Una noche de fiesta, besos y bailes en el Soundcity

El Soundcity ha ido ganando adeptos en los últimos años gracias a una excelente organización, barras con precios populares y carteles diferentes a los del resto de propuestas musicales nacionales. Hablamos de un evento de carácter gratuito que es capaz de atraer a gente de toda España a la capital del Besaya y que se ha ido haciendo un hueco importante en el mapa festivalero de nuestro país.

La segunda jornada del festival comenzó con los oscenses El Verbo Odiado, que, por momentos, no terminaron de convencer a los escasos asistentes que se acercaron a La Lechera para ver su actuación.

Eso sí, habrá gente que, desde ayer, los tenga en el radar, gracias a canciones guitarreras como 'La pasión' y 'Nada que celebrar'. Lo de los catalanes Anabel Lee fue mucho mejor, fue divertidísimo. Dicen que lo suyo es «pogo y diversión» y lo cierto es que, entre el público del Soundcity, se oyó hasta un «hostia, cómo molan».

Anabel Lee se vuelven locos sobre un escenario, en febrero arrasaron en la sala Niágara de Santander y este viernes demostraron que el suyo es uno de esos proyectos a los que merece la pena seguir la pista. Se comieron el escenario del evento con su actitud salvaje, sus saltos y con estribillos de los de cantar a viva voz, como los de 'Natural para Vogue' y 'Deberías estar conmigo'.

El vigués Iván Ferreiro era el principal reclamo de la segunda jornada del Soundcity y congregó a mucha más gente que los artistas que le precedieron. El que fuera el líder de Los Piratas, lleva más de treinta años en activo y tiene ya una carrera tan larga e interesante que se puede permitir hacer lo que quiera sobre un escenario. Comenzó su actuación sentado entre sintetizadores, dijo que el suyo iba a ser un concierto «centrado en la emoción», se lamentó de no poder tocar mucho tiempo e interpretó casi al completo su último disco, algo que no terminó de gustar a un público que se quejó de que no sonaran algunas de sus cosas más míticas, como 'El dormilón'.

Eso sí, hubo hueco para recordar a Los Piratas, con los clásicos 'Años 80', 'M' y 'El equilibrio es imposible', hubo espacio para que muchas parejas avivaran la llama del amor, con 'El pensamiento circular', y no faltó 'Turnedo', el 'hit' del día, la canción más bonita y emotiva de la carrera del músico gallego.

Si Iván Ferreiro dijo que lo suyo iba a estar «centrado en la emoción», los Varry Brava dejaron claro que lo suyo era una hora de baile. Los levantinos llevan más de diez años montando fiestas de norte a sur de nuestro país, cerrando mil festivales veraniegos y dejando claro que apostar por ellos es apostar por un caballo ganador. En el Soundcity, trajeron de vuelta al espíritu de 'Rafaella' (Carrá), a la 'Ruta del Bakalao', con 'La ruta del amor' y evocaron al verano, a las playas y al agua, sol y sal, con 'Hortera' y 'Playa'.

Lo de los Varry Brava pudo haber sido el broche de oro a otra gran jornada de música en La Lechera de Torrelavega, pero aún faltó la actuación de The Parrots, que fue deplorable. De hecho, hubo muchas personas que se quedaron hasta el final de la noche porque tenían ganas de ver su concierto, y que, después de un par de canciones, decidieron que irse a su casa era mucho mejor plan. Con The Parrots me pasó igual que con los Karavana en el festival Sónica de Castro Urdiales: no puedes salir al escenario y no saber ni dónde estás tocando. Nada que ver, por ejemplo, con lo que hicieron este viernes los Anabel Lee o el día anterior las Aiko el grupo, que demostraron que, pese a ser también proyectos pequeños, se merecen estar en mil festivales.