Los Hombres G unen a todas las generaciones de Santander

Si hay una fórmula perfecta para comenzar un concierto, es tal y como lo hizo anoche la banda madrileña, que predispuso a la audiencia a «pasárselo bien» desde que los primeros focos iluminaron el escenario. Pero no permitieron que el ambiente decayese; con 'El ataque de las chicas cocodrilo', el público se superó, cantando hasta los solos de guitarra. Y tras dos clásicos que ya en los 80 se hicieron hueco entre los temas más escuchados, la banda cantó 'Se me sale el corazón', su último single, que formará parte del disco que saldrá en octubre. El álbum, 'La esquina de Rowland', comparte nombre con otro de sus nuevos temas, que tocaron «casi en exclusiva», ya que aún no ha salido oficialmente.

Lo que vino después fue una larga lista -que se hizo muy corta- de temas que cantaba más alto el público que Summers. De hecho, el vocalista y bajista dejó de cantar en diversas ocasiones para escuchar a su entregada audiencia, nostálgica y eufórica. Manos unidas en el aire, abrazos entre amigos y mucha luz, en ocasiones gracias a las linternas de los móviles, que sustituyeron los mecheros que se elevaban hace 30 años. «La siguiente canción probablemente solo la conozcáis los que recibisteis la vacuna hace unos meses», dijo Summers entre risas cuando introdujo 'Hace un año'. Pero hasta los que no eran aún ni un proyecto, lo dieron todo.

El cantante dedicó 'Te quiero' a «las preciosas chicas de Santander», que se dejaron la voz por él. 'Indiana', 'Lawrence de Arabia', 'Nassau'... la audiencia no descansó ante el bombardeo de los temas que marcaron su adolescencia. Muchos se «soltaron el pelo» al son del saxofón, que durante 'Visite nuestro bar' llenó el escenario con sus notas. Pero la verdadera locura se desató con los dos primeros acordes de 'Marta tiene un marcapasos'. Solo dos hicieron falta para que todo el mundo comenzara a cantar a pesar de que la banda dejara de tocar. Hasta media canción delegaron en la audiencia antes de empezar a tocarla de nuevo. Y cuando parecía que el concierto se acababa, los Hombres G salieron de nuevo antes los «¡otra!» de su gente. 'Temblando' tocaron y temblando estuvo el público durante toda la canción, en la que todo se apagó menos las linternas de los móviles y el entusiasmo del público.

El broche del concierto lo trajeron 'Venezia' y 'Devuélveme a mi chica', que igual que con 'Marta', fue la audiencia quien dio vida a los temas. El «sufre mamón» resonó en toda la ciudad y, a pesar de la emoción, todo el mundo deseó «retorcerse en polvos pica pica» al susodicho. Con este chute final de energía, la gente abandonó la campa sin dejar de cantar.