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El pianista santanderino, en `plena actuación en el Palacio de Festivales, dos años antes de sumuerte. Celedonio Martínez
José Francisco Alonso, un músico auténtico

José Francisco Alonso, un músico auténtico

«Un poeta que hace cantar al piano». Se cumplen 25 años de la muerte en Viena del pianista santanderino, la gran referencia musical internacional tras Ataúlfo Argenta

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 22 de marzo 2020

Admirador de la técnica del gran maestro alemán Wilhelm Kempf, su compositor por el que mostraba más querencia era Schubert. La relación con su tierra siempre fue convulsa, sin término medio, entre el olvido de unos, el abrazo de otros, el rechazo y la reconciliación. Después de la figura de Ataúlfo Argenta, director y también pianista, la del músico santanderino José Francisco Alonso es la más internacional de cuantas ha dado la creación musical de Cantabria. El pianista falleció hace hoy un cuarto de siglo.

Considerado uno de los intérpretes españoles más importantes y reconocidos en el ámbito musical internacional, Alonso, el primer pianista español que tocó en la República Popular China, desarrolló desde Viena una ingente e intensa actividad concertística por todo el mundo. La muerte le sobrevino precisamente, tras unos años de silencio, cuando había recuperado la ligazón artística plena con Cantabria y el Palacio de Festivales se había convertido en una cita obligada de sus actuaciones.

Destacado por sus ciclos integrales de Beethoven y Schubert, el santanderino José Francisco Alonso (1941-1995), se formó en las aulas madrileñas de Julia Parody para seguir su vocación artística y viajera.

Recibió los consejos de Silvestri, Tagliaferro, Wührer, amén de esa decisiva formación de Wilhelm Kempff hasta establecerse en Viena. En los mejores momentos alternaba las idas y venidas, una y otra vez, a su ciudad para asesorar al Concurso Internacional de Piano de Santander Paloma O'Shea, formar parte de sus jurados y expresar y comunicar lo mejor de su arte sensible. En palabras de Enrique Franco, crítico y escritor de música: «Su capacidad de identificación con la obra de Beethoven, Schubert, Schumann y, en general, con todo el repertorio alemán, revela la esencia de un músico auténtico».

Alonso había estudiado con Silvestri Wührer y Tagliafierro en 1982, y cuando era un país encerrado en sí mismo, China le abrió sus fronteras, y en general sus giras artísticas por los países del Este fueron numerosas.

Fue el primer pianista español que actuó en la República Popular China. Tras su concierto en Pekin realizó numerosas giras

El refugió vienés no fue obstáculo para que su trayectoria creciera gracias a una destacada «inspiración y sensibilidad artísticas» que fundamentó, a través de los años, su presencia en todo el mundo como magistral intérprete de Schubert, Mozart, Beethoven y de la música española, como solista de grandes orquestas sinfónicas o profesor en cursos y clases magistrales.

Además de su vínculo con el de Santander era miembro de numerosos jurados internacionales. Durante los años iniciales de actividad artística le llegaron los primeros galardones internacionales como el Ottorino Resphighi, en Venecia, y el Wilchen Kempff de Positano. Precisamente Viena sería el escenario testigo de su debut en el Konzerthaus y de allí prosiguieron sus giras neófitas por el Este.

Entre las citas de esos años destaca el recital ofrecido en la casa natal de Chopin en Zalazowa o el dedicado a Beethoven, tras una invitación de las Naciones Unidas. Sus relaciones con la mayor parte de los países orientales fueron crecientes y numerosas hasta el punto que se convirtió en el primer pianista español en 1982 en actuar en la República Popular China donde volvería a ser invitado e interpretaría sus piezas favoritas en el Palacio de las Naciones de Pekín.

Sus grabaciones discográficas siempre fueron objeto de elogio por parte de la crítica, especialmente las mencionadas, más las relativas a la obra de Schubert. Son numerosas las actuaciones en todo el mundo junto a orquestas como las sinfónicas de Praga y Viena, la Filarmónica de Sttugart, la Camerata de Salzburgo, o la orquesta de la Suise Románele, entre otras.

