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Empezó tocando la flauta, pero a los 14 años dio el salto al oboe, el instrumento que ha marcado su vida. La del músico alemán ... Dominik Wollenweber (Munich, 1967) es una historia de pasión y éxito que le ha llevado a formar parte de una de las orquestas más prestigiosas del mundo, la Filarmónica de Berlín, sin pasar previamente por ninguna otra formación. El intérprete participa esta semana como docente en el XX Encuentro de Música y Academia de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, donde imparte clases centradas en la música de cámara. De mirada profunda y serena, Wollenweber valora una iniciativa que le conecta con el ímpetu del talento juvenil y analiza el futuro de la música clásica, que pasa especialmente por conseguir conectar con las nuevas generaciones.
-Participa por primera vez en el Encuentro de Música y Academia. ¿Cómo está viviendo esta experiencia?
-Creo que es una gran oportunidad para la gente joven. Es una iniciativa que está muy bien organizada, en la que todo se ha previsto con mucho detalle. Podría decirse que el formato es muy germano, en el sentido positivo del término, porque todo funciona a la perfección. El objetivo del programa es apoyar a los jóvenes músicos en sus estudios y estoy encantado de poder participar en él.
ENFOQUE FORMATIVO
JÓVENES TALENTOS
-Una de las claves de esta iniciativa es poner en contacto a grandes músicos y maestros con jóvenes talentos. ¿Qué les aporta usted como docente?
-Hay tres aspectos fundamentales para ellos. El primero son las lecciones que reciben. Soy intérprete de oboe y hay cuatro músicos de oboe que van a recibir formación en diferentes temáticas, entre ellas mi técnica de interpretación y mi idea y visión sobre la música, algo que creo que puede ser de gran ayuda para ellos. Otro de los aspectos destacados es el hecho de explicarles cómo afrontar un concierto, porque estos días tienen que participar en varios y estudiamos y analizamos con ellos cómo hacerlo. El tercer apartado se basa en la interpretación conjunta de música de cámara. Eso nos permite ver y conocer cómo tocan, cómo trabajan, cómo aplican las técnicas desde una perspectiva profesional.
-La práctica es un elemento esencial en sus clases.
-Sí, porque puedes hablar y explicar mucho durante las lecciones, pero la práctica real con el instrumento es el aspecto que más ayuda a los jóvenes. Con ella pueden ver, pueden sentir cómo se interpreta profesionalmente este tipo de música, cómo se trabaja, cómo suena.
-¿Qué le aporta a usted el trabajo con estos jóvenes músicos?
-Para mí como profesor es muy interesante porque ellos me transmiten su energía, su enorme curiosidad... Siempre están abiertos a aprender nuevas cosas y esa actitud es muy positiva para mí, y de hecho es una de las razones principales por las que me dedico a enseñar. Me gusta estar en contacto con el mejor talento joven, porque es algo que me fuerza a seguir creciendo, a seguir practicando para tratar de estar a mi máximo nivel como intérprete. Cuando estás arriba es muy fácil bajar un poco el nivel técnico e interpretativo, y el contacto con los jóvenes me ayuda a buscar siempre la excelencia.
-Sus clases se centran en la música de cámara. ¿Por qué es tan interesante este género para los músicos intérpretes?
-En este proyecto los jóvenes pueden escoger qué piezas les gusta tocar, y en mi caso varios de ellos han coincidido en obras del compositor Francis Poulenc. Por ello estamos trabajando formatos de trío y también una sonata para oboe. También abordamos los solos de oboe, aunque mi perfil se centra más en el aspecto de música de orquesta.
-La interpretación dentro de una formación debe ser un aspecto esencial en la formación que imparte, entiendo.
-Sí, porque cuando tu instrumento es el oboe ser solista no es lo habitual, es un instrumento de orquesta. Por ello ensayamos e interpretamos piezas de este tipo, como algunas de Mozart, que son las que mejor representan el rol que el oboe suele tener en cualquier orquesta.
-¿Cuáles son los principales retos que deben afrontar los jóvenes músicos en esas circunstancias?
-Normalmente los músicos ensayan solos en una habitación y deben acostumbrarse a interpretar para una gran sala en la que van a coincidir con otros muchos instrumentos. Mi trabajo consiste en enseñarles que está muy bien tocar correctamente en esa habitación, pero que tienen que pensar en un gran auditorio y aprender a proyectar el sonido hasta la última fila del público. Normalmente los estudiantes, acostumbrados a sus zonas de ensayo, tocan muy suave, y tienen que aprender a desarrollar su técnica para sonar igual de bien en los auditorios.
-Usted es miembro de una de las orquestas más importantes del mundo. ¿Cómo llegó a acceder a ella?
-He tenido mucha suerte. Fui alumno durante dos años de la academia de jóvenes talentos de la orquesta y cuando me presenté a las audiciones para acceder a ella pude entrar, así que nunca he formado parte de otra formación, soy un afortunado.
-La música clásica compite con otro géneros musicales modernos. ¿Cómo se puede hacer más atractiva para el público joven?
-Esa es una gran pregunta y el gran reto para todo el mundo de la música clásica. Tenemos que tratar de hacer de ella un género más atractivo y popular, tanto en el planteamiento como en la práctica. Creo que iniciativas como ésta son muy positivas para ello, con conciertos especialmente enfocados a la gente joven, para que conozcan y disfruten de la música clásica.
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