estabilidad para poder planificar», expone Vega. Todo ello sin ocultar que debido al creciente número de casos registrado en las últimas semanas, hace diez días se plantearon suspenderlo todo, pero decidieron seguir adelante.

El jefe de producción, Isma Liaño destaca lo «agradable» de poder trabajar en un recinto de estas dimensiones (21.000 metros cuadrados) para poder adaptar toda la infraestructura a las necesidades. Lo más complicado, sin duda, han sido las gradas, de más de 76 metros de largo. No se veían en la campa desde hace una década, Raphael o Fito en su formato de gira teatral fueron los últimos artistas en utilizar este formato.

En total, Magdalena Deluxe supone una apuesta de 1,2 millones de euros, de los que el grueso (92,7%) corresponde a fondos propios y patrocinios de empresas privadas y el 7,5%, unos 40.000 euros, es la aportación de Ayuntamiento de Santander y Gobierno de Cantabria respectivamente

Las previsiones para las 24 noches que vienen por delante son optimistas. «Esperamos hacer sold out en unos diez conciertos o shows», explica Vega. No va desencaminado. Los dos primeros, Martita de Graná (esta noche) y Ara Malikian (el sábado) ya han agotado casi todo el papel.

Para que todo salga bien, insiste en un mensaje: «que el público cumpla las recomendaciones y podamos demostrar de nuevo que la cultura no es solo segura, sino también necesaria».

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