Cualidades como la fuerza, la pulcritud, a rigurosidad, el afán de perfección fueron destacadas como señas de identidad de su personalidad artística en las actuaciones del pianista. Poseedor de una técnica sólida, se ensalzaba su regularidad interpretativa cargada de detalles sutiles.

Como solista actuó, entre otras, con la Sinfónica de Praga, la Filarmónica de Stuttgart, la Camerata de Salzburgo, la Filarmónica Nacional de Hungría, la Sinfónica de Viena y la Orquesta de la Suisse Romande. Según el crítico de El Diario Ricardo Hontañón, recientemente fallecido, «para la crítica de Viena es un poeta que hace cantar al piano, por cuanto posee fuerza, claridad y brillantez. Su técnica es firme, pero flexible y patente, y posee poder de pulsación con admirables matices». Para su alumna Shizuka Shimoyana, «su música era diferente de lo que había aprendido o incluso imaginado. Su sonido era más libre, vivo..».

A medida que el pianista estos últimos años recobraba su relación con Cantabria, incrementaba su labor académica y era frecuente que impartiera cursos y clases magistrales, amén de haber mantenido siempre una trayectoria cercana a los concursos internacionales, caso de su actividad como integrante de diversos jurados.

El gran pianista tocó en Santander por última vez en diciembre de 1994 en el aún joven Palacio de Festivales, donde fue aclamado durante la interpretación de un ciclo dedicado a Schubert

Asimismo, todo el mundo pianístico español desde Granados a Falla, fue punto de mira de la atención cuidadosa y la técnica de José Francisco Alonso, quien en esta década había grabado para Yamaha piano player obras de ambos autores, más las composiciones de las Suites España e Iberia de Albéniz. Desde el año 92 en que fuera además nombrado ciudadano honorario de Hitachi en Japón, el pianista era el director artístico dé los Cursos Internacionales y Festival de Loodsdorf en Austria, así como director del Piano International Master Classes de Iwate en Japón. Miembro de jurados internacionales como el Tchaikovsky de Moscú, Tokio, María Callas, en Atenas y Munich, entre otros, fue nombrado presidente de Honor de la Sociedad Internacional de Pianistas con sede en Viena.

Formación y docencia

Fundador en 1988 de The Vienna International Pianists, para el fomento de jóvenes pianistas, se dedicó también a la docencia en el conservatorio municipal Ataúlfo Argenta de Santander. Impartió, entre otros, el curso 'Las 32 sonatas para piano de Beethoven' y el Ateneo de Santander le nombró Montañés del Año 1982. Recibiría un homenaje póstumo en los XXV años del Aula de Cultura de Caja Cantabria.

En 1986 el Ayuntamiento nombraba director del Conservatorio a José Francisco Alonso. El pianista siempre defendió la idea de crear un centro de excelencia musical. Entre sus principales ilusiones estaba la organización de conciertos internacionales e invitar a intérpretes que impartiesen clases magistrales a los alumnos santanderinos. El primer concierto corrió a cargo del violinista W. Thompson acompañado por el pianista A. Sauer. Otras dos actividades emprendidas por el pianista con carácter pionero en Santander fueron las audiciones de profesores y alumnos del Conservatorio y las 'Serenatas nocturnas' en la Finca Altamira.

Finalmente su proyecto de centro se dirigía hacia fuera de nuestras fronteras y para ello estuvo en contacto con la Universidad Católica de Washington para organizar intercambios entre sus alumnos y los del Conservatorio. Como profesor y gran intérprete se propuso transmitir su técnica y estilo a los alumnos y para ello realizó encuentros y cursos dedicados a la interpretación de las sonatas para piano de Beethoven, Schubert y Mozart. Así ese año abordó el I Curso Internacional de las Sonatas de Beethoven. Pero el paso de José Francisco Alonso por el conservatorio fue muy breve.

El gran pianista tocó en Santander por última vez en diciembre de 1994. A lo largo de ese años, en el aún joven Palacio de Festivales fue aclamado durante la interpretación de un ciclo completo dedicado a Schubert.

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